Nueva Canarias acordó en su Ejecutiva del pasado lunes la preferencia en alcanzar un pacto de progreso con las fuerzas de izquierda pero que, si no era posible, se inclinaría hacia el otro escenario que trabajan Coalición Canaria y el Partido Popular. Esta situación de desconfianza ha puesto nerviosos a los negociadores del PSOE, que apuran las conversaciones ante la cercanía del pleno de constitución del Parlamento pero también porque CC puede tomar la delantera a los socialistas en la suma de los 36 diputados necesarios para conseguir la investidura.

Hasta hace unos días el principal escollo para el candidato socialista Ángel Víctor Torres era el dirigente gomero Casimiro Curbelo. El líder de la Agrupación Socialista Gomera (ASG) está mareando la perdiz hasta el último minuto porque las ofertas tanto de un lado como de otro son numerosas y tentadoras.

Sin embargo, los socialistas se han tenido que enfrentar en los últimos días a algo que no esperaban y son las demandas de Nueva Canarias para alcanzar un acuerdo, ya que los nacionalistas quieren tener presencia en el Gobierno no sólo con cargos intermedios sino también con consejeros y puestos relevantes en la Administración autonómica. A esto hay que añadir la desconfianza que se ha generado entre las dos fuerzas políticas por lo ocurrido en la constitución de los ayuntamientos, ya que los nacionalistas consideran que tanto Telde como Santa Lucía se podrían haber salvado si el PSOE no hubiese puesto piedras en el camino desde el primer momento de las negociaciones.

El líder socialista Ángel Víctor Torres se las prometía felices el pasado lunes cuando reunió a la Ejecutiva regional socialista y comunicó que "en horas" estaría firmado el pacto progresista. Pero el hecho es que tres días después éste continúa en el aire entre la ambigüedad de Curbelo y el enfado y la desconfianza del líder de Nueva Canarias, Román Rodríguez.

El principio de acuerdo al que llegaron el presidente del Cabildo de Gran Canaria, Antonio Morales, y el candidato socialista Luis Ibarra el martes ha calmado un poco las aguas entre los dos partidos. Sin embargo, los nacionalistas no se terminan de fiar del todo y también en la reunión del pasado lunes se barajaron otras opciones en la Corporación insular, tras las conversaciones mantenidas con Coalición Canaria la semana pasada para garantizar los ayuntamientos.

Fluctuaciones

El pacto de progreso se está viendo sometido a una permanente fluctuación y, pese a la ruptura de las conversaciones que tuvieron lugar el pasado viernes entre las formaciones del pacto de centro derecha, más lo sucedido el sábado con los ayuntamientos, el PSOE se ve incapaz de cerrar un acuerdo que le garantice la Presidencia del Gobierno con un pacto de izquierdas.

NC ha elevado el precio del pacto en estos días y sus dirigentes evidencian su malestar con la estrategia negociadora de los socialistas. La formación nacionalista reclama al menos dos consejerías y fuentes cercanas a la negociación también apuntan a la Autoridad Portuaria de Las Palmas como uno de los puestos donde ha puesto NC su punto de mira. Sin embargo, la preferencia de los socialistas sigue siendo un reparto equivalente a la representación de cada partido y porque existe también el compromiso de cederle puestos a la ASG.

El objetivo tanto de los socialistas como del bloque de centro derecha es que el pacto esté cerrado antes de acabar la semana para llegar al pleno de constitución del Parlamento con una Mesa de la Cámara en función de los grupos que pacten el Ejecutivo. Lo habitual en los parlamentos es que sus órganos de gobierno tengan una representación proporcional de los grupos políticos y, en todo caso, si hay un pacto de gobierno sean las fuerzas que formen parte del mismo las que se repartan los puestos de la Mesa.

La situación generada y la posibilidad de que el PSOE se quede sin presidir la Comunidad Autónoma está encendiendo todas las alarmas en el seno de la formación socialista, cuando todavía ni siquiera se han constituido los cabildos y a una semana de que el Parlamento inicie su andadura en esta nueva legislatura. Las complicaciones que han ido surgiendo en las dos últimas semanas han provocado un cúmulo de ansiedades y nervios entre los componentes de las distintas formaciones ante un puzzle que no termina de encajar. La suma de un mínimo de tres fuerzas políticas e incluso cuatro es algo inédito en la política canaria y el encaje de bolillos dificulta un pacto estable.

Ayer tanto el presidente del Gobierno en funciones, Fernando Clavijo, como el líder de la ASG, Casimiro Curbelo, daban a entender que el acuerdo es inminente. Tras asistir al acto del Día de la Policía Canaria junto al propio Fernando Clavijo, Curbelo se mostró convencido de que el acuerdo de gobierno -aunque sin especificar cuál- "será una realidad en los próximos días", siempre antes de la constitución del Parlamento. De hecho, a lo largo de la jornada de ayer, tanto los negociadores del pacto de centro-derecha como los que buscan el acuerdo de progreso promovido por el PSOE mantuvieron contactos con ASG y NC para intentar sumar los 36 votos necesarios para formar gobierno. En ese sentido, Curbelo insistía en que su formación mantenía abiertas todas las posibilidades "para conformar un gobierno que dé estabilidad a la Comunidad Autónoma y que sea posible".

Tampoco ninguno de los dos bloques descartan un gobierno en minoría tras la segunda votación de la sesión de investidura, si finalmente no se termina de cerrar los 36 votos que dan la mayoría absoluta del Parlamento.