Emilio Sánchez de Rojas es experto en Inteligencia, estrategia y relaciones internacionales, con amplia experiencia diplomática y militar en el exterior. Actualmente es coronel diplomado de Estado Mayor y profesor y jefe de departamento en el Centro Superior de Estudios de la Defensa Nacional. Imparte, además, clases en el EAE Business School. Sánchez visitó la Isla para participar en el seminario Terrorismo yihadista: amenazas, retos y respuestas, celebrado en la Real Sociedad Económica de Amigos del País de Gran Canaria, un encuentro en el que se plantearon las nuevas líneas de actuación del Daesh.

¿Qué significado se le atribuye realmente al término Daesh?

Daesh es una ideología, un fin. Son varias estrategias para alcanzar el mismo objetivo, que es establecer un Estado Islámico en todos los países musulmanes y en todos aquellos estados que han sido en algún momento musulmanes, como ocurre con la mayor parte de la Península Ibérica, que es un territorio que ellos consideran parte del mundo musulmán. Y para conseguirlo adoptan diferentes estrategias.

¿Cuáles?

Una de ellas es establecer un núcleo duro que sirva de base para extenderse y que pueda ser replicado en otra parte. Esa es la estrategia principal, pero es una táctica que Al-Baghdadi [líder del Estado Islámico] ya sabía que duraría solo un tiempo. Por otro lado, se ha seguido una estrategia cultural e informativa a través de internet. Esto les sirve para conseguir combatientes extranjeros. Por último, existe la estrategia de replicar su modelo en distintos sitios incorporando grupos locales con objetivos locales que a su vez mantienen un fin común con Daesh. Su idea es crear provincias islámicas en zonas determinadas.

¿Se puede hablar de una desaparición de Daesh?

Daesh se ha exfiltrado de algunas zonas. De Siria se ha ido y en Irak hay regiones donde están exfiltrados, como ya hicieron en 2015. Hay que entender que Daesh va a volver. Hay dos modelos tradicionales de violencia islamista: por un lado, luchar contra el enemigo próximo, que es el modelo tradicional de Daesh y, por otro, luchar contra el enemigo lejano, el enemigo global, que es la idea de Al-Qaeda. Siguen estando los dos y esas ideas se van a mantener, no va a haber una reducción de la violencia.

¿Cuáles son las razones que llevaron a ese declive en Siria?

Sigue estando virtualmente, se sigue manteniendo. En un primer momento sorprendió la capacidad de ocupar territorios importantes en Siria. El problema empieza cuando nos damos cuenta de que el modelo podría dar lugar a réplicas en otras partes del mundo árabe, lo que ya suponía un peligro. La ventaja que tenía Daesh es que su territorio ocupado era un espacio entre dos estados en los cuales podía desplazar sus fuerzas. La idea principal para atacarlos era fragmentarlos y, al dividir el frente, empezó la debilidad. Cuando comienzan las derrotas empieza a disminuir la atracción para los combatientes extranjeros. No hay que olvidar que el apoyo ruso al presidente sirio Bashar al-Ásad permitió que este recuperara terreno.

Usted habla de una presencia virtual.

Daesh está. Tú puedes combatir contra las fuerzas terrestres, puedes combatir el califato porque el califato implica un territorio. Pero lo que hay ahora es un califato virtual y nuevos escenarios. Combatir contra las ideas es mucho más complicado, sobre todo si son ideas bien articuladas.

¿Qué papel han jugado las estrategias de comunicación en la expansión del yihadismo?

Ha jugado un papel fundamental en dos sentidos. Por un lado, a la hora de captar combatientes extranjeros que el Daesh necesitaba porque ha tenido muchísimos muertos y todas esas víctimas había que sustituirlas. Estos combatientes era a los que mandaban al frente, los que realizaban los ataques mientras que se reservaban a las fuerzas más preparadas para otras tareas. La otra función principal era aterrorizar a Occidente. El efecto fundamental del terrorismo es provocar terror desproporcionado. Los efectos de cualquier atentado terrorista son inferiores al número de víctimas que se produce cualquier fin de semana en la carretera y, sin embargo, la carretera no nos aterroriza y este tipo de acciones sí porque producen incertidumbre.

¿Cuáles son los nuevos escenarios en los que actúan estos grupos terroristas?

Hay una serie de nuevos escenarios, donde ya había grupos terroristas pero estos jamás habían rendido pleitesía a Al-Baghdadi y ahora sí. Estos nuevos escenarios se mueven fundamentalmente en partes de África, como son la región occidental o el Congo. También el sudeste asiático, lo que supone un escenario inédito para el ISIS que les permite demostrar que siguen vivos y que son capaces de hacer atentados brutales en su nombre en cualquier parte de estos territorios. En Mali también hay un núcleo yihadista importante. Pero el centro de gravedad de la violencia es Nigeria y este se está extendiendo a otras partes, hacia Chad y hacia Níger.

Emilio Sánchez de Rojas es experto en Inteligencia, estrategia y relaciones internacionales, con amplia experiencia diplomática y militar en el exterior

Mauritania es la pieza clave para la seguridad de Canarias y, por ende, también lo es el Sáhara Occidental. Hasta ahora esta parte no ha sido una amenaza y España tiene una presencia importante en esas zonas. Hay que centrarse en mejorar la gobernanza de Mauritania y Senegal, que son los países que enfocan hacia el Archipiélago. Canarias no es un objetivo para el Estado Islámico porque está demasiado cerca de África y la respuesta sería contundente. Para ellos aquí hay un número importante de inmigrantes y es posible que estén asociados con algunos de ellos, pero sería más para acciones de apoyo que para otro tipo de intereses.