Los presidentes saliente y entrante, Fernando Clavijo y Ángel Víctor Torres, representan dos modelos contrapuestos de pensar y sentir Canarias. Comparten, pese a ello, un objetivo común: "Todos queremos lo mejor para nuestra tierra. La diferencia es el camino a coger para lograrlo", señaló el nuevo presidente canario. Y utilizó la expresión "otra manera de visionar Canarias" para, a continuación, dar a conocer las nuevas políticas y acciones con que aspira a "cambiar las Islas" en los próximos cuatro años: "Canarias se puede gestionar de otra manera. Y lo vamos a demostrar", concluyó.

Con estas palabras, Ángel Víctor Torres convirtió parte de su discurso de investidura en un debate sobre el modelo de gestión. Subrayando las diferencias que, desde este punto de vista, distinguirán sus políticas de las que lideró su antecesor. Pero ni él ni sus socios de Gobierno lograron describir durante el largo debate de investidura "el nuevo modelo productivo" con el que aspiran a "transformar Canarias". Aunque sí lo hicieron, y con todo lujo de detalles, a la hora de narrar cómo reordenar y redistribuir la actividad y los recursos ya existentes.

Una visión continuista

De ahí que Fernando Clavijo dedujera, y así lo manifestara en su turno de intervención, que el programa de gobierno del cuatripartito "no aporta nada" y apuesta por "una política continuista", salvo en la política fiscal. A lo que Torres respondió con un "nos une Canarias, pero pensamos distinto". Y efectivamente les une esta tierra, pero les separa la percepción de cuál es el origen de sus problemas y, por tanto, sus propuestas para solucionarlos. El camino, en definitiva, a recorrer para sacar a las Islas de la cola de los principales indicadores socioeconómicos del país: "Desde el año 2000 a la actualidad Canarias ha visto duplicarse su valor añadido bruto al pasar de 28.000 a los actuales 47.000 millones de euros de PIB. Pero en el valor per cápita hemos caído del 98% al 87%", resumió el líder de la Agrupación Socialista Gomera (ASG), Casimiro Curbelo.

Buscar culpables, o al menos responsables, de la situación en que se encuentran las Islas, estuvo también presente en la confrontación de los dos modelos de entender Canarias que se vivió estos días en el Parlamento autonómico. El histórico cambio de un presidente nacionalista a otro socialista, tras cinco lustros de gobiernos de Coalición Canaria, permitió contrastar las dos dialécticas en la que se mueven ambas formaciones.

Se buscan culpables

Así, el socialista grancanario Ángel Víctor Torres representa a la Canarias progresista, que culpa a la derecha de los males que aquejan a las Islas. Y que incluye en el bloque conservador tanto al PP de los recortes durante la crisis como a "los nacionalistas de derecha", a los que gusta apodar "ATI-CC". Esta izquierda amplia, en la que han terminado convergiendo el PSOE, Sí Podemos Canarias, la fuerza nacionalista Nueva Canarias y ASG, defiende un sector público potente en la prestación de servicios esenciales (sanidad y educación) frente a las políticas del anterior Gobierno, que ha apostado por los conciertos con el sector privado.

Frente a la lógica izquierda-derecha que moviliza a este sector, Fernando Clavijo representa la Canarias nacionalista, que responsabiliza al Gobierno central de restar a las Islas los recursos e inversiones que le corresponden por derecho: 700 millones anuales hurtados a la sanidad y la enseñanza durante casi una década. Más las cantidades detraídas por incumplimiento de los convenios en carreteras, obras hidráulicas o infraestructuras turísticas. Esta parte de la sociedad canaria, y la clase política que la representa, prioriza la dialéctica Canarias-Estado sobre la ideológica. Aunque bien es verdad que, en la etapa de Oramas-Clavijo, la acción de CC se ha ideologizado, al vetar cualquier tipo de acuerdo con Podemos, formación a la que califica de "comunista" y "extrema izquierda radical".

Si hubo, y habrá, algún árbitro entre la distinta forma de pensar y sentir Canarias que representan Torres y Clavijo, ese es sin duda el gomero por excelencia: "En los más de veinte años de gobierno nacionalista, hay cosas que han cambiado y cosas que no cambian nunca", sentenció Casimiro Curbelo nada más iniciar su discurso ante el resto de señorías. Y añadió: "El anterior Gobierno ha hecho cosas buenas, pero también es verdad que el núcleo de pobreza ha quedado intacto".

Un gobierno en rebeldía

El dirigente gomero también recordó que "hemos gastado millones y millones de euros en formación profesional y, pese a ello, seguimos importando trabajadores". De ahí que defendiera la necesidad de "decir basta ya a una realidad cronificada" y, en consecuencia, justificara que "los firmantes de este pacto nos declaremos en rebeldía social".

Ante esta realidad, Ángel Víctor Torres llegó a decir en un momento de su discurso que "no soy un soñador y sé que la realidad limita la esperanza". Pero el que mayores esfuerzos realizó por rebajar las expectativas creadas por el nuevo Gobierno para revertir la situación de vulnerabilidad de un tercio de la población canaria fue el líder de NC: "Nosotros no acabaremos con la pobreza, porque es consustancial a la sociedad capitalista. La podremos paliar y atemperar, pero no a erradicar hasta que no cambiemos las estructuras", reconoció Román Rodríguez, el más realista de los socios de Gobierno (probablemente por su experiencia previa como ex presidente) a la hora de situar en su justa medida las expectativas creadas por el Pacto de las Flores.

Que no es lo mismo defender estas opciones desde la oposición que desde el Gobierno lo evidenció la dirigente de Sí Podemos Canarias, Noemí Santana, que reclamó a todo el arco parlamentario "una crítica constructiva", tras cuatro años de demoledora y nada constructiva oposición. Más acertada estuvo cuando apeló a acabar con "la pelea fratricida entre islas, que tanto nos debilita" e hizo un llamamiento a "defender a Canarias con una sola voz y no con ocho".

También Curbelo se refirió a "los insularismos alimentados por el mar que nos separa", siendo la organización territorial de Canarias, como su encaje en el conjunto de España, también objeto de diferencias entre los modelos de organización y desarrollo que representan y defienden Torres y Clavijo. Frente a la unidad de los partidos centralistas (desde PSOE y PP hasta Podemos y C's) y su obediencia a las directrices estatales, tanto de sus estructuras insulares como regional; Coalición Canaria se creó sobre una suma de formaciones políticas que logró un equilibrio territorial hasta la ruptura de Nueva Canarias en 2005. A partir de entonces, y sobre todo en las últimas legislaturas, se desequilibró hasta el punto que sus militantes de Fuerteventura acaban de declarar: "No podemos seguir como hasta ahora bajo el paraguas y la hegemonía de ATI". CC ha tenido que perder el poder para que uno de sus socios, Asamblea Majorera, se haya atrevido a denunciar el desequilibrio territorial en el que ha caído la formación nacionalista y que ha contribuido a su pérdida de poder.

Puertas y portazos

Los discursos de investidura de Clavijo en 2015 y de Ángel Víctor Torres en 2019 sí coincidieran en algo llamativo: ambos apelaron a "negociar, y no confrontarse" con el Estado. El propio Fernando Clavijo se mostró inicialmente predispuesto a abrir la puerta, y no dar portazos, frente al "frentismo" de su antecesor, el también nacionalista Paulino Rivero. El tiempo le dio la razón a este último y acabó él mismo confrontándose con un Gobierno central nada sensible con las Islas.

La relación del Estado con Canarias tendrá que reconducirse, además, en un tiempo en que habrá que negociarse el nuevo modelo de financiación autonómica. El propio Ángel Víctor Torres reconoció que esta negociación va a suponer una pelea a cara de perro entre las diferentes autonomías. También sus socios Casimiro Curbelo y Román Rodríguez pusieron el acento en esta financiación estatal, además de en la necesidad de contar con unos nuevos Presupuestos Generales del Estado, y no los actuales prorrogados, para poner en marcha las medidas de la agenda social. Será, sin duda, la clave del éxito o fracaso del "Pacto de las Flores".

Camino al andar, pero ¿hacia dónde?

El líder gomero del Pacto de las Flores, Casimiro Curbelo, citó durante su intervención en el acto de investidura a Antonio Machado: "Caminante no hay camino, se hace camino al andar", recitó para expresar su sentir ante el nuevo reto de gobernar Canarias. Al andar del nuevo Gobierno se refirieron también de una u otra manera los restantes socios, coincidiendo en la convicción, motivación y firmeza con que afrontan juntos el camino por recorrer. Dispuestos, además, a salvar las piedras que pudieran ir encontrando en él. Lo que no arrojan los versos del poeta andaluz es luz sobre hacia dónde aspira a llegar Canarias. Y tampoco lo hicieron quienes lo citaron. El que más se acercó fue Román Rodríguez: "El nivel de dependencia de Canarias en lo económico y lo institucional es muy alto. Hay que contextualizar a las Islas en España, la Unión Europea y el mundo". Pero apenas hubo en los discursos referencias a los principales factores que condicionan al Archipiélago: su lejanía y situación geográfica. Ni una sola vez se citó a África, como expresión del papel que puede jugar Canarias en esta área del mundo. Su única opción real de diversificar su economía y, por tanto, de cambiar de modelo productivo.|

los socialistas se desquitan

Un pacto de izquierdas

Cuando en 1993 Jerónimo Saavedra fue desalojado del Gobierno por una moción de las fuerzas que conformaron a partir de ese momento Coalición Canaria, el presidente socialista auguró "una larga travesía del desierto" para su partido. Aunque que fuera tan larga (26 años) no lo esperaban ni los propios nacionalistas. De ahí que la vuelta del PSOE a la Presidencia del Gobierno de Canarias se haya producido en una clima de euforia colectiva, que ha oscilado entre el indisimulado desquite de algunos socialistas y el abierto revanchismo de otros.

el centralismo socialista

Lealtad al Estado

Sostuvo Ángel Víctor Torres que "con más frecuencia de la que nos gustaría se cita de forma negativa a Canarias en el ámbito estatal". Lo dijo de pasada, culpando más a quienes gritan desde "el victimismo", que a quienes incumplen el derecho de los canarios a recibir una financiación y unas inversiones justas. Aseguró que defenderá con "firmeza" los recursos que corresponden a las Islas, pero cuando Pedro Sánchez llegó a la Moncloa dijo que "los socialistas somos ahora la voz de Canarias" y los ministros regatearan al Gobierno autonómico cada inversión. Al PSOE canario apenas se le escuchó como tampoco a Saavedra durante la negociación del REF que le costó la moción de censura.

las personas primero

Emergencia social

"La política es la herramienta para mejorar el día a día de los ciudadanos". Esta fue una de las frases a las que recurrió Torres para defender la necesidad de priorizar a las personas en sus políticas. Sobre todo aquellas que "se han ido quedando en el camino". Consideran los socios del Pacto de las Flores que, pese a la salida de la crisis, sigue habiendo "emergencia social".

la fiscalidad de ricos y pobres

La lucha contra la desigualdad

La reforma fiscal va a ser, sin duda, uno de los caballos de batalla de esta legislatura. La política del nuevo gobierno pasa por incluir impuestos medioambientales y una posible tasa turística, además de una redistribución más justa para que paguen quienes más tienen. La virulenta reacción de una parte del empresariado no se hizo esperar: "hablan los de siempre: el 5% de los grandes frente al 95% de los 62.000 pequeños empresarios que sí nos apoyarán".

entre la realidad y la demagogia

La concepción del territorio

La Ley del Suelo, apoyada por una parte del propio PSOE, será objeto de modificaciones. También se modulará la actividad turística, sin descartar una moratoria. La izquierda tiene tendencia a demonizar el principal sector de la economía canaria.

reacción ante la ultraderecha

Un feminismo más combativo

El Pacto de las Flores ha asumido el discurso del PSOE nacional y reforzará las políticas feministas y LGTBI, sin eludir la lucha contra la ultraderecha.