Desde hace tres años cada 18 de junio se celebra el Día de la Gastronomía Sostenible, una fecha que intenta inculcar a la sociedad unos hábitos alimenticios más respetuosos con el medio ambiente.
Esta tendencia alimentaria, a la que se suma cada vez más gente, tiene en cuenta los ingredientes de los productos que consumimos, de dónde son, cómo se cultivan y cómo llegan a los supermercados y a nuestros platos.
La gastronomía sostenible no es sólo en la que se consumen artículos ecológicos o procedentes de Comercio Justo y Responsable, sino que además tiene en cuenta el impacto ambiental que supone la producción de un alimento y apuesta por los de temporada que tienen una menor huella de carbono.
Es decir, consumir una sandía o un melón en invierno es posible. Pero el precio de producir estos alimentos en los meses más fríos sería muy alto a nivel económico y en sostenibilidad.
Además, la gastronomía sostenible apuesta por utilizar el agua de forma eficiente, reduciendo las cantidades que se utilizan en la producción de alimentos y reutilizándolas, a ser posible. También reduce el consumo de energía al usar utensilios de hierro o cerámica para retener mejor el calor.
Los principios de la gastronomía sostenible
Los principios sobre los que se basa la gastronomía sostenible son cinco, según las Naciones Unidas:
-Mejorar la eficacia en el uso de los recursos es crucial para la sostenibilidad de la agriculturaLa sostenibilidad requiere de actividades directas para conservar, proteger y mejorar los recursos naturales.
-Una agricultura que no logra proteger y mejorar los medios de vida rurales, la equidad y el bienestar social es insostenible.
-Reforzar la resiliencia de las personas, comunidades y ecosistemas es fundamental para una agricultura sostenible.
-La sostenibilidad de la alimentación y la agricultura necesita mecanismos de gobernanza responsables y eficaces.
A través de ellos, la gastronomía sostenible espera poner fin (o al menos reducir) problemas tan importantes para la sociedad y el futuro del planeta como el desperdicio de alimentos, la sobrepesca o la sequía.
¿Qué puedo hacer en casa?
Planifica las compras
Diseña un menú semanal y crea una lista de compras en base a esa clasificación. De esta manera podrás acudir a los supermercados adecuados y comprar los alimentos con previsión.
Organiza bien tus comidas
Planea bien las comidas para utilizar las cantidades justas de ingredientes en cada una de ellas, sin derrochar y ajustándolas al número de comensales.
Evita desperdiciar alimentos
A la hora de preparar las comidas ten en cuenta también la fecha de caducidad de los alimentos y utiliza primero los que se vayan a estropear antes. Otra manera de evitar el desperdicio de alimentos es reutilizar las sobras en otras recetas.
Apoya a los agricultores
Si es posible, apuesta por los productos ecológicos o los que encuentres en mercados locales y tiendas de pequeños productores y agricultores. De esta manera estarás contribuyendo a su subsistencia y ayudando a sus comunidades.
Prueba la comida local en tus viajes
Si te vas de viaje, ya sea al extranjero o alguna otra comunidad, apuesta por los productos típicos de la zona. Consumiendo las carnes, pescados, frutas o verduras tradiciones de estos lugares apoyarás a la economía local.