El «UB» pasó de ir perdiendo de 26 puntos a tener bola de partido


BALONCESTO LEÓN 80 (25+23+16+16
UB LA PALMA 79 (19+13+23+24)

BALONCESTO LEÓN
Juan José Bernabé (-), Jonathan Durley (23), Cristopher Mortellaro (12), Emmanuel Quezada (13), Franco Rocchia (10) –quinteto inicial–, Jorge Calvo (-), Mario Diez (3), Lucho Fernández (5), Julio González (8) y Javier Múgica (6).

UB LA PALMA LA ISLA BONITA
Óscar Alvarado (13), Sebas Arrocha (7), Roeland Schaftenaar (11), Joaquín Bonhome (2), Bakary Konate (-) –quinteto inicial–, Álex López (5), Luke Sikma (16), Antonio Peña (17), Ewoud Kloos (2), Cristian Díaz (2) y
Samu Domínguez (4).

ÁRBITROS
Susana Gómez y Andrés Fernández. Eliminaron por los visitantes a López.

PARCIALES
25-19, 48-32 –descanso–, 64-55 y 80-79.

INCIDENCIAS
Palacio Municipal de los Deportes. Ante unos 2.800 espectadores.

El UB La Palma La Isla Bonita sigue sin romper el maleficio con el Baloncesto León. Una vez más los de Carlos Frade se vuelven de vacío, esta vez tras un partido trepidante en el que llegaron a caer de 26 puntos, pero donde tuvieron una bola de partido en los instantes finales.

Arrancó el Baloncesto León tan fuerte como acostumbra cuando juega de local. Javier de Grado planteó una defensa mixta con los exteriores muy abiertos, tratando de intimidar en lanzamiento de los hombres de Carlos Frade, con especial atención a Arrocha, que fue de más a menos en los primeros dos cuartos.

El veterano jugador palmero anotó siete puntos en el primer acto, en lo que parecía iba a ser una gran noche para él. Sin embargo, ahí se quedó hasta el descanso…y hasta el final. Suficientes, eso sí, para mantener a los visitantes en el partido durante un buen rato. Y es que a los cinco minutos el conjunto leonés tomó su primera ventaja importante en el marcador, situando el 16-11 en el luminoso.

Los interiores puestos en pista por Carlos Frade lo tenían imposible para frenar al americano Durley cada vez que éste salía a lanzar y anotar desde cuatro o cinco metros. Los cambios en el engranaje defensivo del quinto insular propiciaron que se mantuviese con vida al finalizar el primer cuarto, con seis puntos abajo.

No parecía la noche de la expedición canaria, con sus hombres muy despistados en defensa. Sin embargo, lo peor estaba por llegar. Baloncesto León decidió poner tierra de por medio y el banquillo rojillo convirtió el Pabellón de los Deportes en una auténtica fiesta de los tiradores. Múgica, Quesada, González y Rocchia se apuntaron al carrusel de triples siempre bien dirigidos por el veterano Juanjo Bernabé. Y es que muy poco podían hacer los de Carlos Frande ante el vendaval que se le venía encima. Únicamente esperar que la buena racha del tiro leonés pasase lo antes posible. Baloncesto León tomó una cómoda ventaja gracias a dos lanzamientos triples de Javier Múgica.

Tocaba aclarar las ideas en el vestuario, defender más fuerte y sobre todo seleccionar mejor el lanzamiento exterior tras el pésimo porcentaje con el que los canarios se fueron al descanso.

Lejos de salir mejor tras el paso por vestuarios, el equipo palmero encadenó una nueva mala racha de lanzamientos (62-36), cediendo de 26 puntos ante un rival con Bernabé imparable, surtiendo de balones a Durley. Frade volvía a parar el encuentro, tratando de buscar un revulsivo. Y pareció encontrarlo.

Sin ninguna razón táctica que llevase a pesar en el milagro, los visitantes encadenaron un parcial de 2-19, suficiente para irse al final del tercer cuarto nueve puntos abajo.

El equipo insular ya estaba lanzado y la remontada solo parecía cuestión de tiempo, por mucho que los anfitriones tratasen de retrasarla. Sikma se erigió entonces en protagonista del encuentro, junto al buen hacer Schaftenaar en la pintura, de Alvarado como timonel y Peña en el plano anotador. Fueron los mejores minutos de La Palma.

Lo que instantes antes era una fiesta de los locales se tornó en tragedia cuando los de Frade culminaron la remontada una vez más aupados por las canastas de Sikma. La Palma había encontrado en la pasividad defensiva de Durley. Y es que el americano es un “peligro” en las dos canastas. Alvarado solo tenía que esperar el momento en el que uno de sus compañeros se quedase en marcaje individual contra el interior leonés: canasta segura.

El partido se convirtió en los últimos cinco minutos en un correcalles, vistoso, emocionante e intenso, con alternativas en el marcador, con excelente juego en ambos equipos y con oportunidades de “llevarse el gato al agua”. Sin embargo, decidió la veteranía de Bernabé para administrar los tiempos del partido. A la postre, los dos tiros libres anotados por el dominicano Quesada hicieron que el botín se quedase en tierras leonesas.