Históricos del PSOE como Bethencourt admiten que aún no se creen el nuevo escenario y diputadas como Rodríguez hablan de "milagro". Hasta la incredulidad reconocida compareció ayer la firma del pacto a cuatro junto al reloj de las flores del parque García Sanabria de Santa Cruz de Tenerife, el mismo escenario en el que Coalición Canaria cerró la campaña electoral el pasado 24 de mayo.

Lo decían más personas en esa zona, pero fue la alcaldesa de Santa Cruz, Patricia Hernández, la que con más ímpetu comenzó a extender el nuevo bautizo político-civil canario: el Pacto de las Flores. Fue ella la que se acercó y dijo al oído la propuesta nominal a Noemí Santana, que enseguida se la trasladó a Ángel Víctor Torres. Este la difundió para los libros de historia. Luego, acabaron rematando la escena con una foto en la parte superior del Reloj de Flores, símbolo del García Sanabria.

No es un sitio cualquiera. En la tarde noche del pasado 24 de mayo, la plana mayor de CC cerró allí su campaña electoral, con una imagen de manos enlazadas y en alto y las flores del reloj más célebre de la capital tinerfeña detrás.

Un cartel con los logos de los cuatro grupos sirvió de fondo a la cita. O se imprimió a toda prisa desde la mañana del jueves, cuando se anunció el pacto, o algunos ya lo daban por hecho y jugaban con cartas marcadas por mucha literatura que se haya escrito en las intensas últimas cuatro semanas.

Muchos socialdemócratas convencidos, socialistas de toda la vida, ecosocialistas de larga lucha e integrantes de Podemos coincidían en que temieron que el pacto no fraguara. Algunas diputadas, como la gomera Ventura del Carmen Rodríguez (PSOE), lo calificaron de "milagro", mientras que un dirigente histórico como Vicente G. Bethencourt admitía que aún se pellizca para asimilar el poder de su partido en las Islas, pues no lo logró ni en 1983 y aún puede crecer en los cabildos. López Aguilar, además, reconocía que lo vivía como desquite existencial.

Para la muy diversa familia de la izquierda isleña, el Pacto de las Flores puede poner al Archipiélago en la hora cero en pro de un desarrollo más sostenible, justo y equilibrado. Para los que auguran crisis por las contradicciones que, sin duda, presentan las cuatro fuerzas, el reloj canario se ha parado o comienza a retrasarse.

Sin embargo, Torres, Rodríguez, Santana y Curbelo se afanaron ayer en intentar dejar claro que han puesto las luces largas, que son conscientes del momento histórico, de que se les va a exigir mucho y de que cometerán errores, pero que se trata de un "acuerdo estable y para los cuatro años". Es más, por el camino y con las reiteradas veces en que Torres y Curbelo se llamaron ayer "compañero y amigo", hasta puede resolver una crisis como la de la división socialista gomera.

Desde ahora, el reloj y las flores pueden avanzar, oler bien, pararse o marchitarse, pero, al menos ayer, lució un pletórico sol para saludar la firma.