El chiste de… Henríquez, ex-jugador del Náutico en los años 70

Un tipo entra en un bar y ve en la barra una jarra enorme, llena hasta arriba de billetes de 10€. A ojo de buen cubero, calcula que habrá por lo menos diez mil euros.
Y le pregunta al camarero:
“¿Y esta jarra llena de dinero?”

El camarero le reponde:
– “Es como una apuesta…, usted mete un billete de 10€, y si pasa tres pruebas, se lleva todo ese dinero y un BMW nuevo del paquete” El tipo no quiere desperdiciar la oportunidad, y pregunta:
– “¿Cuáles son esas tres pruebas?”

– “Primero meta el billete, son las reglas”
Tras pensarlo un rato, el hombre se decide y mete el billete de 10€ en la jarra.
– “Vale”, dice el camarero, “esto es lo que tiene que hacer”:
– “Primero: tiene que beberse una botella de tequila, sin hacer un sólo gesto, y en menos de un minuto”.
– “Segundo: Hay un pit bull atado en el patio de atrás, y tiene una muela picada que le duele. Tiene que sacarle la muela con sus manos, sin guantes”.
– “Tercero: Hay una viejecita de 90 años en el piso de arriba, que todavía es virgen, la tiene que desflorar”.

El hombre se queda atónito:
– “Ya sé que he pagado mis 10 euros, pero no soy idiota!, no voy a hacer todo eso! porque hay que tener muchos cojones para beberse una botella de tequila y luego hacer esas otras cosas!”.
– “Como quiera,” le dice el camarero, “pero su dinero se queda donde está.”
El tipo se queda en la barra, rumiando su decisión, y después de un par de copas, finalmente salta:

– “Vale, ¿donde está ese maldito tequila?”
Coge la botella con las dos manos y se la bebe todo lo rápido que puede. Le resbalan por la cara dos lagrimones enormes, pero no hace ni un gesto, y tarda sólo 58 segundos!!!
A continuación sale, tambaleándose, por la puerta de atrás, donde está atado el pit bull.
Enseguida, la gente que está en el bar empieza a oír gritos horribles, gruñidos, chillidos, gemidos, golpes…..los clásicos ruidos de una pelea considerable y… de repente, el silencio otra vez! Todos creen que el hombre está muerto, pero enseguida, vuelve a entrar en el bar, todavía tambaleándose. La ropa hecha jirones y lleno de arañazos, mordiscos y heridas, cubierto de sangre por todos lados.Con la voz pastosa de un borracho, le dice al camarero:
– “Venga, ¿dónde está esa viejecita con la muela picada?”.