La dirección nacional del PP no quiere más problemas internos en las filas del partido en Canarias y ha ordenado que María Australia Navarro sea la próxima presidenta del grupo parlamentario. Navarro fue destituida del cargo de portavoz de los populares en la Cámara regional después de que su nombre se pusiera sobre la mesa como presidenciable en las frustradas negociaciones entre el PP y Coalición Canaria (CC) para formar gobierno junto con Ciudadanos (Cs) y la Agrupación Socialista Gomera (ASG) de Casimiro Curbelo. La portavocía es el puesto de más relevancia y dimensión pública en los grupos parlamentarios. Durante la pasada legislatura lo desempeñó Navarro pero en la recién comenzada lo hará Asier Antona tras la pública ruptura con Navarro (en el pleno de investidura de Gustavo Matos de la semana pasada ni siquiera se miraron). En Génova no están dispuestos a que la fractura entre los dos líderes de la fuerza política vaya a más y ha impuesto que la secretaria general del partido en las Islas sea la nueva presidenta del grupo parlamentario. Una especie de resarcimiento con la que confían en que las heridas internas comiencen a cicatrizar.

El propio Antona avanzó ayer tras el acto de apertura de la X Legislatura autonómica que efectivamente será Australia Navarro la que presida el grupo del PP. Se invertirán así los papeles que venían desempeñando. Eso sí, el líder de los populares isleños afirmó que la decisión de que aquella siga entre los pesos pesados de la bancada del PP fue suya, cuando fuentes de la cúpula nacional del partido aseguran, en cambio, que ha sido Génova la que le ordenó restituir la imagen de Navarro.

Hay que recordar que la condición de presidenciable de la secretaria general, que de algún modo se saltaba así al propio Antona como candidato natural a la jefatura del Ejecutivo, dio lugar a un amago de rebelión en el grupo parlamentario. Hasta cinco de los 11 diputados del PP en la Cámara autonómica, con el propio Antona a la cabeza, no estaban dispuestos a consentir que el pacto con los nacionalistas tuviera como condición que Navarro fuera la jefa del Gobierno en detrimento del presidente del partido en las Islas. El desencuentro entre los números uno y dos de la fuerza política desembocó en un desencuentro también entre los más próximos a uno y a otra. Aunque el predicamento de Antona entre los suyos sigue siendo considerable, no es menos cierto que también lo es el de Australia Navarro en amplios sectores de la organización, especialmente en la isla de Gran Canaria, con lo que la disputa amenazaba dar lugar a una ruptura aún más profunda. Máxime después de que Antona anunciase que en adelante sería él, y no Navarro, el portavoz del PP en el Parlamento. El líder popular le comunicó a su número dos la destitución el pasado martes, apenas minutos antes de que comenzara el pleno de investidura de Gustavo Matos como nuevo presidente de la Cámara, lo que dio lugar a un público desencuentro. Antona y Navarro no solo no hablaron durante un solo momento de la sesión plenaria, sino que incluso evitaron cruzarse la mirada. Ya por la tarde, en la reunión de la junta directiva, la secretaria general presentó su dimisión antes de abandonar la junta casi una hora antes de su finalización visiblemente compungida. A pesar de esta serie de sucesos (el mismo Antona reconoció haber rechazado la dimisión de Navarro), el presidente del PP canario negó que se hubiera producido un pulso interno e incluso aseveró que la decisión de recolocar a la secretaria general en la dirección del grupo fue suya "desde el primer minuto de juego". Afirmó que las relaciones con Navarro son muy buenas y que no solo llevan muchos años trabajando "codo con codo", sino que todavía les quedan por delante "muchos años más para seguir fortaleciendo y construyendo juntos el Partido Popular".

Lo cierto es que el toque de atención de Génova es el primer paso que da la cúpula nacional del PP para reconducir la situación. En Madrid esperan que la recolocación de Navarro sirva para coser la herida a la espera de nuevas decisiones. Decisiones más o menos drásticas sobre las que ayer se manifestó Antona, en concreto sobre la posibilidad de que Génova nombre una gestora. "El partido está configurado. Soy presidente desde hace dos años, con el apoyo del 98,6% de los compromisarios, y estoy trabajando intensamente", apuntó.