Investigadores de la Universidad Estatal de Pensilvania (Estados Unidos) han desarrollado un líquido repelente de bacterias que puede hacer que un inodoro se limpie por sí mismo. Así, según los investigadores, este sistema podría reducir en un 50 por ciento los seis litros de agua que normalmente se usan al tirar de la cadena.

Este líquido se recoge en dos 'sprays' que, entre otras aplicaciones, puede adhiere a una taza de baño de cerámica. El primero, creado a partir de polímeros de injertos moleculares, es el paso inicial para construir una base extremadamente lisa y repelente a los líquidos. Cuando se seca, produce moléculas que parecen pelos pequeños, con un diámetro de alrededor de un millón de veces más delgado que el de un humano.

Mientras que esta primera aplicación crea una superficie extremadamente lisa, el segundo 'spray' infunde una fina capa de lubricante alrededor de esos 'pelos' nanoscópicos para crear una superficie súper resbaladiza. "Cuando ponemos ese recubrimiento en un inodoro y le arrojamos materia fecal sintética, simplemente se desliza completamente hacia abajo y nada se adhiere a las paredes del retrete", explica Tak-Sing Wong, principal responsable de la investigación.

Con esta novedosa superficie resbaladiza, los inodoros pueden limpiar eficazmente los residuos del interior de la taza y eliminarlos con solo una parte del agua que antes se necesitaba. En su trabajo, publicado en la revista 'Nature Sustainability', los investigadores predicen que este líquido podría durar alrededor de 500 descargas en un inodoro convencional antes de que sea necesario volver a aplicar la capa de lubricante.

Igualmente, también esperan que su trabajo pueda tener un impacto en el mundo en desarrollo. La tecnología podría utilizarse en los inodoros sin agua que se utilizan en estos países. "La caca que se pega al inodoro no solo es desagradable para los usuarios, sino que también presenta graves problemas de salud", recuerda Wong.

Sin embargo, si un inodoro o urinario sin agua usara este recubrimiento, los retretes serían más seguros para su uso. Cada día, más de 141.000 millones de litros de agua se utilizan exclusivamente para tirar de la cadena de los inodoros.