En no pocas ocasiones hay trabajos que, como poco, están poco valorados. Eso debió pensar hace unos días Anibal Daniel, un barrendero de Arguineguín que harto de que no se diera la importancia que merece a su trabajo colgó un texto en Facebook que ya ha sido compartido por cientos de personas y en el que pone en valor lo que hacen tanto él como el resto de sus compañeros, los encargados de garantizar que las calles estén en perfectas condiciones todo el año.

Anibal Daniel escribe en su aplaudida reflexión una carta abierta a los ciudadanos en la que lo primero que hace, como en cualquier carta, es presentarse. "Soy un barrendero, no un "barremierdas", no hace falta que me admires, sólo que me respetes y valores. Cuando pases por mi lado puedes darme los buenos días, tardes o noches, porque ante todo soy un ser humano y en la vida valen más la honestidad, humildad y bondad de una persona que todos sus títulos y dinero juntos", comienza diciendo el barrendero grancanario. "Si me ves venir de noche no me insultes... no es la primera vez que algún niñato borracho ha estado a punto de atropellarme entre risas", recalca.

"Cuando haya recogido la basura de tu barrio no salgas de tu casa y tires los desperdicios en la acera para después llamarme a gritos y decirme ahí tienes barrendero para que no te falte trabajo", relata este trabajador en una carta en la que también cuenta situaciones humillantes como cuando alguien tira un papel desde una ventanilla y le pide que lo recojan porque "para eso te pagan".

"Me produce mucha tristeza haber terminado de limpiar una calle entera y volver la vista atrás para comprobar que todo está de nuevo sucio, que no has valorado mi trabajo, que has dejado un colchón en la acera, que has tirado la bolsa de basura en el interior de una papelera por no acercarte hasta el contenedor, que no has recogido las boñigas de tu perro, y has dejado sus orines por todas partes: paredes, rellanos, postes, ruedas. Un asco, vamos", afirma.