Las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero siguen creciendo. Si usamos 1990 como año de referencia, siguiendo el Protocolo de Kioto, emitimos un 155% de las de dicho año. Sin embargo, en este tiempo la UE las ha disminuido hasta un 78% respecto de las de 1990.

España aumentó sus emisiones hasta alcanzar un máximo de 439 millones de toneladas de CO2 equivalentes en 2007 (153% sobre 1990), coincidiendo con el punto álgido del crecimiento económico basado en la construcción. Con la crisis, las emisiones disminuyeron hasta un mínimo en 2013 (112% sobre 1990). Conforme la economía volvió a crecer, y el producto interior bruto (PIB) a aumentar, las emisiones hicieron lo propio, alcanzando actualmente un 116%.

Parece, no obstante, que el aumento acumulado del PIB posterior a la crisis hasta este año (un 15%) no se ha visto reflejado con igual fuerza en el crecimiento de las emisiones (4%). Esto indica que es posible crecer económicamente y no usar tanto combustible. No obstante, España tiene que dar el siguiente paso, y disminuir las emisiones de forma neta.

Tras el Informe Especial Calentamiento Global 1,5ºC, del Grupo Intergubernamental de Expertos en Cambio Climático (IPCC, de sus siglas en inglés) queda claro que el tiempo apremia.

En la actualidad nos hemos calentado ya algo más de 1ºC, y es probable que entre 2030 y 2052 alcancemos 1,5ºC. El Acuerdo de París establece como objetivos calentarnos muy por debajo de 2ºC y, a poder ser, de 1,5ºC. En el mencionado informe se muestra que 'cuanto peor, peor', esto es, que cuanto más nos calentemos, peores serán los impactos. 0,5ºC de diferencia cuenta, tanto como para fijar 1,5ºC como objetivo.

No hay tiempo que perder. La meta solo puede ser descarbonizar la economía para 2050. Calentarnos 3ºC, como es muy probable que ocurra con los compromisos actuales de los países al Acuerdo de París, no es aceptable.

De esta cumbre tienen que salir las pautas para que, en 2020, que es cuando tienen que actualizar sus compromisos, la reducción de las emisiones sea acorde con lo que la ciencia establece para no sobrepasar 1,5ºC. De momento, estamos en una senda de calentamiento peligroso. A todos nos compete hacer que eso no ocurra.