“Chico, espabila que de fama no se vive”. De esta forma despectiva concluía la crítica a un restaurante de Tossa de Mar (Girona) por parte de un cliente descontento, recogida por la cuenta de Twitter @soycamarero. Antes de esta advertencia, el cliente había censurado la calidad de la comida (“por ejemplo, los mejillones al vapor los podéis hacer en casa y no notaréis la diferencia”), pero sobre todo el servicio del establecimiento. Después de reconocer que le hubiera gustado tener un trato de favor, porque “íbamos recomendados”, también dedica otras quejas al orden de los platos y a los postres.

El responsable del restaurante Tapas del Mar, molesto por las críticas de ese cliente (“ni le conozco ni tiene derecho a hablarme de esta manera”), no quiso dejar sin respuesta sus comentarios y se despachó a gusto reprochándole su actitud: “Usted debería mejorar como persona”. Y en su réplica desgrana despues algunos aspectos en los que debería ser mejor: en “comprensión lectora, empatía, nivel gastronómico, gratitud” y, finalmente, en “educación”.