La crónica en la prensa gallega

 

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El Obradoiro y Sar acunan el sueño de la Copa

El colectivo de Moncho Fernández sumó la séptima victoria entre el delirio de su afición

M. G. REIGOSA (LA VOZ DE GALICIA)

 El Obradoiro y Sar ya tienen la séptima victoria, en nueve jornadas. Equipo y afición acunan un sueño, el de la Copa, pero no se van a dejar cegar por el brillo del momento. De momento, disfrutan de un arranque de curso extraordinario.

Se vieron las caras dos equipos muy trabajadores y muy trabajados, de los que regalan poco y exigen mucho al rival. Atrás se multiplican. Delante aplican paciencia, no tienen inconveniente en alargar las posesiones. La consigna es buscar buenas posiciones de tiro sin caer en la precipitación. Juegan con el manual en la cabeza y rara vez se salen del guion. En la primera parte se incomodaron mutuamente y se movieron siempre en distancias cortas, sin encontrar velocidad de crucero, con pequeñas rachas en uno y otro lado.

 Thomas, pese a la vigilancia extrema a la que era sometido (se fueron turnando San Miguel, Richotti y Davis), y Radovic eran los que más daño hacían, tirando de recursos y calidad individual. Faltaba continuidad. De hecho, mediado el segundo cuarto, y pese a ir por delante en el marcador, Moncho Fernández pidió tiempo viendo al equipo un tanto acelerado. En el otro lado el Tenerife encontró su mejor argumento ofensivo en los balones que conseguía hacer llegar a Tobey cerca del aro. Al descanso se llegó con un ajustado 36-34. Y en un partido tan trabado se echaban en falta un par de canastas hechas de Bendzius y Radovic en el primer cuarto, con toda la ventaja a un metro del aro.

El tercer acto discurrió por los mismos derroteros, sin tregua. El Obradoiro encontró algo de fluidez en los triples (dos de Bendzius y uno de Simons) pero le faltó acierto desde 6,75 para coger ventaja. Con 47-42 se le escaparon sendos lanzamientos a Simons y Pozas. Y en el último segundo el ensayo del americano dio en el aro. En las filas visitantes Llompart asumió más protagonismo en ataque. A Thomas no lo dejaron respirar. Arrancó el último cuarto con 54-52 en el electrónico. Faltaba la apoteosis defensiva del último cuarto, y llegó. Primero fue un robo de balón de Radovic que coronó David Navarro con un mate. Acto seguido, un triple de Thomas y Sar en su máxima efervescencia.

 Como siete días antes ante el Gran Canaria, los discípulos de Moncho Fernández acogotaron al rival. Con 66-57 agotaron una posesión que hizo saltar a Moncho y a la afición. Por algo es de las que celebra tanto o más las defensas que los ataques. Un triple de Navarro puso la máxima ventaja, 73-57. La séptima victoria estaba en la mano. Y no se escapó.