«El ‘tiempo’ que no se debió conceder», artículo de Carlos García en La Opinión

Foto ACB

Las Reglas Oficiales de Baloncesto 2018 imposibilitan corregir el error previo de la mesa, por lo que pese al ‘minuto’ pedido por Porfirio Fisac tuvo que haber prevalecido la infracción de «pasos» cometida por McCalebb

CARLOS GARCÍA (LA OPINIÓN DE TENERIFE).-

«El cronometrador detendrá el reloj de partido cuando se consigue una canasta en contra del equipo que ha solicitado un tiempo muerto». Este es uno de los supuestos que indica el Artículo 49.1 de las Reglas Oficiales de Baloncesto 2018 por las que se rige la actual Liga Endesa. Un apartado que es complementario al 49.1, cuyo tercer supuesto habla de que esta misma persona «empleará cualquier medio posible para avisar a los árbitros de manera inmediata si su señal no suena o no es oída». Fue precisamente este caso el inicio del convulso final vivido el sábado por el iberostar Tenerife y el Tecnyconta Zaragoza, y que derivó en la derrota del cuadro lagunero en un epílogo de infarto.

Pero más allá de la no contundencia del cronometrador para hacer valer el tiempo muerto solicitado por el técnico maño, Porfirio Fisac, el error primigenio tuvo su continuidad por un exceso de celo por parte del colegiado principal, Emilio Pérez Pizarro. Y es que el castellano manchego decidió, tras consulta con sus compañeros y posterior revisión del Instant Replay, que debían volverse a jugar los cinco segundos consumidos desde la canasta de McFadden para el 86-85 hasta los pasos señalados a McCalebb. Otro error.

 Así se deduce del Artículo 44 de estas normas, el que atañe a los errores rectificables. En sus epígrafes no se habla, en ninguno de los casos, de hacer retroceder el tiempo de juego que resta para hacer efectivo un tiempo muerto solicitado previamente. Es más, dentro de su fallo Pérez Pizarro pudo haber realizado incluso un uso indebido del Instant Replay si el mismo fue para determinar si Fisac había pedido o no correctamente el citado tiempo. Solo sería correcto si la pantalla fue analizada para determinar el tiempo restante de juego.

Una interpretación que a todas luces parece equivocada por parte del árbitro y que solo tendría explicación si Pérez Pizarro se hubiera agarrado, a modo de vacío legal y como trencilla principal, al Artículo 46.14 de estas normas: «Tendrá autoridad para tomar decisiones sobre cualquier aspecto que no se contemple expresamente en estas reglas». Con la derrota de los laguneros ya imposible de corregir, un tiempo en la nevera para el colegiado internacional, con casi dos décadas de experiencia en ACB y más de 500 encuentros dirigidos, sería el único triunfo moral que les quedaría a los aurrinegros para al menos consolarse y saber que fueron perjudicados en ese caótico final.