La Cumbre del Clima de Glasgow (COP26) ha entrado en tiempo de descuento. El pacto final de Glasgow debía publicarse este viernes por la noche pero, tras un tenso plenario lleno de interrogantes, las negociaciones se alargarán una noche más y no se esperan novedades hasta bien entrado el sábado. Este viernes a primera hora se ha publicado el último borrador de unos acuerdos clave para el futuro del planeta. El texto, sobre el que ahora discuten los negociadores, refuerza el mensaje contra las fuentes de energía contaminantes y pide a los países "acelerar la eliminación progresiva de la energía de carbón y de los subsidios ineficientes para combustibles fósiles". Esta petición ya aparecía en el borrador del acuerdo publicado el miércoles, pero en la recta final de las negociaciones parece que el lenguaje ha cambiado. En la nueva versión del redactado, la mención a los combustibles fósiles queda un tanto diluida en un llamamiento más genérico sobre la necesidad de apostar por fuentes de energías limpias. Aunque no se detalla ningún tipo de calendario, de medida o de compromiso concreto para lograrlo. Eso sí, es la primera vez que un texto de este tipo tacha los subsidios al petróleo, carbón y gas como 'ineficientes'. 

El último borrador de los acuerdos de Glasgow también refuerza el mensaje sobre la necesidad de acelerar la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero. El texto, de hecho, recuerda que para limitar el aumento global de las temperaturas a un máximo de 1,5 grados de media se necesita cortar las emisiones al menos un 45% antes de 2030 y llegar a un cero neto para 2050. Dicho esto, el documento "invita a los países a considerar más acciones para reducir sus emisiones" antes de que acabe la década. Asimismo, el texto reclama a todos los gobiernos que todavía no hayan entregado sus planes actualizados sobre cómo logar este objetivo a hacerlo antes del año que viene. También pide que cada cinco años los gobiernos entreguen un plan detallado sobre sus emisiones previstas para la siguiente década.

La petición, lanzada con un lenguaje bastante contundente para este tipo de texto, parece que ha generado ampollas en la mesa de negociación. De hecho, según constata otro de los documentos técnicos publicados hace unas horas, algunos gobiernos impugnan esta decisión y piden reabrir el debate antes de cerrar el acuerdo. En los pasillos de Glasgow, los rumores apuntan a que Arabia Saudí está entre los gobiernos que más está presionando para cambiar esta parte del redactado. El texto final necesita sumar el consenso de las 197 partes antes de ser aprobado de manera definitiva. Así que, en vísperas del cierre, todo apunta a que el debate será intenso.

Según refleja este último borrador, tras dos semanas de debate, los países sí que han logrado cerrar un acuerdo para la creación de un organismo externo para monitorizar el despliegue de las políticas climáticas. Este nuevo programa, liderado por Naciones Unidos, presentará informes anuales sobre la evolución de los niveles de emisiones de cada país. El primer balance se publicará el año que viene, durante la siguiente edición de la Cumbre del Clima, que tendrá lugar en Egipto. Aunque parezca una cuestión puramente diplomática, el objetivo real de este programa no es otro que evitar que los países hagan trampas y declaren que están contaminando menos de lo que realmente hacen. Así que, al menos esto, sí que supone una buena noticia.

Fondos para el sur global

Otro de los puntos críticos que deberá tomar forma en las próximas horas tiene que ver con los fondos que hace más de una década los países ricos prometieron entregar a los estados en vías de desarrollo para hacer frente al avance de la crisis climática. El último borrador del texto llama a "movilizar" todos los recursos posibles para consolidar los 100.000 de dólares anuales para 2025. En estos días, varios gobiernos y entidades financieras han prometido aumentar su aportación a estos fondos. Aunque todavía no está claro cuándo y cómo se hará. 

El texto también reclama doblar la aportación colectiva de los países ricos a los fondos de adaptación climática. Este incremento de la financiación, destaca el documento, debería consolidarse en los próximos cuatro años. El borrador también destaca la necesidad de reforzar las herramientas para remediar las "pérdidas y daños" que la crisis climática está causando en las zonas más pobres del planeta. 

Es así como el texto final de la Cumbre del Clima va cogiendo forma a contrarreloj en una ciudad, Glasgow, que este viernes ha amanecido especialmente fría y lluviosa. En esta recta final de las negociaciones una palabra, una coma o la forma verbal de un verbo (pasado, presente o futuro) podría cambiarlo todo. Según muestra este último borrador del debate, en algunos puntos el lenguaje se matiza. En otros se refuerza. 

El acuerdo final debía publicarse el viernes por la tarde, sobre las seis (hora británica). Pero tras un plenario plagado de tensión, las negociaciones se han alargado mucho más de lo previsto. La presidencia prevé publicar un nuevo borrador del texto este sábado por la mañana. A las ocho, si todo va bien. Sobre las diez se convocará otra reunión extraordinaria de alto nivel para debatir los últimos avances. Si para entonces se consigue un consenso sobre el redactado final, los delegados procederán a votar. El documento necesita sumar el consenso de casi 200 países para salir adelante. Todavía queda un largo camino para saber si Glasgow ha sido un éxito o la enésima decepción.