Las alertas de deforestación en la Amazonía brasileña crecieron entre enero y junio de 2020 un 25 % respecto al mismo periodo del año anterior, según los datos preliminares divulgados este viernes por el Gobierno del presidente Jair Bolsonaro. El Instituto Nacional de Pesquisas Espaciales (INPE) contabilizó en los primeros seis meses del año alertas de deforestación en 3.070 kilómetros cuadrados de la Amazonía brasileña.

Tan solo en junio, las alertas muestran que la devastación del mayor bosque tropical del planeta avanzó un 10,7 % frente al mismo mes del año pasado, hasta los 1.034 kilómetros cuadrados talados, pese a la presencia de las Fuerzas Armadas desde principios de ese mes en la región, donde se desarrolla una operación para evitar la tala indiscriminada de árboles.

El Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF) recordó que Brasil camina hacia el segundo año consecutivo de aumento de la deforestación en la Amazonía desde la llegada al poder del presidente Bolsonaro, a quien los ecologistas acusan de estimular la destrucción de los bosques con su retórica antiambientalista.

Bolsonaro, en el poder desde el 1 de enero de 2019, ha sido presionado por organizaciones ecologistas, grandes empresas brasileñas y hasta inversores extranjeros que han manifestado en las últimas semanas su preocupación por la preservación de la Amazonía, que ya enfrenta la temporada de incendios. En un intento por agradar a los inversores, principalmente fondos europeos, el Gobierno brasileño anunció la víspera que prohibirá durante 120 días el uso de fuego en la Amazonía, una práctica tradicional para preparar los campos de siembra, a fin de contener los incendios en esa región.

El vicepresidente del país, Hamilton Mourao, quien dirige un consejo del Gobierno volcado al cuidado de la Amazonía, reconoció este viernes que algunas medidas podían haber sido adoptadas antes, pero insistió en que el combate a la deforestación será riguroso. "Vamos a seguir con ese tipo de trabajo" de represión a todas las actividades ilegales que promueven la tala de árboles o causan incendios "hasta que esos grupos se den cuenta de que no pueden hacer eso", dijo Mourao.

El vicepresidente explicó las medidas adoptadas por el Gobierno a un grupo de empresarios brasileños preocupados con la degradación de la Amazonía y confirmó que las Fuerzas Armadas permanecerán en esa región hasta noviembre próximo, en tareas vigilancia y de represión a las actividades ilegales.

De todos modos, eso todavía no termina de convencer a organismos como WWF. "Aunque no se queme ningún metro cuadrado en la actual temporada de incendios, que va hasta septiembre, el mayor estrago ya ha sido hecho", afirmó el director de Conservación y Restauración de esa organización, Edegar Rosa, citado en un comunicado.

El año pasado, unos vastos incendios se expandieron por toda la región y sus impactantes imágenes alarmaron al mundo y a líderes de los países más desarrollados, que pusieron en duda las políticas de preservación del Gobierno brasileño.