Mi homenaje a la memoria de don Manuel Abreu, un caballero del deporte

El BALONCESTO tinerfeño lloró hace unas fechas la pérdida de uno de sus jugadores de la década de los sesenta, don Manuel Abreu. Es cierto que cuando una persona se nos va las flores cubren su adiós y los malos momentos que haya podido protagonizar queden «olvidados». Me adelanto a afirmar, de manera categorórica, que mi amigo don Manuel Abreu era todo un caballero, dentro y fuera de las canchas.

Quienes compartieron con él muchas horas de entrenamientos, de diversión me invitan a destacar su condición de deportista nato, de gente de bien, amigo de sus amigos. Vistió la camiseta del Sporting San Sebastián, en los años sesenta. «Y era bueno, tenía buenas condiciones, además de altura, para practicar el baloncesto», me contó mi suegro Miguel Díez Alegre, quien por esos años -yo apenas tenía 10-, compartió esas sensaciones.

Cuarenta años después, acompañado de Ricardo Suárez, don Manuel visitó la redacción de EL DÍA para pedirme que le ayudara. Su intención, tras convencer a Ramón Frías, presidente de la Asociación de Vecinos, era dirigir un equipo de categoría júnior, que jugaría sus encuentros oficiales en la cancha del IES Bernabé Rodríguez. Quería hacer resurgir el baloncesto en El Cabo y recordarle a las nuevas generaciones que cuarenta años atrás otros chavales, con la misma ilusión, vivieron sensaciones apasionantes con una camiseta y un escudo que representaban al populoso barrio capitalino.

Acepté el reto y le hice una entrevista en la que me habló de aquel equipo y me contó su proyecto. Le vi ilusionado, con los ojos evidenciando ganas de sacar adelante un equipo de baloncesto. Me dio la impresión de que don Manuel Abreu quería devolverle al baloncesto todo lo hermoso que le dio en su juventud. Lo consiguió. Ilusionó a mucha gente y EL DÍA le acompañó el día de la presentación de ese equipo. don Manuel Abreu parecía inquieto pues quería agracederle a todo el mundo su presencia y su viculación. Valoraba incansablemente el significado de trabajar deportivamente con chicos deseos de asimilar sus consejos. De vivir el baloncesto a tope.

Ahí empezó una amistad que continuó posteriormente, cuando Ricardo Suárez le invitó a formar parte de la junta directiva de la nueva Asociación de Ex jugadores del Canarias. Trabajó con Ricardo y aportó su experiencia, pero lamentablemente la falta de colaboración de quienes fueron jugadores del conjunto aurinegro motivó que el proyecto acabara en nada.

Sirvan estas palabras y estas imágenes, algunas gentilmente cedidas por sus nietas, como homenaje a un caballero del baloncesto que, ya de mayor, le devolvió al mismo todo lo que en su juventud le brindó: amistad, pasión por un equipo y un deporte, compañerismo.

Descanse en más, querido amigo MANUEL ABREU, un vecino activo del barrio de EL CABO.

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El CB El Cabo, equipo que puso en marcha el recordado Manuel Abreu.