Cincuenta de los sesenta diputados del Parlamento de Canarias cobrarán un total de 5.000 euros en dietas por convalidar dos decretos leyes del Gobierno regional. Dos trámites en 85 minutos. Esa fue toda la tarea que los parlamentarios hicieron en el "singular" pleno que ayer celebró la Cámara autonómica. "Singular", en palabras de la presidenta de la institución, Carolina Darias, tanto por celebrarse fuera de calendario como por el escenario. Las obras de ampliación del hemiciclo para dar cabida a los diez nuevos escaños que habrá en la próxima legislatura (se pasará de 60 a 70 diputados por la reforma del sistema electoral) obligaron a habilitar la sala Europa como improvisado salón de plenos. De hecho, las dos votaciones fueron a mano alzada, ya que no se dispuso de sistema telemático. La sesión sirvió para que el Parlamento, nuevamente dividido en dos bloques, diera su visto bueno a los dos últimos decretos leyes aprobados por el Ejecutivo. El cuarto y el quinto desde que el nuevo Estatuto de Autonomía le confiriese esta posibilidad legislativa.

Fueron 56 los parlamentarios que asistieron a la institución de la santacrucera calle Teobaldo Power. El pleno no estaba previsto en el calendario, pero era obligatorio que se convocara por dos motivos. En primer lugar, y fundamentalmente, porque los decretos leyes los aprueba el Gobierno sin necesidad de que pasen antes por la Cámara, pero el Parlamento debe después convalidarlos o rechazarlos. Y en segundo lugar, porque el Legislativo canario aún no se ha disuelto, como sí ha ocurrido en el caso de las Cortes Generales, de modo que es al pleno al que le corresponde evacuar este trámite. Si la Cámara regional se hubiese disuelto ya, como ha ocurrido en la mayoría de los restantes parlamentos autonómicos del país, habría sido la Diputación Permanente (el órgano encargado del gobierno de la institución cuando ha finalizado el período de sesiones) la que habría despachado los dos decretos leyes. Estas dos circunstancias confluyeron para que Darias tuviera que ordenar que se habilitara la sala Europa para poder sentar a los diputados, ya que cuando se elaboró el calendario de las obras de ampliación del hemiciclo no estaba prevista la sesión plenaria de ayer. Y una reunión de los parlamentarios implica el pago de dietas: 60 euros para cada diputado de Tenerife, 83 para cada uno de los de Gran Canaria y 113 euros para los restantes 30 parlamentarios de las islas periféricas. Teniendo en cuenta las cuatro bajas que se contabilizaron en el pleno (las de Natividad Arnaiz, Gladis Acuña, José Estalella y Loly Corujo) y que los representantes de Podemos han renunciado a cobrar sus dietas por lo insólito de la sesión plenaria, la imprevista reunión costó un mínimo de 4.631 euros. Y eso como mínimo, porque no entran ahí el extra que perciben los portavoces de cada uno de los seis grupos parlamentarios por cada pleno o reunión. En su caso son 90 euros si el portavoz es de Tenerife, 130 si es de Gran Canaria y hasta 160 euros si es de alguna de las restantes seis islas. En definitiva, fueron alrededor de 5.000 euros extras los que supuso la reunión.

Eran varios los diputados que en conversaciones en los pasillos del Parlamento reconocían que habría sido más "decoroso" que la Diputación Permanente estuviera ya constituida y se hubiera encargado del trámite. No obstante, todos puntualizaban que la situación no puede achacarse en ningún caso a la institución. Es más, si el Gobierno no hubiera aprobado in extremis los dos decretos leyes en cuestión (para modificar las leyes del deporte y de policías locales), el Parlamento no se habría visto obligado a convocar la sesión de ayer, en la que por cada decreto ley convalidado se pagó unos 2.500 euros.

Hay que precisar, además, que no todos los 50 diputados que se embolsarán las dietas por la jornada de ayer estuvieron presentes hasta el final de la sesión. En los improvisados escaños de la bancada del PSOE hubo ausencias prematuras por motivos de agenda de partido. Iñaki Lavandera, Patricia Hernández, Ventura del Carmen Rodríguez, Marcos Hernández Guillén y Ana González González abandonaron el pleno para estar en la presentación del lema de campaña de los socialistas de cara a las elecciones del próximo día 26.

En lo estrictamente parlamentario, la Cámara aprobó las modificaciones que el Gobierno había hecho vía decreto ley en las leyes del deporte y de policías locales. Esta última, que no cuenta con el apoyo de la Fecam porque entiende que no se ha consultado a los ayuntamientos, posibilita que los consistorios deleguen en el Ejecutivo la convocatoria de nuevas plazas de policía local.

Torres 'contraprograma' con su eslogan

El pleno de ayer fue insólito. Y no solo porque se celebró en el exilio de la sala Europa forzado por las obras de ampliación del salón de plenos. Lo cierto es que la sala que el Parlamento destina habitualmente para los actos más protocolarios se comportó, pese a las circunstancias, con dignidad. No hubo sistema telemático de votación y la estampa se asemejaba más a la de un congreso de profesionales que a la de un pleno institucional, pero lo cierto es que nadie pareció incómodo en su mullido sillón tapizado. La presidenta, Carolina Darias, y los operarios de la Cámara cumplieron así con nota. Máxime si se tiene en cuenta que el plenillo de ayer (término hurtado a un parlamentario durante una conversación de pasillo) no estaba en el calendario. Pero las circunstancias, en este caso los dos últimos decretos leyes aprobados por el Gobierno, obligaron a convocar a sus señorías para que convalidaran o rechazaran las dos iniciativas. Finalmente las convalidaron.

Los votos de los grupos de Coalición Canaria (CC), el PP y la Agrupación Socialista Gomera bastaron para salvar la cara al Ejecutivo y sacar adelante las modificaciones de las leyes del deporte y de policías locales. En el no estuvieron el PSOE, Podemos y Nueva Canarias. El mensaje común de los tres grupos es que el Gobierno no hizo los deberes a tiempo, desatendió los problemas en las plantillas de la policía local (falta alrededor de un millar de efectivos) y quiso después solucionarlo a última hora con un decreto ley.

Cuando llegó el momento de votar la modificación de la ley del deporte (que se limitó a enmendar un error en la normativa sobre las sanciones y que sí se aprobó por unanimidad), las calvas en la bancada socialista ya no podían disimularse. Patricia Hernández, Iñaki Lavandera, Ana González, Marcos Hernández Guillén y Ventura del Carmen Rodríguez ya habían marchado para acompañar al líder de su partido, Ángel Víctor Torres, en la presentación del lema de campaña: Cambiar Canarias. El PSOE había contraprogramado el plenillo, y si no lo hizo expresamente, desde luego no calculó bien los tiempos. Bastaba con prestar atención para ver cómo los parlamentarios socialistas miraban el reloj cada vez con más frecuencia según se acercaba la hora de la rueda de prensa. Torres no podía esperar más. Al final se fueron unos 20 minutos antes.