Guerra abierta en el PP canario. El fracaso del pacto de centroderecha no solo ha sacado a flote la división interna del PP en las Islas, sino que ha acrecentado el malestar interno por la gestión llevada a cabo antes y después de las elecciones. Para los críticos con la dirección regional llueve sobre mojado y los acontecimientos que se suceden estos días son el reflejo de un "enfrentamiento anunciado".

La negativa de Asier Antona, presidente del PP en las Islas, de apoyar a su número dos como presidenta de Canarias, Australia Navarro, echó por tierra las posibilidades de los populares de estar en la primera línea del Ejecutivo regional, la gran baza del partido tras los malos resultados electorales cosechados el 28A y 26M en el Archipiélago.?La formación perdió en las urnas seis senadores, tres escaños en el Congreso y un diputado regional. Al quedar fuera del Gobierno y no ser, siquiera, el partido líder de la oposición, queda relegado "a un tercer o cuarto plano", con la consiguiente "merma que ello supone", pues su retroceso en el poder municipal, con?Arrecife como principal plaza, ha sido notorio. El runrún del nombrar una gestora crece y algunos apuntan a que se esperará a pasen la constitución de los cabildos y el Parlamento para analizar la situación y abrir un "periodo de reflexión".

El secretario general y el vicesecretario de Organización,?Teodoro?García Egea y Javier Maroto, se desplazaron a las Islas el jueves con la intención de cerrar el pacto de centroderecha con CC, ASG y Cs. Los números dos y tres del partido se encontraron, sin embargo, con un partido fragmentado. Antona comunicó a Curbelo, que paralelamente se reunía con los partidos del bloque progresista, que no iba a dar su apoyo a Navarro, como tampoco lo iban a hacer varios diputados electos, entre los que se encuentran Fernando?Enseñat, Carlos Ester, Lorena Hernández y José Manuel García Casañas. Este posicionamiento, junto con la indecisión de Ciudadanos, hizo que Curbelo se decantara por la alianza liderada por el PSOE para formar Gobierno en Canarias y que las aspiraciones del PP y CC se diluyeran.

García Egea y Maroto permanecían ayer en las Islas para tratar de cerrar pactos en los cabildos, en especial en La Palma y?Tenerife. La prolongación de su estancia fue entendida por una parte del partido como una sentencia a la gestión de Antona, que tomó las riendas del partido en Canarias en abril de 2016 tras la renuncia de José Manuel Soria, que abandonó la dirección por la polémica de los papeles de Panamá. Antona revalidó el cargo al imponerse en las primarias en marzo de 2017 y, algo más de un año después, apoyó a Soraya Sáenz de Santamaría en la carrera contra Pablo Casado para liderar el PP tras la dimisión de Mariano?Rajoy.

Antona perdió la apuesta. Casado se impuso en las primarias y en Génova han tomado buena nota de sus pasos, en especial en la política de pactos llevada a cabo.?Uno de los hombres que ha estado junto a él en este periodo postelectoral ha sido Sergio Ramos, senador y secretario de Comunicación Corporativa del Comité Ejecutivo Nacional que figuraba en la lista de Sáenz de Santamaría como personas de confianza para estructurar la organización si llegaba a liderar el PP.

Los teléfonos de miembros y afiliados del PP no paraban de sonar ayer. La "pelea" entre dos líderes del partido -el presidente regional y la secretaria general- era la "comidilla" del día. "No se reconoce al PP.?No sabemos si sangramos o si la herida está tan abierta que ya no se puede cerrar", indican algunas voces. Muchos miembros del partido "están mosqueados" por la frustración del pacto, la "descoordinación" para cerrar alianzas en ayuntamientos y cabildos, "por la falta de liderazgo" y porque "la sensación es de que ya no se puede caer más bajo". Las críticas hacia Cs tampoco faltan, al considerar que con su actitud de veto permanente a Clavijo también buscaban evitar que el PP estuviera en el?Gobierno canario.