Doce segundos bastan para llenar de agua uno de los dos aviones CL-215 turbo que desde ayer realizan prácticas en Canarias. Las dos aeronaves vistas estos días por las Islas pertenecen al 43 Grupo de Fuerzas Aéreas, una unidad cuya misión principal es la extinción de incendios forestales. El grupo repite un año más el programa de entrenamiento de tripulaciones en tareas de extinción de incendios forestales que anualmente tiene lugar en Canarias.

Durante cuatro días 19 miembros del grupo entrenarán y actualizarán el reconocimiento de la geografía canaria de cara a facilitar la campaña de incendios de verano que comienza el 1 de junio y que este año se prolongará hasta final de octubre.

Juan José Enríquez, comandante en el 43 Grupo e instructor del entrenamiento, asegura que "Canarias es una zona muy abierta con oleaje del Alántico muy duro por lo que es necesario la revisión y actualización del territorio por si hubiera emergencias en verano". El comandante explica que no sólo revisaran la zona de costas sino que también actualizarán "los procedimientos para coordinarse con las autoridades portuarias para realizar las cargas en los puertos".

Esta mañana se pudo observar algunas maniobras frente a la Avenida Marítima en Gran Canaria, una estampa que se repetirá hasta el viernes en todas las Islas, ya que la unidad tiene previstas actividades en todas ellas. Mañana los ciudadanos podrán ser espectadores de las maniobras en zonas como la Playa de las Canteras en Gran Canaria, El Acantilado de los Gigantes en Tenerife o el Puerto de San Sebastián en La Gomera.

Y el viernes los aviones sobrevolarán zonas como La Caleta de Corralejo en Fuerteventura, Costa Teguise en Lanzarote o el Puerto de Tazacorte en La Palma. Zonas que desde la unidad se han definido cómo más adecuadas o "seguras".

El comandante asegura que la complicación a la hora de extinguir incendios en Canarias se encuentra en las cargas de agua abiertas al exterior, y "expuestas al oleaje", por lo que "es el principal hándicap de las Islas", afirma. Por ello apunta que aunque las cargas de agua en tierra son más largas muchas veces son "más seguras". "El proceso en aeropuertos pequeños suele durar unos 20 minutos pero no te expones al peligro del mar", reconoce. En cuanto al clima asegurar que "la humedad favorece a la extinción", pero la mezcla de factores como "la falta de lluvia, el viento y la subida de temperaturas es una coctelera peligrosa".

El agua salada no es una ventaja para la extinción en las Islas. "El agua dulce es mejor, pero preferimos agua salada a que se termine quemando un bosque", reflexiona Enríquez. "El periodo de eficacia entre descarga y descarga es de 20 minutos" lo que imposibilita que el equipo pueda recurrir a agua dulce siempre que lo necesite, explica.

En Canarias no hay una unidad fija durante los meses de verano, hay 8 bases en distintos puntos de España distribuidas de forma que "en una hora se cubra toda la geografía", según explica el comandante. En Canarias "cuando ocurre una emergencia es muy grave pero el riesgo es menos habitual que en otras zonas", señala Enríquez sobre la falta de una unidad fija en las Islas. El comandante además apunto que durante esos meses Canarias cuenta con un helicóptero que tiene una capacidad de 4.500 litros, por lo que en principio "la región está bien cubierta".

Las cargas de agua se realizarán no sólo en el mar sino también en tierra con la ayuda de la Unidad Militar de Energencia (UME) que desde la Base en Gando participará en el entrenamiento. Lugar a donde se desplazaron miembros del equipo de la UME de Tenerife.

Los aviones tienen una capacidad de carga de 6.000 litros de agua, aunque Enríquez afirma que "la cantidad de agua vienen determinada por la cantidad de combustible que lleve", ya que hay que tener en cuenta que los aviones tienen un límite de peso. "Al principio empezamos cargando 4.000 litros de agua y cuando vamos gastando combustible cargamos más agua", afirma el comandante.

Los periodos de vuelos de extinción de estos aviones son de cuatro horas y media, "cuando pasa este tiempo tenemos que retirarnos a la base a repostar y nos sustituye otro avión o repostamos y volvemos a salir", aclara Enríquez. En cada vuelo van dos pilotos y un mecánico.