El filósofo argelino Sami Naïr cree que el PSOE tiene interés en convocar elecciones rápidas si la situación financiera en España continúa siendo mala, pues es "totalmente contradictorio" que un presidente socialdemócrata practique una política ultraliberal de privatizaciones y recortes.

El también escritor, que confiesa gustarle el candidato socialista, Alfredo Pérez Rubalcaba, opina en una entrevista concedida con motivo de la inauguración de la universidad de verano de Adeje (Tenerife) que el actual gobierno de España tiene hasta septiembre para decidir qué hacer.

Pese al descontento social que hay, Naïr cree que la gente no votará a "un programa que no sea realmente alternativo al programa de la derecha", y considera que las propuestas de Rubalcaba están "muy bien elaboradas, muy bien pensadas".

La decepción generalizada de la sociedad española lleva al catedrático de la Universidad París VIII a hablar sobre el movimiento 15-M, que, en su opinión, debería seguir la estrategia del partido de Los Verdes alemán, centrado en una democracia viva.

Sugiere la creación de una confederación nacional que defina las estrategias de esta plataforma de protesta ciudadana, que se ha erigido en contra de "la arrogancia, incompetencia e incapacidad" de los partidos de izquierda.

El siguiente paso, propone, es ir hacia los partidos políticos para exponerles sus ideas y, en caso de que éstos decidan no adoptarlas, formarse como grupo político, -"que ya son", matiza- y presentarse a las elecciones.

"No pueden influir solo a partir de protestas, dura un momento pero la gente se cansa y corre el peligro de desaparecer", opina el filósofo, quien se muestra convencido de que ya es el momento de pasar a otra fase, en la que definan sus propuestas y objetivos.

Insiste en que el 15-M obligará a todos los partidos europeos de izquierdas a cambiar de estrategia, puesto que se trata de una corriente que se ha expandido por los países de la Unión Europea.

"Yo he visto como en la plaza de la Bastilla había pancartas en las que decían todos somos indignados españoles", cuenta el filósofo.

También hace referencia a las pancartas de los tunecinos, quienes pedían "karama" (dignidad, en árabe), igual que los "indignados" españoles frente a la puerta del Sol.

"El 15-M hubiera sido absolutamente imposible sin las revueltas árabes" afirma Naïr, quien destaca que en ambos casos se trató de "un levantamiento de la dignidad ciudadana frente a unos sistemas indignos".

La primavera árabe es "una ola de fondo que va a destrozar a corto o medio plazo y construir sistemas democráticos en todos estos países", donde el islam dependerá del poder político y no al revés, reflexiona.

La clave es la plaza Tahrir de Egipto, un país que, a su juicio, lidera el mundo árabe, "cuando Egipto va en una dirección el resto va y cuando Egipto esta paralizada el resto está impotente", agrega.

Alaba el papel que ha tenido internet para impulsar estas revoluciones, ya que ha sido "el único partido que no han podido controlar" y de los mensajes de móvil, que sirvieron en la revolución tunecina como estrategia de lucha contra la policía, contó Naïr, quien por casualidad presenció el estallido de esta revolución.