Los vecinos y comerciantes de la zona de Carretera de Teror, en Tamaraceite , llevan desde el sábado sufriendo las incomodidades de una auténtica plaga de moscas. Tal y como denuncian, una empresa contratada para adecentar las vías y los parterres dejó abandonadas dos montañas de estiércol en un descampado que han provocado que miles de estos insectos se introduzcan en sus casas y negocios, con las consecuentes molestias y falta de higiene que ello conlleva.

Cristóbal Moreno, dueño de la farmacia situada en el número 16, se queja de que llevan cuatro días "luchando contra miles de moscas que han llenado el techo de la farmacia y que no paran de venir". Los farmacéuticos se turnan para barrer el negocio, llenando cada vez las palas con decenas de moscas. "Las estamos eliminando como podemos: las hemos frenado un poco con las cortinas que colocamos en la puerta de la farmacia y empleando productos que se utilizan en las caballerizas, porque por ahora ni el Consistorio ni la Policía Local ni el Seprona nos han dado ninguna solución", asegura Moreno.

El mismo hartazgo manifiesta Sonia Aguiar, dueña del bazar La Ruta de la Suerte, que se lamenta de que con la plaga de moscas la caja que está haciendo estos días es ínfima. "Tener que poner una cortina que tapa la entrada de mi negocio no ayuda a que la gente entre", explica esta comerciante, aunque lo peor se lo encuentran los clientes al entrar: moscas que campan a sus anchas entre chucherías, chocolatinas y tabaco, todo ello afortunadamente bien empaquetado: "Aunque mis productos están protegidos, evidentemente es de todo menos agradable entrar a comprar en un espacio que está lleno de moscas".

Precisamente, a las 14.00 horas una excavadora y un camión comenzaban a retirar las citadas montañas de estiércol. Una actuación que los denunciantes celebraban, esperando que sea el comienzo del fin de la estancia de estas huéspedes aladas a las que nadie invitó.