Risco Caído y el conjunto de Montañas Sagradas de Gran Canaria fue declarado ayer Patrimonio Mundial de la Unesco durante el 43 Comité que tiene lugar en Bakú (Azerbaiyán).

Se trata de uno de los primeros bienes astronómicos y religiosos que han sido aprobados y servirá de modelo para futuras inscripciones astronómicas con carácter religioso del planeta, es decir, todos aquellos que en realidad aúnan ciencia y espiritualidad.

Esta declaración no solo supone obtener el mayor reconocimiento del planeta, sino pasar a formar parte del catálogo de las culturas del mundo, las que cuentan la historia de la humanidad, lo que llenó de emoción a los representantes del Cabildo de Gran Canaria, impulsora del proyecto, tanto a su presidente, Antonio Morales, como al descubridor de Risco Caído, Julio Cuenca, y los responsables del expediente, Cipriano Marín y José de León, que no cabían en sí de júbilo.

La decisión fue tomada en el 43 Comité de Patrimonio Mundial que la Unesco celebró en Azerbaiyán con delegaciones de 195 países que, además de admirar estos impresionantes paisajes , escucharon "los sonidos de aquellos insulares del pasado que aún retumban en nuestra memoria", tal como anunció Antonio Morales para dar paso a las lapas que hizo sonar José de León junto al consejero canario de Cultura, Isaac Castellano, y el director regional de Patrimonio Cultural, Miguel Ángel Clavijo, y el embajador español ante la Unesco, Juan Perelló.

Se trata de un ámbito reconocido como "paisaje cultural", esto es, muy distinto a los reconocimientos solo naturales o monumentales, porque esta categoría incluye a ambos. Es, según la definición de la Unesco, una obra conjunta de la humanidad y la naturaleza que abarca 18.000 hectáreas abrigadas por la Caldera de Tejeda y salpicadas por 1.500 cuevas entre espectaculares poblados verticales, graneros fortificados, estanques cuevas, templos, necrópolis, inscripciones líbico-bereberes y un millar de triángulos púbicos rupestres, la mayor concentración del mundo.

Sus cualidades lo hacen distinto a otros reconocimientos regionales o estatales, de hecho es único en el planeta en varios de sus aspectos, ya que se trata del primer paisaje cultural Patrimonio Mundial que incluye la dimensión del celaje, pues la sociedad aborigen canaria logró desarrollar una cultura singular en la que fue esencial su relación con el firmamento.