Entre el 26 de junio y el 2 de julio de 1989, hace estos días justo 30 años, Canarias recibió una visita que iba a ser decisiva para su futuro. Integraba el grupo que viajó al Archipiélago un total de nueve altos funcionarios de la Comisión Europea, que traían el encargo de realizar un informe para avalar que el Archipiélago mantuviera, o no, un encaje singular y diferenciado del resto de España en Europa.

Encabezados por el italiano Giuseppe Ciavarini, el denominado Grupo Interservicios recorrió durante seis días cinco islas y mantuvo una apretada agenda de reuniones y encuentros. Visitaron también diversos barrios, entre ellos El Polvorín de la capital grancanaria, para conocer in situ la realidad de las islas. Y concluyeron que sí, que Canarias merecía integrarse en la Comunidad Económica Europea (como se denominaba entonces a la actual UE) con personalidad propia. Sus conclusiones quedaron plasmadas en un documento que se aprobó casi literalmente al año siguiente: el Programa de Opciones Especiales para la Lejanía e Insularidad de las Islas Canarias (Poseican).

Canarias cuadró el círculo

El Poseican modificó el anterior modelo de adhesión de las Islas, el Protocolo 2. Y del mismo modo que aquel, se aprobó tras intensos debates entre la clase política, empresarial e intelectual del momento. También después de sonadas tensiones con los diversos Gobiernos centrales. Y en ambos casos, Canarias se hizo oír gracias a la defensa a ultranza que se hizo desde las Islas de su fuero. Es decir, de su Régimen Económico y Fiscal.

El REF que se había aprobado en el 72, en pleno franquismo, fue de hecho el salvaguardia de Canarias cuando España decidió integrarse en Europa. Porque su Estatuto de Autonomía obligaba al Estado "a tener en cuenta el peculiar régimen especial de Canarias en el caso de una futura vinculación de España a áreas o comunidades económicas supranacionales". Y cuando en 1989 hubo de revisarse el Protocolo 2, que se había aprobado con una vigencia de cinco años, el Parlamento de Canarias fue el escenario de una nueva disputa entre quienes estaban a favor de mantener el inicial modelo de adhesión; de una mayor integración pero con especificidades; o de que Canarias quedara fuera de "la Europa de los Mercaderes", como la calificaban entonces las fuerzas críticas.

El hecho es que Canarias logró cuadrar el círculo: "Pese a que el Gobierno de España vivía en una esquizofrenia, porque se vio obligado a sostener dos posiciones distintas a un tiempo (el veto a las concesiones a los países del norte de África y la protección del régimen insular), Canarias logró cosas que al principio parecían impensables", recuerda el histórico Rafael Molina Petit. Quien añade: "Se cambió el Protocolo 2 al sistema actual sin que apenas se notara el impacto. Y no se notó el cambio porque se aplicaron muchas medidas compensatorias y la UE estuvo dispuesta a soltar mucho dinero".

Pero los cierto es que las pretensiones de Canarias entraban en contradicción con los principios de la propia Comunidad Económica Europea. ¿Cómo alcanzó entonces a ser el único territorio español que logró entrar en Europa con personalidad propia y un estatus diferenciado?

La firmeza de Canarias en la defensa de su tradición librecambista, que había quedado consolidada sobre todo en el reconocimiento de sus Puertos Francos, fue clave. Pero pesaron también otros factores: "Canarias era el único territorio del Estado español que tenía personalidad propia en el seno de Las comunidades europeas, a pesar de tener un nacionalismo político menos desarrollado que otras naciones del Estado, que en cambio sí tenían un mayor reconocimiento en la estructura política española como realidad diferenciada (Cataluña, Euskadi y Galicia). El hecho insular, el atraso económico y social, y la ubicación geográfica son razones fundamentales para entender la disposición europea a dar respuesta a las demandas de Canarias", explica el investigador Domingo Gari en su artículo La cuestión canaria ante la adhesión de España a la comunidad Económica Europea (1983-1990).

Hay que entender el marco histórico en que se produce en Canarias el debate sobre el encaje en Europea, que coincide con el proceso de construcción de la autonomía y en el que se confrontan ideologías encontradas. Hay formaciones políticas que "piden a Madrid que salvaguarde los intereses de las burguesías importadoras y de las élites agropecuarias", muy movilizadas para lograr una mayor protección comunitaria de sus productos a la que ofrecía el Protocolo 2.

Abucheos y filtraciones

Pero también se hacían oír grupos sociales y políticos partidarios del derecho a la determinación de vocación africanista: "La última semana de junio visitó el Archipiélago el Grupo de Interservicios de la CEE presidido por M.Ciavarini-Azzi. Durante esta estancia, un nutrido grupo de militantes del CNC se colocó frente a la entrada del Hotel Mencey y durante mas de una hora gritaron consignas contra la CEE, los europeos, el colonialismo y los traidores canarios que habían estado colaborando con esta Comisión de extranjeros mercaderes", editorializaba esos días El Guanche, la revista del Congreso Nacional de Canarias del independentista Antonio Cubillo.

El Grupo Interservicios pudo efectivamente conocer en todo su alcance la peculiar realidad de Canarias, que desde el punto de vista socioeconómico vivía situaciones de pobreza y marginación insoportables y una tasa de desempleo que alcanzaba, como ahora, el 20%. Además, "la izquierda dotó de dimensión política a un asunto inicialmente planteado en clave fiscal y económica", señala Gari. Y el informe de Ciavarini y su equipo reconoce "los problemas que generan las condiciones archipielágicas, la fragmentación del territorio, la lejanía a Europa y la existencia por ello de la aplicación de medidas excepcionales que la metrópolis siempre ha dispensado a estos territorios".

La visita del Grupo Interservicios fue, en fin, todo un acontecimiento en Canarias. Y estuvo plagada de dimes, diretes y anécdotas. La más sonada fue la filtración del documento nada más concluirse. Fue un miembro del Grupo el que pasó el informe al entonces director de la Oficina de Canarias en Bruselas, José Sánchez Ruano, que a su vez lo tradujo sobre la marcha y lo envío esa misma noche al Gobierno de Canarias. Al entonces consejero de Economía, Luis Hernández, le faltó tiempo para filtrarlo a la prensa al día siguiente, de forma que los medios de comunicación de las Islas lo publicaron íntegro. El Gobierno de Canarias lo recibió incluso antes que el propia embajador de España, por lo que se creó cierto revuelo en la capital belga y en el seno de la propia Comisión Europea, sorprendida por la rapidez de Canarias para hacerse con el documento, reaccionar y seguir presionando a favor de sus intereses.

Giuseppe Ciavarini, que aún vive en Bruselas, recibió en 1995 la Medalla de Oro, un reconocimiento con que el Gobierno de Canarias quiso reconocer la labor de todo equipo en defensa de Canarias. Y es que el Poseican ha sido clave sobre todo por el reconocimiento de la lejanía como el condicionante clave que justificaba, y justifica, el trato singular del Archipiélago en la UE. Y es, por ello, el antecedente de la creación de las Regiones Ultraperiféricas de la Unión Europea a partir de 1999.

En el 30 aniversario de aquella visita que concluyó con la elaboración de un Poseican tan favorable para Canarias, el entonces director de la Oficina de Canarias en Bruselas planteaba la conveniencia de "hacer una reflexión colectiva y poner sobre la mesa lo que hemos logrado en estos años". Entre esos logros destaca sobre todo el hecho de que lo que dio fuerzas a Canarias fue su unión:?"Los canarios se mostraron muy reacios en dejar atrás su tradición librecambista", resume Sánchez Ruano.

Una de las mayores pruebas del éxito de la integración singular de Canarias en la UE es que se planteó siempre como un transición, y por tanto como un adhesión provisional hasta la integración plena. En el caso del Protocolo 2, el plazo temporal fue de cinco años, mientras que el Poseican se aprobó con el planteamiento de que se aplicara durante 18 años. No solo han pasado 30 años, sino que se ese tratamiento singular ha quedado consolidado con la aprobación de un nuevo Memorándum de las RUP.

Las RUP en la nueva Europa

En noviembre de 2018 se celebró en Canarias una reunión de los presidentes de estas regiones, para impulsar su desarrollo. Y con la aprobación un mes después del REF y el nuevo Estatuto de Autonomía de Canarias, se cerró el ciclo histórico que se abrió con la aprobación del REF del 72. Y en este tiempo de refundación de la UE, tras la profunda crisis socioeconómica e institucional que ha atravesado estos años, el encaje de Canarias y las restantes RUP sigue siendo clave para garantizar el desarrollo de sus potencialidades, y no solo la protección de sus vulnerabilidades. El desarrollo del REF y el correcto encaje de Canarias en la futura UE son, por ejemplo, esenciales para lograr la internacionalización real de Canarias.

Pero para ello es necesario también que Europa interese a una mayoría social, cosa que no ocurrió durante los lustros de discusión que tuvieron lugar durante el proceso de integración desde el Protocolo 2 a las RUP: "El debate mantuvo ocupado a políticos, empresarios e intelectuales. No así a la mayoría social, que no se sintió interesada ni concernida", recuerda el profesor de la Universidad de La Laguna Domingo Gari.

Pioneros canarios en Brujas

A principios de los ochenta, cuando se debatía con intensidad la entrada de España en la Comunidad Económica Europea, el Gobierno de Canarias comenzó a enviar becarios a Bruselas. Había tomado conciencia de la importancia de "formar cuadros" en los asuntos europeos, vitales para las Islas. Y desde aquellos tiempos hasta la actualidad, dos o tres canarios recalan cada año en el prestigioso Colegio de Europa. Ubicado en la ciudad de Brujas, en esta institución han estudiado numerosos diplomáticos, políticos y funcionarios europeos. Entre ellos los españoles Manuel Marín, ex presidente del Congreso, o el eurodiputado y economista de C's Luis Garicano. Y, junto a ellos, también un nutrido grupo de canarios como el profesor de la ULPGC Casiano Manrique; el abogado Ignacio Díaz Aguilar; José Sánchez Ruano, ex director de la Oficina de Canarias en Bruselas; o los políticos Luis Padilla, Ildefonso Socorro o Carlos Alonso, presidente del Cabildo de Tenerife. Los canarios fueron de hecho pioneros y durante años su Gobierno representó la única región española que becaba estudiantes para que se especializaran en derecho, economía o ciencias políticas. Más tarde lo hicieron Cataluña, País Vasco y Valencia.