Luis de la Corte Ibáñez es director del Área de Estudios Estratégicos e Inteligencia de la Universidad Autónoma de Madrid, además de doctor en Psicología por el mismo centro. Inventor y ensayista, cuenta con numerosas publicaciones sobre la seguridad nacional, el terrorismo y la violencia política. De la Corte participó ayer en la conferencia Terrorismo Yihadista: Amenazas, retos y propuestas, organizada por la Real Sociedad Económica de Amigos del País de Gran Canaria. Un encuentro en el que se plantearon y debatieron las principales líneas de actuación que se siguen frente a esta amenaza en todo el mundo.

¿Cuáles son los retos actuales ante el terrorismo yihadista?

Los desafíos tienen que ver con los cuatro pilares de la estrategia antiterrorista marcados por la Unión Europea y que han sido reproducidos por España. El primero es prevenir que haya más personas que se conviertan en terroristas, evitar que haya más procesos de radicalización violenta. El segundo pilar es proteger a las personas y los escenarios que puedan convertirse en objetivo de atentados. El tercero es perseguir a las personas que ya están implicadas en actividades terroristas. El último desafío es preparar a la sociedad y a las instituciones para que respondan de la manera más eficaz al terrorismo cuando este no se pueda evitar.

¿Se trata de una amenaza global o solo afecta a una parte concreta del mundo?

Es un terrorismo global. Hay algunos grupos yihadistas que tienen una agenda política global, a diferencia de lo que ha sido el terrorismo clásico. No quieren influir en la situación política de un solo país, ni siquiera de una zona o región, sino que pretenden alterar completamente la situación de todo el mundo musulmán, lo que requiere actuar a nivel mundial. Buscan influir tanto en los países con mayorías musulmanas como en aquellos donde estos se encuentran en minoría. El segundo sentido que explica la globalidad es que actúan en cualquier parte del mundo y no circunscriben su acción a un solo país, sino que colaboran con otros grupos presentes en otros estados. Su concepto es global y su forma de acción también lo es.

Además del terrorismo, ¿qué otras herramientas utilizan estas organizaciones?

Se pueden ver ejemplos en el modo en el que las grandes organizaciones yihadistas reaccionaron a las revueltas árabes. Primero estimularon la agitación social y política. Se infiltraron y crearon grupos que no se identificaban como yihadistas, pero defendían un proyecto político religioso extremista. Fue muy claro en Túnez, en Libia o en Yemen. Los grupos ejercían presión política para hacer avanzar una agenda de reislamización según la versión extrema radical y ultraortodoxa del Islam. La segunda herramienta es el terrorismo. Y la tercera herramienta son las otras formas de violencia que van más allá del terrorismo, como la guerra abierta o la guerra de guerrillas. Son acciones que muchas organizaciones terroristas clásicas no podían permitirse porque no tenían suficientes recursos.

¿Qué lugar ocupa el miedo como factor para lograr sus fines?

Hacer terrorismo es inducir miedo. Si un terrorista no induce miedo, no está haciendo terrorismo aunque lo pretenda. Tienes que intimidar, es el principal efecto psicológico que se busca. Lo que el terrorista quiere cuando comete un atentado es que muchas personas que no han sido víctimas directas del ataque se identifiquen como si lo fueran. Y no solo en términos empáticos, también que piensen que les podría tocar a ellos mañana. Buscan que se haga una valoración exagerada de la amenaza o de lo que esta representa. Siempre que el terrorismo tiene un impacto real es porque la población sobre la que los terroristas quieren impactar magnifica la amenaza. Esto no quiere decir que las amenazas no existan, pero se magnifican a través del miedo. Es lógico que a uno le impacte muy negativamente la noticia de un atentado y que en cierta medida se sienta intimidado, pero cuando no se enfrenta el terrorismo a causa del miedo, estamos dando el paso para que los terroristas consigan lo que quieren.

Parece que Europa ha dejado de ser el objetivo principal de los yihadistas. ¿Cuáles son las regiones donde actualmente se concentra mayor peligro?

Europa siempre va a ser objetivo del terrorismo yihadista. Otra cosa es que sea un objetivo prioritario y que haya los recursos necesarios para actuar en Europa como les gustaría actuar. Cualquier amenaza de organizaciones o grupos requiere de dos condiciones para materializarse. Por un lado, necesita de la motivación por parte de esos grupos y, por otro, de la capacidad para realizar los ataques. En Europa hemos tenido un receso del terrorismo porque esas capacidades se han reducido. Por un lado, esto ha ocurrido gracias a la acción de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado y de los Servicios de Inteligencia. Y, por otro lado, ha influido el debilitamiento de las grandes organizaciones fuera de Europa. La reducción de la actividad se ha debido a un problema de capacidad, no de motivación. No es porque ya no quieran, quieren, pero más importantes son para ellos los escenarios clave en el mundo musulmán.

¿Cuáles?

Siria y Irak siguen siendo focos muy preocupantes, Afganistán y Pakistán, también, y la India lo va a ser. Estos países, junto a África Occidental, son los más importantes. En esta región, el proceso de extensión del yihadismo durante los cuatro últimos años no tiene parangón. Esto no lo había anticipado nadie hace diez años, porque están llegando más allá de los límites de lo que era el ámbito natural de extensión.

¿Qué factores influyen en que la amenaza contra España sea más o menos intensa?

Hay una serie de factores estructurales que permanecen y otros coyunturales. Entre estos últimos destaca la posible existencia de conflictos que de una u otra manera puedan afectar a quienes en España están alineados ideológicamente con los elementos yihadistas que se implican en esos conflictos. Eso aumenta el riesgo. Si Europa o España pasan por una situación de inestabilidad política, de tensión social, eso les convierte en escenarios más vulnerables para atentar. La presencia de tropas europeas en escenarios de guerra en países musulmanes también aumenta el riesgo, lo que no quiere decir que podamos prescindir de esto siempre.

¿La cercanía de Canarias con las zonas africanas en las que crece el terrorismo incrementa la posibilidad de que el Archipiélago se encuentre en peligro?

A priori no veo ningún factor de riesgo añadido que no haya tenido antes Canarias. La situación es la misma. La proximidad podría influir y se incrementaría el riesgo en las Islas en la medida en que se intensificara de nuevo el flujo de inmigración irregular. El 99% de los inmigrantes que llegan de este modo ni son terroristas ni lo van a ser, pero en ese flujo de personas se puede intentar infiltrar alguno, y esto ya ha ocurrido. Los autores de algunos de los atentados más importantes de los últimos años en Europa entraron como refugiados. Si aumenta el flujo de inmigrantes irregulares, se crea una vía para penetrar en Canarias y perpetrar un atentado. Además, genera la posibilidad de intentar establecer redes de captación y reclutamiento.

¿La experiencia de ETA permite a España estar mejor preparada para combatir el terrorismo?

Quitando el Reino Unido, no hay otro país donde haya mayor conciencia de lo que es el terrorismo y el daño que puede llegar a hacer. Hay muchísimas personas en las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado y en el Centro Nacional de Inteligencia que llevaban muchos años trabajando en terrorismo, así que en términos de procedimientos tenían mucho aprendido y han podido transferir mucho conocimiento y mucha experiencia.