'Adolescencia' y la desafortunada referencia a Tenerife de la serie de moda de Netflix

Aunque estemos solo en el tercer mes del año, que Adolescencia es una de las series del año parece fuera de toda duda.

La serie creada por Jack Thorne y Stephen Graham y dirigida por Philip Barantini, a pesar de su bajo presupuesto en comparación con otras producciones de Netflix, está siendo la gran revelación de la temporada.

Al ser una producción británica no es de extrañar que haya en ella, como es habitual en muchas otras, una referencia a Tenerife (o a las Islas Canarias), dada la histórica relación entre ambos territorios y la ingente cantidad de turistas que visitan el Archipiélago a lo largo del año.

Pero si es verdad que la serie acierta en su planteamiento, desarrollo y puesta en escena, no es menos cierto que en lo que tiene que ver con la alusión a Tenerife, este drama no está muy acertado.

Argumento

La trama gira en torno a Jamie, un joven de 13 años que es arrestado acusado de asesinar a una compañera de clase.

No obstante, la serie no se centra tanto en resolver el misterio del asesinato como en explorar el impacto del crimen en la familia del joven, la comunidad y los investigadores. Profundiza así en el complejo desarrollo de los personajes y las motivaciones detrás de tan horrendo acto de maldad.

Subida a la ola de la discusión social por la violencia infantil y cómo enfrentarla, esta miniserie de cuatro capítulos ha triunfado por su crudeza narrativa y su sobria y arriesgada apuesta visual, elaborando cada episodio como si de un solo plano secuencia se tratara. más cercana en esto a Birdman que a Sed de mal.

Referencia a Tenerife

Para todos los amantes de las citas y referencias cinematográficas, hay en el tercer capítulo una alusión directa a la isla de Tenerife, aunque lo cierto es que pocos tinerfeños verán con buenos ojos una alusión que es desacertada, como poco.

En un momento en el que el joven Jamie conversa con la psicóloga sobre sus circunstancias personales y familiares, el chico comenta que había ido con sus abuelos en verano a Tenerife.

Ella le pregunta: "¿de vacaciones?", a lo que el adolescente replica con voz de pretendido paleto: "no, a plantar plátanos (coger según los subtítulos)".

La terapeuta replica jocosa que nunca había escuchado que nadie usara la expresión "plantar plátanos" en plan burla. Y ambos ríen.

Turismo y plátanos

Lo que podría ser una anécdota casual, inerme incluso, esconde una percepción de cómo nos ven los súbditos de Carlos III de Inglaterra.

¿A qué podría venir un chico con su familia a Tenerife? Desde su perspectiva solo a hacer turismo. Porque si no es para eso, lo otro a lo que podría venir es a plantar plátanos. Casi nada.

Hay que recordar que el plátano es la primera exportación de Canarias y el Reino Unido ha sido tradicionalmente uno de los principales receptores de un producto que ha posicionado internacionalmente al Archipiélago y que da de comer a centenares de familias en las islas.

Adolescencia, la vida en un solo plano

En esto, prácticamente en lo único que lo hace, la serie cede al cliché y obvia las muchísimas otras razones por las que un ingles o un escocés podría visitar Tenerife. Somos turismo y plátanos.