Este martes, y adelantándose un mes como pasa en año electoral, el presidente canario, Fernando Clavijo, volverá, por cuarta vez, a repasar la situación de las Islas, los logros de su gestión y, según ha adelantado, los retos para el próximo cuatrienio. Lo hará durante su cuarto debate del Estado de la Nacionalidad y, siempre con la máxima de que no puede estar satisfecho del todo mientras haya mucho margen de mejora en ciertas ratios y ámbitos, podrá encarar el momento con un dato muy contundente: que el paro en el Archipiélago ha bajado unos 13 puntos porcentuales (del 33 a menos del 20%), si bien en esto también admitirá que se debe seguir trabajando a fondo porque hay mucha precariedad y, de hecho, el pasado jueves censuró al Gobierno de Sánchez por no derogar la reforma laboral del PP.

Un repaso a sus tres discursos previos en este tipo de debates sirve para dibujar la evolución de un mandato marcado por la ruptura del pacto de CC con el PSOE en diciembre de 2016 y con el hecho más que notorio de haber mantenido la estabilidad y aprobado leyes claves (pese a las divergentes lecturas sobre su contenido y efectos), como la del suelo (2017), Islas Verdes (2016, con 3 votos disidentes del PSOE) o los presupuestos de los últimos tres años.

Para ello, han resultado cruciales los apoyos constantes del PP y ASG sin necesidad de cogobierno a pesar de que los nacionalistas cuentan con el menor número de diputados de un partido gobernante en la historia de la autonomía (18), lo que dice mucho de la capacidad de consensos de Clavijo y CC.

Como recalcó en su discurso de investidura en 2015, el presidente se marcó como gran objetivo recuperar las relaciones con el Gobierno central del PP, rotas casi por completo en los años previos. El mejor ejemplo de ese logro fue la concesión del 50% del IGTE a las Islas, lo que usó en el debate de la nacionalidad de 2016 como ejemplo de nueva etapa de diálogo y de priorización del interés general de los canarios por encima de las batallas partidistas. No obstante, su gran preocupación tras ese primer año de gestión seguía siendo la distancia social que separaba aún a muchos canarios en general y entre islas capitalinas y periféricas en particular, lo que consideraba "otro centralismo a combatir". Para ambos retos, pidió ese año unidad y, en el segundo caso, se habilitó el enseguida famoso FDCAN (1.600 millones en 10 años), alimentado con los fondos del IGTE y continuo recurso de crítica de grupos como Podemos, NC y, tras la ruptura, también del PSC por, supuestamente, concebir mal las prioridades y no destinarse a los servicios básicos.

En 2016, Clavijo prometió libros de texto gratis para las familias con menos recursos (para lo que se programaron 24,2 millones), ya insistió en la necesidad de reforzar el bilingüismo en tercero de Primaria de 605 centros para afrontar una de las grandes grietas formativas, anunció el proyecto Enlaza, centrado en la FP y su enganche empresarial, y la oferta de 4 traslados gratuitos para alumnos de FP o universitarios de islas periféricas.

Además, descartó cambios "profundos" en el sistema electoral, toda vez que CC apostaba solo por bajar las barreras del 30 al 15% insular y del 6 al 3 (finalmente fue al 4 por el PP). Sin embargo, y en esto la ruptura con el PSOE también influyó, al final se ha roto la triple paridad, se ha añadido un diputado por más población a Fuerteventura (que CC sí apoyaba) y se ha creado, con el resto de partidos a favor salvo ASG, una lista regional de 9 escaños que, eso sí, los nacionalistas no creen que cambien mucho el panorama general.

Su insistencia en lo social en ese debate le llevó a presentar como prioritario luchar contra "el 27% de pobreza y el 37% de exclusión social" que había entonces en las Islas. Ese segundo porcentaje (medido según la tasa Arope) no se redujo en los siguientes años y, de hecho, se elevó al 44,6 en 2017 (se publicó en octubre de ese ejercicio, aunque se refería a 2016). Eso sí, en el debate del próximo martes podrá exponer que ha vuelto a bajar del 40% (hasta el 39).

Para paliar esa brecha, habló de un plan contra la pobreza y la exclusión, anunció 823 plazas nuevas de dependencia (las pedidas por los cabildos) y aludió al plan de urgencias entonces en elaboración y aprobado dos años después. Además, y como se confirmó al cierre de ese 2016, llegaron casi 1,7 millones más de turistas (hasta 16,2), se desbloqueó el REF fiscal y se avanzó en el económico (finalmente aprobado el año pasado), aparte de impulsarse los parques eólicos, uno de los logros más reconocidos por el resto de partidos.

De los retos a medio plazo, subrayó la Ley del Suelo y la presentó como la iniciativa legislativa más ambiciosa del comienzo del mandato (en el cierre sobresale la de Servicios Sociales). Asimismo, pidió apoyo ante la modificación del sistema de financiación autonómica (finalmente pospuesto, y más ahora, con las nuevas elecciones generales). De lograrse "un modelo más justo", dijo entonces, se podrían abrir "17 quirófanos más y reducir las listas de espera con 12.495 operaciones al año, atender a 915 dependientes más, incorporar 1.500 nuevos perceptores de la PCI o contratar 1.000 profesores".

Entre lo más llamativo, destaca su alusión a los refugiados de Lesbos y Lampedusa, de los que dijo que "nosotros (los canarios) fuimos ellos". Una solidaridad que algunos le podrían recordar respecto a la crisis de inmigrantes del verano de 2018 en Lanzarote, si bien Clavijo siempre ha exigido una respuesta nacional y, sobre todo, europea a las muertes en el mar. De hecho, en ese discurso anunció citas en Grecia y Bruselas con esos territorios para exigirlo.

Su segundo debate comenzó el 21 de marzo de 2017 y ya lideraba un Gobierno en solitario, sin que por eso no racaneara su gratitud al PSOE por su contribución durante un año y medio. Por supuesto, y así lo reflejó este periódico en la portada del día siguiente, lanzó numerosos guiños al PP en un momento en el que muchos daban por hecho un cogobierno con los populares en busca de estabilidad (siempre con ASG como socio seguro). Otros alimentaron durante meses una posible censura también con los conservadores (Asier Antona la propuso si él era el presidente) y, finalmente, ni lo uno ni lo otro, sino una mayoría muy minoritaria que, no obstante, ha perdido pocas votaciones (una de las más duras fue la de los áridos de Güímar, con Carlos Alonso interviniendo) y ha aprobado las principales leyes.

En ese discurso, que CC presentó como maduro e ilusionante pese a su habitual tono sin chispas escénicas o énfasis retóricos, el presidente primó la creación de empleo (habló de 65.000 afiliados más a la Seguridad Social, 23.100 parados menos y un crecimiento económico del 3,5%) y alabó el FDCAN como un buen instrumento para crear trabajo y diversificar la economía canaria, ese tópico que se escucha desde hace décadas y que, al menos en este mandato, CC considera que se está haciendo un poco realidad con las energías limpias.

Anunció también el célebre programa bilingüe hasta 2032, nunca impuesto, pero sí incentivado y con guiños al francés por la cercanía de África. A su vez, insistió en la igualdad entre las Islas con diversos planes y acuñó un lema ("Menos hablar y ponerse a hacer") que ese mismo día le fue replicado en las redes por el PSOE, lo que incluso hizo que CC estudiase una posible denuncia.

En el ámbito sanitario, anunció un nuevo plan de salud 2018-22, pero obvió el aprobado el año anterior por Jesús Morera. No obstante, y en una de sus alusiones a la ruptura del pacto, anunció medidas drásticas si volvía a subir las listas de espera pese a aumentar el presupuesto en esa área en 312 millones, crítica siempre rechazada por los socialistas.

Clavijo remarcó, asimismo, los 45 millones más en educación y que las universidades canarias tenían entonces las tasas más bajas del Estado. En el ámbito sociosanitario, realzó los 71 millones para más de 8.000 plazas residenciales, centros de día y de noche, y aludió a la necesidad de un programa de envejecimiento activo. Sobre la PCI, y reconociendo la labor del PSOE, destacó que se contase ya con 52 millones y se pasase de 7.072 familias a casi 14.000.

En 2018, Clavijo puso mucho énfasis en los mayores y anunció unas urgencias sanitarias para este sector. Su discurso, muy similar al del año previo, tuvo lugar el 20 de marzo y en él se congratuló (no ha parado desde entonces) de la honda "reducción" de las listas de espera ("un 16,5% en 2017 en operaciones quirúrgicas" y un porcentaje similar en consultas), cuando su previsión era de una rebaja del 3 al 5%.

Como prueba de su apuesta por la sanidad, resaltó los 231 millones más (en 2019, el área ya supera los 3.000) y el acuerdo con los agentes del subsector en pro de la paz social y calidad. Además, subrayó "los 18 millones de consultas especializadas y primarias, los más de 3 millones de urgencias y 104.000 operaciones quirúrgicas".

Ahondando en el peso de los mayores, indicó que, en 2030, habrá 500.000 residentes con más de 65 años y, si bien anunció la incorporación de 4.460 plazas sociosanitarias, ya dejaba claro que serían insuficientes, que es lo que dice, seguramente, dirá este martes.

Sobre dependencia, indicó que se habían resuelto 5.417 expedientes y que, desde 2016, se habían dado más altas que en los 10 años previos. También remarcó los 53 millones para la PCI y aludió a un nuevo Plan de Vivienda que, sin embargo, no se aprobó en 2018 y aún ha de pasar por el pleno. Por supuesto, presentó como imprescindible la ley de Servicios Sociales, que también se apura ahora para aprobarla en este mandato, e, impactado por la movilización feminista del 8 de marzo, puso en valor la reciente concertación social que había acordado y su rechazo a toda discriminación hacia la mujer.

Entre sus anuncios, destacó la "internalización de la educación no universitaria" en pro de la "movilidad, cooperación y políticas lingüísticas", así como que la gratuidad de libros llegaría a 100.000 alumnos en este curso.

2016: el PP censura el ''buen rollito'' y Podemos alude a ATI

Con un pacto con el PSOE que, hasta ese momento, parecía sólido, Clavijo encontró en el PP una oposición dura, al menos en la retórica, en su primer debate. Asier Antona ironizó con lo del buen rollito del presidente, esa apuesta por las formas que, si se analiza el acercamiento al Gobierno de Rajoy (eso sí, cuando el PP ya no tenía mayoría absoluta), dio muchos resultados, pero no tanto con Pedro Sánchez. Según el candidato conservador, "solo con el buen rollito no se resuelven los problemas", por lo que le pidió "valentía para gobernar. De nada sirve el buen tono si no tenemos una partitura de medidas concretas". Además, y en algo repetido por el resto de la oposición, le reprochó que su discurso fuese casi calcado al de la investidura de 8 meses antes. Por Podemos, Noemí Santana usó algo muy recurrente en Gran Canaria respecto a las supuestas ataduras ideológicas de Clavijo y le acusó de "estar atrapado por el entramado de ATI", por mucho que el presidente no ha parado, desde hace años, de remarcar que nunca ha tenido carné del precedente de CC en Tenerife y sí de la coalición creada en 1993. Santana ya censuraba la apuesta por la sanidad privada y los supuestos "compromisos" con empresas de gas. Asimismo, dijo que "la destrucción de nuestro paisaje tiene nombres y apellidos", presentando a CC, PP y PSOE como "los trillizos de la especulación", si bien luego se suavizó respecto al PSOE al caer el pacto. Román Rodríguez (NC) abogaba ya por un esfuerzo mucho mayor en educación y sanidad. "Es un cuento decir que invertir en eso es improductivo". Además, criticaba con fuerza destinar el IGTE al FDCAN y no a servicios básicos o que la política en Vivienda llevase 8 años parada.

2017: un PSOE herido le afea su falta de rumbo

Como si sirviera de metáfora, la exvicepresidenta regional Patricia Hernández le dio la réplica a Clavijo tres meses después de la ruptura del pacto (crisis que duró tiempo y que sufrió especialmente la ahora candidata en Santa Cruz) con una ronquera que no le impidió perder excesiva fuerza expresiva y argumental, aunque sí pareció un gran resumen del estado que vivía el PSC en ese momento. Eso sí, y reforzando el contraataque de CC, le censuró "falta de rumbo" cuando apenas había distancia para hacer balance del gobierno en solitario y ya se centraba en la apuesta por la sanidad concertada y privada por elegir a José Manuel Baltar como consejero, del que ha sido su principal pesadilla en muchos plenos y en la petición de documentación. Hernández describió a Clavijo en ese marzo de 2017 como un presidente "débil", le recordó el atraso en dependencia (aunque poco antes había sido la consejera responsable), el aumento del paro desde enero y de las listas de espera por "agilizar pruebas", aparte de presentar el proyecto de CC como algo "caduco". En esto, coincidió al máximo con lo dicho en este mandato por Antona respecto a los 32 años de CC (del 87 a 1993 con sus versiones insularistas), aunque ese día el líder del PP ofreció un programa de gobierno con 5 medidas para potenciar lo social, diversificar la economía y rebajar los impuestos. Según el PP, el Gobierno se ha encaminado a esas metas con los presupuestos de 2018 y 2019 (especialmente en este último), si bien sigue insistiendo en que el ciclo de CC se ha acabado. Ese día, Clavijo recogió el guante, mientras que dijo que el PSOE era injusto tras tan pocos meses de ruptura. Podemos le acusó de fundamentar su proyecto en "la precariedad y explotación" laboral, aparte de pedir un "rescate social" y de calificar al Ejecutivo de "fallido". A NC le pareció fatal "la falta de autocrítica" de Clavijo y ASG alabó el FDCAN.

2018: el PSC habla de legislatura ''perdida'' y el PP ve el final

El último debate asistió al estreno de Loly Corujo como portavoz del PSOE, en clara sintonía con el triunfo de Ángel Víctor Torres en las primarias a secretario regional en detrimento de Hernández, Corujo hizo un discurso muy duro y, casi obviando el año y medio de cogobierno, presentó la actual legislatura como "perdida". Además, dijo que Clavijo y su gobierno se habían rendido a "los señores del suelo", en coherencia con el no socialista a la nueva ley territorial, si bien secundó buena parte de su tramitación cuando aún compartían el poder. En la parte propositiva, apostó por un acuerdo en pro de un crecimiento económico justo que redistribuya la riqueza. A pesar de que volvió luego a apoyarle el presupuesto para este año, Antona le pidió a CC que "se despidiera del poder con dignidad", mientras que Santana insistió en que el tiempo de los nacionalistas se estaba acabando. NC dijo que Clavijo no sabía defender "ni lo que hizo bien" y ASG se congratulaba de la apuesta por el diálogo en el mandato.