"El apagón de Tenerife sumerge a los turistas en la oscuridad después de la explosión de la central eléctrica". Así tituló el medio británico The Mirror la información acerca del cero energético ocurrido en la Isla el pasado 29 de septiembre y que dejó sin luz a un millón de personas durante más de 9 horas.

El popular periódico inglés relató que los tranvías en la capital de Santa Cruz se detuvieron y alrededor de 70 personas tuvieron que ser rescatadas de los ascensores por los bomberos después de que se cortara el suministro eléctrico. Asimsimo, concreta que, a pesar de los informes iniciales que apuntaban a un incidente en Candalaria, "el corte de energía se atribuyó luego a una explosión en una subestación en Granadilla, en el sur de la isla".

The Mirror incluye en su información las declaraciones de Matthew Ward, de 50 años, y su esposa Nicola, de 47 años, de Goole, Yorkshire, quienes dijeron que aquel día no habían comido desde las 9 de la mañana, después de que las tiendas y los restaurantes se vieron obligados a cerrar debido al corte de energía.

La pareja, que se hospedaba en un hotel de cinco estrellas de Adeje, relató que se vieron obligados a usar linternas para vestirse debido a que se hospedaban en la planta baja y debían mantener las cortinas cerradas, para no ser vistos desde la calle.

El hombre añadió que tras salir a caminar aquella mañana, cuando llegaron al hotel ya no había eletricidad "y solo se servía comida fría". "Cuando mirabas hacia dónde están los bares, todos en la playa, solo hay un silencio mortal. Y de los cinco restaurantes que podemos ver desde el hotel, todos estaban cerrados", agregó.

El medio también recogió otras experiencias de otros paisanos, algunos residentes en la Isla, como el gerente de una cafetería de Playa de Las Américas, quien lamentó que ese día iba a perder alrededor de 10.000 euros solo en comida. "Tengo cuatro congeladores de pie grandes y siete neveras de catering en la cocina y todo lo que haya allí tendrá que desecharse", explicó, antes de contar que tuvo a 20 personas "atrapadas" en la terraza y que otro cliente había logrado poner algo de música a través de su teléfono.

The MIrror concluye su información con las declaraciones de un expatriado británico residente en la Isla y que publicó enfurecido en Twitter: "Estoy cerca de una fecha límite y necesitaba mi ordenador portátil para trabajar. Lo único que me gusta de esto es que estoy comiendo todo el helado en el refrigerador antes de que se derrita".