Asier Antona y María Australia Navarro escenificaron ayer durante la junta directiva regional el cisma que atraviesa el PP en Canarias. El presidente y la secretaria general del partido en la Comunidad Autónoma, que por la mañana evitaron en todo momento cruzarse la mirada durante el primer pleno parlamentario de la X Legislatura, evidenciaron ya por la tarde, durante la reunión de la dirección del partido y en presencia de los suyos, la profunda desunión entre ambos. Hasta el punto de que Navarro presentó su dimisión como número dos de los populares en las Islas. Antona no aceptó la renuncia de la que fuera su mano derecha, pero ya horas antes de que comenzara la reunión prevista desde ayer había anunciado a los miembros del grupo parlamentario que esta no volvería a ser la cara visible de la bancada. Así se lo hizo saber también a la propia Navarro. Será el mismo Antona quien en adelante asuma ese papel.

Tras la reunión de la cúpula del PP, que se celebró en Santa Cruz de Tenerife horas después de la sesión de apertura en el Parlamento, fueron Lope Afonso y Manuel Domínguez quienes corroboraron lo que ya se había anunciado fuera de micrófono en los pasillos de la Cámara regional. No se ha decidido quién ocupará la presidencia de la bancada o quién será el viceportavoz, y mucho menos quiénes representarán al PP en las distintas comisiones, pero sí que la secretaria general, es decir, la número dos de los populares isleños y líder de la fuerza política en Gran Canaria, no estará en la primera fila. Una decisión que se produce solo un par de semanas después de que trascendiera el nombre de Navarro como eventual presidenta de un nonato pacto entre el PP y Coalición Canaria y Cs, además de ASG, para gobernar la Comunidad Autónoma a propuesta de la dirección nacional.

Durante la reunión de la junta directiva la imagen fue la de un partido roto. "Hay mucha tensión y mucha división", apuntaban vía mensaje telefónico aún desde dentro de la sala de reuniones de la sede del PP en la santacrucera calle Castillo. Y la tensión quedó de manifiesto cuando Navarro abandonó la reunión. La versión oficial es que tenía que irse, como otros representantes del partido en Gran Canaria, para coger el avión de regreso a su isla, pero el rostro de la secretaria general y ya ex portavoz parlamentaria dejó bien a las claras su malestar.

Aunque no trascendió ni en la rueda de prensa posterior ni por medio de ningún otro canal oficial del partido, Navarro puso su cargo a disposición de Asier Antona. El presidente del PP no aceptó la dimisión, pero la ruptura ya se había producido. Lope Afonso y Manuel Domínguez trataron de reducir el ruido. Se limitaron a reconocer que en la junta se había producido un debate "apasionado" fruto de informaciones "malintencionadas" que "otros partidos" deslizaron en medio de las conversaciones para intentar formar gobierno. Pero el empeño de parte del partido en defender la teoría de la intoxicación fue el que llevó a Navarro a levantarse e irse una hora antes de que finalizara la reunión. La insistencia en que todo obedece a la "intoxicación" de CC la siguen defendiendo a pesar de que parte involucrada en las negociaciones para el pacto, como el propio Casimiro Curbelo, han reconocido públicamente la existencia de una rebelión en el PP encabezada por Antona contra el mandato de Génova. Es más, incluso insistieron en negar que la popular aceptase ser la presidenta en caso de que hubiera fraguado el pacto con los nacionalistas.

De hecho, en las filas populares son conscientes, tal como reconocieron fuentes del partido presentes en la reunión, de que la defenestración de Navarro no tiene otra lectura posible que la de la vendetta. En esta línea hay quienes creen que habría sido menos traumático esperar a dar a conocer los nombres de todos los cargos en el Parlamento para no ventilar el cisma que atraviesa el partido. Eso sí, la postura común es que CC es la causante del problema. "Quisieron inmolar o que se inmolara un representante del PP [en alusión a Antona, que habría tenido que apartarse en ese eventual acuerdo de gobierno] sin llegar a comprometerse nunca a que se inmolara también Fernando Clavijo", explicó uno de los pesos pesados populares al término de la junta.

Afonso, Domínguez e incluso el propio presidente del partido, que tras abandonar la reunión apenas dedicó unos segundos a los medios para mostrar su satisfacción por el resultado del encuentro, se afanaron para trasladar un mensaje de unidad en medio de la delicada coyuntura. Lo cierto es que parte del grupo y del partido secunda a Asier Antona en su liderazgo al frente del PP isleño. Pero no menos cierto es que la parte que no está con el líder regional no es ni mucho menos despreciable. En Génova han tomado nota de la situación por la que atraviesa el partido en Canarias y todo apunta a que el próximo mes se tomarán las primeras decisiones para reconducir la situación. Teodoro García Egea y Javier Maroto, dos pesos pesados de Génova, conocen de primera mano (de hecho estuvieron en las Islas para negociar con CC) que cinco de los 11 diputados del PP en la Cámara regional (con Antona al frente) estaban dispuestos a sublevarse en caso de que Navarro fuese propuesta como presidenta para salvar el acuerdo con los nacionalistas.

El único aval del dirigente palmero es el resultado obtenido en las elecciones autonómicas y locales, unos resultados que, sin embargo, en otros tiempos habrían sido más que suficientes para pedir su cabeza. No obstante, esos mismos resultados en la actual coyuntura le han permitido salir indemne del desafío, algo a lo que ha contribuido el momento de debilidad que atraviesa Génova y la actual dirección nacional que encabeza Pablo Casado. Antona se dibuja ante los suyos como un líder autónomo e independiente a pesar de desperdiciar tres ocasiones para entrar en el Gobierno regional. En dos ocasiones fue él mismo quien rechazó las propuestas, mientras que la tercera vía fue la de Navarro como presidenciable, que es la que ha dado lugar al cisma en la cúpula dirigente y al divorcio nada menos que entre los números uno y dos del partido. "Ella entiende perfectamente cuál es la situación actual y que no hay nada heredado ni vitalicio", puntualizó Domínguez en la improvisada rueda de prensa.