¿En algún momento dio por perdido el pacto de izquierdas tal y como se desarrollaron los acontecimientos en las últimas semanas?

Ha sido un mes frenético y se pudo dar cualquier cosa. Lo cierto es que el PSOE ya lo dijo en la campaña electoral y ha sido coherente porque planteamos que era el momento del cambio político y por eso nos sentamos con todos los partidos que lo defendían. Con quien no nos sentamos fue con Coalición Canaria y eso tenía sus riesgos porque podíamos acabar en la oposición, el resto de las fuerzas políticas sí se sentaron con CC y algunas, como el PP, traicionando lo que habían dicho en la campaña electoral porque sí estaban dispuestos a gobernar con CC con o sin la Presidencia. Podía no salir bien pero creo que es lo que han decidido los canarios en las urnas y no estábamos dispuestos a traicionar ese mensaje. Ni titubeamos, ni cedimos a sentarnos con quienes no queríamos gobernar.

¿Cuáles fueron desde su punto de vista los días clave en estas semanas frenéticas?

La comida en el palacete fue clave. Ese día distintas fuerzas políticas se sentaron para un acuerdo que finalmente se frustró. Ya desde la noche electoral Coalición Canaria se las prometía felices y Barragán se aventuró a decir que al día siguiente ya iban a conformar el nuevo gobierno. Inicialmente les daban las cuentas para un pacto de centro derecha, pero cuando se cerró el escrutinio definitivo no sumaban CC, PP y Cs, por lo que necesitaban una cuarta fuerza. Igualmente ocurría por la izquierda y la cuarta fuerza era la misma. El PSOE se sentó oficialmente con las fuerzas del cambio pero también se sentó a petición del PP y de Cs porque ambos dijeron que estaban dispuestos a apoyar al Partido Socialista. Nuestra prioridad era un pacto de izquierdas pero otras fuerzas también se sumaban para dejar a CC en la oposición. Esto provocó la primera reacción desesperada de Coalición Canaria que fue ofrecer la Presidencia a Asier Antona y ahí se pudo ir todo al traste. Tras el fracaso de la comida del palacete el PSOE anunció la semana siguiente que iba a liderar un pacto de progreso y CC vuelve a reaccionar de forma desesperada, va a Madrid para forzar un pacto de centro derecha y cuando se entera de la reunión de las cuatro fuerzas del cambio en Tenerife activan a su comité permanente para ofrecerle la presidencia al PP, aunque no a Antona, y entregar la cabeza de Clavijo con tal de mantenerse en el poder. Creo que al final ha ganado el sentir mayoritario de la gente que quería un presidente de la fuerza ganadora y no extrañas componendas con patéticas fórmulas para que un partido determinado siga en el poder como sea, renunciando a presidir Canarias y ofreciendo la Presidencia a la tercera fuerza en votos.

Pero no me negará que, pese a la reforma electoral y la entrada de nuevos partidos, la política canaria sigue dependiendo de una fuerza que obtuvo 6.000 votos.

Cualquiera de fuera que viera lo que ocurre en la política canaria se asombraría y aquí parece que es normal ¿Cómo es posible que el partido que consigue 20 diputados le ofrezca la Presidencia al tercero y no al candidato sino a otra persona? Lo que hay que valorar no es si es PP se equivocó o no en su estrategia, sino si es normal y lógico que se frustre la voluntad mayoritaria de los canarios volviendo a gobernar el tercer partido en votos. Esta vez no ha sido así y ese es el gran hito de lo que acaba de pasar. Que una fuerza con tres diputados sea determinante también ha pasado en otras comunidades pero es que Canarias son ocho islas y tiene un hecho singular y es que debemos tener un criterio solidario para que todas las islas tengan representación en el Parlamento. Lo relevante no es que una fuerza con tres diputados tenga ese peso, sino que en la noche electoral se dio una aritmética diabólica y que, por suerte, ha acabado con una solución que es la que más satisface a la población aunque no así a Coalición Canaria. Tiene que aceptar que hemos ganado y que ahora le toca la oposición pero ya veo que aún no ha empezado el Gobierno y anuncian que habrá trabas en el futuro, lo cual me parece perverso.

¿Siempre descartó otros pactos posibles y a priori más sencillos como PSOE-CC o PSOE-PP?

Lo dijimos en la primera y única reunión que tuvimos con CC y es que no nos íbamos a sentar con ellos. Hubiese sido una incoherencia absoluta promulgar el cambio político en Canarias y tenerlo en nuestras manos para terminar gobernando con quienes llevan 30 años en los gobiernos de Canarias, no lo hubiese compartido ni la población ni la militancia. Trabajamos el resto de las opciones y nunca excluimos al PP ni a Ciudadanos porque teníamos un mensaje común. Lo que ha publicado LA PROVINCIA de una posible abstención del PP en la investidura puedo entenderlo. Hay que trabajar para que eso ocurra porque la dirección nacional del PP debe entender la idiosincrasia de lo que ocurre en esta tierra y es que la voluntad de muchos dirigentes y votantes del PP canario también piden no pactar con quienes llevan 30 años gobernando en Canarias.

¿Ferraz estaba a favor de un pacto con CC?

Sí, pero Ferraz entendió perfectamente y lo vimos a los pocos días de las elecciones. Se dejó bien claro que Pedro Sánchez iba a estar de la mano de la dirección regional y a la inversa, en el sentido de que teníamos que ir hacia un Gobierno distinto en Canarias que dejara fuera a CC. No solo lo entendieron sino que lo compartieron y nos echaron una mano para lograr este objetivo.

Si la cuestión era echar a CC con un pacto PSOE-PP hubiesen desalojado a los nacionalistas de la gran mayoría de las instituciones canarias ¿no?

De hecho se ha llegado a esas alianza en algunas islas y en ayuntamientos y, a diferencia de antes que la dirección del PSOE era reticente a esos pactos, en esta ocasión se dio el visto bueno a que hubiese acuerdos con el PP en cabildos y ayuntamientos para la regeneración. Distinto es a nivel autonómico pero aquí quien tiene que hablar es el PP, cuya dirección nacional comunicó que no permitiría respaldar al PSOE para presidir Canarias, que su voluntad es pactar con CC y que harán lo posible para que no gobernemos.

¿Usted confía plenamente en Casimiro Curbelo cuando estuvo hasta el último minuto pendiente del teléfono por si había un pacto de centro derecha? ¿Y ahora cuando el secretario general del PP dice que habla con frecuencia con él?

La decisión que tomó ASG el lunes previo a la firma del pacto de progreso fue inclinarse por esa opción sin cerrarse a otras posibilidades. Sí creo en Casimiro Curbelo, a mí no me ha engañado. Hablé con él antes, durante y después de las elecciones y hay gente de su organización que estaba deseando este pacto. ¿Qué él se siente presionado? Pues seguramente sí porque cuando leo que hay dirigentes nacionales del PP que hablan con él y lo muestran me parece una falta de respeto. Nosotros hemos firmado un acuerdo, es un hombre de palabra y vamos hacia un pacto estable frente a lo que dicen algunos.

Pero NC también ha tenido sus 'coqueteos' con CC...

Yo supe que iban a esa reunión en el palacete de Ciudad Jardín porque ellos me lo dijeron y sabía lo que habían propuesto, que habían hablado con CC el día anterior y que les ofrecían su apoyo para no perder Telde y Santa Lucía. NC proponía la abstención siempre que hubiera 36 votos en el centro derecha, pero no se cerró porque faltaban esos apoyos. En ese sentido nadie me ha engañado porque tanto NC como Curbelo me lo comunicaron, aquí no ha habido trampas.

¿Qué NC pida la Vicepresidencia y Economía y Hacienda no es excesivo? Hay sectores en el PSOE que creen que quizá es demasiado poder para un partido que tiene cinco diputados.

Es cierto y eso forma parte de las negociaciones entre los líderes de los partidos y entre los equipos negociadores. Son diez consejerías y el PSOE debería tener siete y una el resto de los partidos, eso es lo que estamos planteando en la mesa. Estamos en esa negociación, hay diferencias y cuestiones que matizar porque las peticiones de todos los partidos son legítimas. Sin embargo, tengo que avanzar que algunas peticiones de máximos que hicieron las tres fuerzas políticas se han ido modulando y ya han tenido que reducir sus peticiones iniciales de máximos. Ese es el camino.

ASG también pedía mucho ¿no?

Ha renunciado a algo. Pedía muchísimas cosas y hemos caminado hacia una propuesta más concreta. También Podemos y NC. No está todo cerrado, ni siquiera las políticas sociales porque también es importante ver los perfiles de las personas que van a asumir las responsabilidades. Hay que funcionar en base a las capacidades que tienen las personas.