Que los hijos a menudo son desagradecidos es algo que todo padre sabe, pero el caso de un joven indio de Yamuna Nagar ha dejado boquiabierto a medio mundo.

Con motivo de su cumpleaños, el chico recibió como regalo nada menos que un BMW valorado en unos 50.000 dólares. Pero resulta que él deseaba un Jaguar, por lo que, ni corto ni perezoso, optó por arrojar el coche al río.

Varias personas trataron, sin éxito, de evitar que el costoso y flamante vehículo acabase en el fondo del río. Mientras tanto, el caprichoso hijo grababa todo en vídeo para enviárselo a su padre y difundirlo luego en Youtube y por las redes sociales.

Su arranque de rabia le ha costado ser detenido y a buen seguro que no tendrá más regalos paternos.