Cambage: «Los gritos de los que me odian tienen un buen toque, es lo que me ayuda. Me encanta»

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Amo esta ciudad, amo esta isla, amo este país. Entiendo que en el partido de semifinales la gente quería que su equipo llegara a la final, es algo que respeto «

LIZ CAMBAGE, estrella en el Mundial de Tenerife, es especial. Hay que reconocerlo. Grande no solo en centímetros sino en juego, capaz de llevar a su selección en volandas a una final. Le «puede» ese pronto que la baja a lo terrenal para sacar a relucir algo que no se había visto a lo largo de esta cita, su descaro y poca deportividad cuando siente que de la grada no recibe aplausos ni vítores y sí la música ensordecera de pitos. Parecía no entender que jugaba en casa del rival, con más de 3.500 aficionados respaldando a España. «¿Cómo me pueden abuchear si estoy metiendo puntos, reboteando y Australia domina el partido?», pudo haberle pasado por la cabeza a la 8 del país de los canguros.

«Siempre he dicho que los gritos de los que me odian tienen un buen toque. Es lo que me ayuda. Me encanta», indicó la pívot australiana tras el encuentro con España.

Una selección de la que dijo: » España posee un grupo de superestrellas. Al final lo conseguimos. Jugamos con todo nuestro corazón y lo dejamos en la canch». Fue difícil. Sabíamos que iban a ser unos 40 minutos duros y lo fueron», comentó.

Insistiendo sobre las semanas vividas en la Isla de Tenerife y el contacto con su gente del basket, dijo: «Tengo todo el respeto por España . Amo esta ciudad, amo esta isla, amo este país. Entiendo que en el partido de semifinales la gente quería que su equipo llegara a la final, es algo que respeto «

Liz, la de antes de su poco deportivo comportamiento de ayer, se ganó el cariño de las más jóvenes, tanto en el pabellón como en las calles. Siempre se mostró cariñosa con las jugadoras de formación, siendo un ejemplo cuando tras un partido subió a la grada del Santiago Martín para regalar a dos niñas sus zapatillas de juego y no retornar al parquet hasta hacerse el último selfie con quienes se acercaron a ella.

Insisto, grande de corazón, inmensa como jugadora, pero… hacerle burla a la afición del rival, jugando aquí, como que no.