Los campeones, en loor de multitud

NOTA DEL OAD DE LA LAGUNA/

El Iberostar Socas Canarias, en acto que contó con la colaboración del Ayuntamiento de La Laguna y el Organismo Autónomo de Deportes (OAD), celebró este viernes la fiesta del ascenso. Los aficionados aurinegros pudieron rendir homenaje al equipo campeón de la Liga Adecco Oro 2011/2012.
 
La Plaza de la Concepción fue el marco elegido para la celebración, que contó con las actuaciones de la comparsa Los Joroperos y los cantantes Luis Deseda y El Morocho.
 
A la cita acudieron los integrantes de la primera plantilla canarista, con su entrenador Alejandro Martínez al frente. Se le sumaron los directivos, encabezados por el presidente Félix Hernández.
 
La fiesta tuvo lugar luego del choque disputado por el Iberostar Canarias en casa ante el Hueca, penúltimo de liga y último como local.

BASKETMANÍA/

Hasta aquí la nota escueta y muy fría de la fiesta vivida anoche en la Concepción por la familia canarista. Todo comenzó con las actuaciones de la comparsa Los Joroperos, haciendo sonar con fuerza sus instrumentos de percusión, lo que aprovechó la masa social para mover el esqueleto. Luego actuó el cantanta Deseda, que contó con la complicidad de la afición canarista.

Y llegó el momento esperado por todos, cuando Ivo López, presentador del acto, pidió la presencia en el escenario de la plantilla del Iberostar Canarias, destacando la presencia del hijo de Jesús Chagoyen, quien con sus cánticos arrancó la sonrisa y los aplausos del público.

Cada uno hizo uso de la palabra, destacando las de Jakim Donaldson, que lucía su ya famosa cazadora «made in USA», que tras felicitar al club por su ascenso a la ACB cerró con su clásico «Uno para todos…» con segunda parte de la estrfa coreada por la afición «… y todos para uno».

La anécdota, tal vez consecuencia de no estar acostumbrado a esta fiesta, la protagonizó el capitán Jaime Heras que, a pesar de haber nacido en Jardina (La Laguna) dijo: «Después de llevar nueve años en este club me siento un lagunero más».

Se invitó a subir al escenario a Alejandro Martínez, quien llegó a botar, eso sí, no más de dos veces. Cuatro palabras y el astuto coach que cedió el micrófono al invitar al presidente y a la junta directiva, para llamar también a todos el cuadro técnico y a Amalia y Belén, del área administrativa del CB Canarias. También habló Anaino Cabrera, pero pronto pasó el micrófono a otro.

Tras las palabras y el cántico de los jugadores: «Esto si que es… un pedazo afición», El Morocho se adueñó del escenario, con sus canciones populares y ritmo bailable que contagió a los centenares de personas que disfrutaban de la NOCHE EN AURINEGRO. El Morocho invitó a los jugadores a mover la cintura, siendo Nico Richotti el más atrevido, al demostrar que también baila el merengue o como se llame con la misma gracia que machaca la canasta del rival.

Eran más de las 0:30 horas cuando El Morcho dio por concluida la fiesta canarista, momento en el que los aficionados buscaron a sus jugadores para fotografiarse con ellos.

De allí, con el estómago vacío, camino a la Cafetería El Caballo Blanco, donde lucía una bandera aurinegra en su entrada y unas mesas con el póster del Canarias grabadas en las mismas, siendo curioso observar a muchos aficionados haciendo inclinar esa mesa aurinegra para plasmarla en una fotografía. Israel Martín, segundo entrenador, y su encantadora esposa posaron junto a tan singular idea publicitaria. Una vez dentro, bocatas para todos y la oferta de la noche consistente en dos cañas con la tercera gratis. Un servidor, como no entraba la SIN en la oferta, pues a Coca Cola CERO toda la noche, en buena compañía.

LAS FOTOS DE JUAN ANTONIO PEÑA

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