El ÉXITO aurinegro en la prensa tinerfeña

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«Esa manía de ganar títulos», titula EL DÍA

El Iberostar Tenerife conquista su segunda Copa Intercontinental tras enmendar un horroroso inicio contra la Virtus de Bolonia

CRÓNICA DE:

CARLOS GARCÍA

 

 

La aportación de Shermadini primero y Huertas después, clave en el triunfo de los isleños

Ganar títulos como si fuera ya una costumbre. El Iberostar Tenerife conquistó anoche su segunda Copa Intercontinental -tercer entorchado internacional que logra en menos de tres años- tras doblegar a la Virtus de Bolonia en un partido a varias marchas y del que supieron salir airosos los laguneros pese a algunos momentos delicados. Y es que tras superar un desastroso inicio (1/11 en tiros de campo) y que su rival apretó de lo lindo en el cuarto final para hacer que se evaporara una renta que llegó a ser de 15 (del 42-57 al 67-70), el conjunto lagunero logró tener más temple que los de Sasha Djordjevic en el momento de la verdad. Superioridad que los de Vidorreta basaron, una vez más, en la aportación ofensiva de Huertas y Shermadini (41 puntos entre ambos), y a la aportación colectiva en el rebote, logrando 13 capturas más que los italianos, y encontrando un filón en las segundas opciones, donde los isleños lograron nada menos que 16 tantos.

Peor no pudo ser el arranque para el Iberostar, con el brazo encogido como nunca se le había visto, lo que le llevó a errar sus seis primeros tiros y perder tres balones. Solo otra irregular puesta en escena de la Virtus evitó una sangría mayor (7-0). Con Yusta en dos faltas y Huertas desquiciado (0/6 en lanzamientos de campo y 0/2 en libres) el borrón continuó (la primera canasta llegó tras casi cuatro minutos de juego) hasta el 1/11 (9-4).

Pero el cuadro canarista no se vino abajo. Cerrando bien el rebote defensivo, siendo sólido en el uno contra uno (gracias sobre todo a la intensidad de Lundberg y Konate) y encomendándose a Shermadini debajo del aro (ocho puntos en cinco minutos), los de Vidorreta no solo enmendaron su horroroso arranque, sino que firmaron un parcial de 2-12, rubricado con espectacular reverso de Lundberg, para el 11-16.

Con Konate redoblando esfuerzos en ambos lados de la pista (sobre todo corriendo a campo abierto junto a Iffe) y moviendo el balón con paciencia, el Iberostar dio continuidad a su recuperación para disparar su renta hasta la decena (17-27, 15′). Ahora sí, este Iberostar, el del pico y la pala, ya era mucho más reconocible. A la fiesta del sacrificio se unió incluso Huertas, que le quitó la tapa al aro con un triple para el +12 de los canaristas (21-33, 17′). Ahí la Virtus recurrió a las penetraciones de Markovic y el oficio bajo el aro de Gamble (27-35), pero entre un triple al límite de White y una canasta de Shermadini (13 puntos al descanso) la renta canarista se quedó en la decena (32-42) tras 20 minutos de juego.

 

Reacción de la Virtus

Aprendida la lección del inicio y con la tranquilidad que le generaba su ventaja, el Iberostar se mostró mucho más cómodo a la vuelta de vestuarios. Y quien más tenía que reivindicarse era Huertas, que quiso desquitarse a lo grande de su horrorosa primera parte. Lo hizo primero sin necesidad de asistir, sino con dos triples tras sendos rebotes ofensivos (35-48). En medio, y aunque la Virtus amagó con remontar en unos minutos de cierto desconcierto canarista (42-50), un triple de Salin y un robo de White catapultaron a los laguneros hasta el 42-57. Ya, a la segunda intentona de los de Djordjevic (desde el 6,75 y anotando fácil bajo el aro), volvió a aparecer el de Sao Paulo (15 puntos en el tercer cuarto) para dejar el +13 (54-67) con 10 minutos por jugarse.

Por sensaciones y marcador, el Iberostar ya tocaba el título con la yema de los dedos. Pero no. La Virtus apretó atrás, provocando numerosos tiros forzados al límite de la posesión e incluso un par de pérdidas en saque de fondo, mientras que en el otro lado de la cancha los transalpinos sacaron tajada del buen uso de las esquinas para castigar con tres triples (67-70).

Momento crítico a cuatro minutos del final que resolvió el Iberostar encomendándose a Shermadini y Huertas (ocho puntos entre los dos), pero también apretando atrás y agarrándose al ímpetu de Bogris para cargar el rebote ofensivo (70-78, a 40″). Suficiente para no pasar apuros, provocar la rendición de su adversario y volver a saborear la gloria mundialista.

 

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«Entra en la historia de la Intercontinental», titular del DA

Los aurinegros logran su segundo entorchado, igualando al Cantú y siendo solo superados por Akron Wingfoots, Varese y Real Madrid; Marcelinho logra un MVP más que merecido

JOSÉ ANTONIO FELIPE

El Iberostar Tenerife logró ayer su segundo título de la Copa Intercontinental tras imponerse a la Virtus Bolonia (80-72), en un duelo memorable, jugado de poder a poder en el que, cuando todas las miradas estaban puestas en el genial Teodosic, el pulso se lo llevó un no menos genial, aunque sí con un aura más terrenal, Marcelinho Huertas.

El carioca hizo y deshizo, sobre todo en la segunda parte, porque es de esos jugadores que, tras un inicio gris, porque negro nunca suele ser, es capaz de sacar a relucir todo su talento y de controlar el duelo. Los partidos se juegan a su ritmo, que no es frenético, pero sí con una firmeza y rotundidad pasmosa.

No se llenó el Santiago Martín. Será para otro momento cuando se hable de los precios de las entradas, la idoneidad de las fechas y la calidad de todos los equipos participantes, pero los 4.000 que fueron ayer parecían 5.000, porque supieron entender en varios momentos del encuentro que era fundamental estar al lado de su equipo.

Sin jugar de manera brillante (tras el encuentro Djordjevic desvelaría que les pasó factura el cansancio de jugar en Eurocup antes de venir a la Isla) la Virtus Bolonia fue un oponente duro, con calidad y, sobre todo, como buen conjunto italiano, con la capacidad de competir en todo momento, nunca dando la sensación de estar muerto.

Teodosic, junto a Markovic y Ricci, mantuvieron intacto el orgullo de uno de los clubes con más tradición de Europa perteneciente a una ciudad que aman el deporte de la canasta como pocas, muy pocas, en el viejo continente.

PALMARÉS

Un aspecto llama poderosamente la atención ahora, el Canarias ha logrado colarse en el palmarés del torneo de manera sumamente llamativa, pues solo cuatro entidades han ganado más Intercontinentales que los del Santiago Martín.

Pese a los cambios de nombres y formatos, lo cierto es que solo el Real Madrid (5), Varese (3) y Akron Wingfoots (3), tienen más Intercontinentales que los insulares, que ayer igualaron al Cantú, que logró sus dos entorchados en los años 70 y 80 del pasado siglo, algo que ya nadie podrá quitar a un club que atraviesa, ahora mismo, por el mejor momento de su historia.