«Nos citamos para la Navidad de 2025», por Agustín Arias

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Esta mañana he compartido un rato agradable con una treintena de jóvenes jugadores y entrenadores de la valía de Suso Seoane (Pamesa Valencia), Pablo Sánchez y Alejandro Luque, con la compañía también de Paco Chinea, presidente del CB Unelco, y de Pio Vallejo, su mano derecha.

Fue en el transcurso del Campus de Tecnificación que el club «eléctrico» viene celebrando en el pabellón municipal de La Salud, por el cual ya pasó el experimentado entrenador Ramón Asensio.

Viví una grata experiencia, compartiendo con los chicos esas enseñanzas que te dan llevar cuatro décadas escribiendo de basket. Traté (y creo que logré) que no fuera un «tostón». Y para ello puse en juego toda la pasión que llevo dentro por el BA-LON-CES-TO.

Les hablé de la importancia de respetar el trabajo del entrenador, del papel que juegan los padres, de la trascendencia para la vida de la educación, los estudios y el deporte, dándole trascendencia a dos palabras claves: EQUIPO y AMISTAD. La primera aglutina duros entrenamientos, titularidad, suplencia, ilusión… En la segunda caben compañerismo, generosidad, valores, futuro…

También les comenté acerca de la iniciativa del CB Unelco a la hora de mirar por la progresión de sus jugadores, siendo el club pionero en entender que sacrificar a un buen alero ante la carencia de pívots altos jugaba en contra del propio jugador, de ahí la decisión de fichar a gente alta de otras nacionalidades, siempre respetando las leyes y normas establecidas. Porque entiendo que poner de «cinco» a un jugador que en verdad es alero tirador, solo por ser el más alto del equipo, va en perjuicio de ese chico, que se las verá en competiciones séniors con verdaderos «cincos».

Por supuesto que les comenté el papel que juega el periodismo en nuestro basket, hablándole del antes y el después de 1976, cuando irrumpimos en La tarde, El Día, Jornada Deportiva y Diario de Avisos los bautizados como «Muchachitos de la Información», los Pitti, Chijeb, Senante, Imbello, Arias… que, viniendo del baloncesto, reemplazábamos a periodistas por entonces mayores, para darle un acento más técnico a la información de nuestro deporte.

Dentro de este concepto prensa-basket les comenté muchas anécdotas, como la de árbitros que dejaban de saludarme cuando les calificaba con un cero; padres que califican a sus hijos de 8 o 9 años «fenómenos del baloncesto» para que les hiciera entrevistas, a lo cual me negaba pues les hacía más daño que beneficio. De pasar de un recuadrito en la prensa a crónicas y reportajes de páginas completas, de suplementos en Jornada Deportiva y Diario de Avisos de hasta 8 páginas semanales dedicadas a la base… En fin, un resumen llano y ameno de los cuarenta años vividos detrás de una máquina y de un ordenador previo paso por las canchas. Unos tiempos de oro que la crisis económica se cargó de cuajo, al punto de volver a una o dos páginas en lugar de las ocho a la que se acostumbraron las generaciones que vivieron y participaron del basket de los 80, 90, 2000 y 2006.

Terminé mi intervención con un reto: el aceptar volver a reunirnos los allí presentes en 2025, es decir, dentro de 9 años, en el Torneo de Navidad del CB Unelco. El motivo, compartir lo vivido por cada uno de los chicos de este Campus de Tecnificación en los 9 años próximos. Y lo aceptaron con la implicación de que el jugador o jugadores que tengan la suerte de dar el salto a la ACB nos invite a los demás a una cena en esa noche de la Navidad de 2015. Chinea tendrá entonces 80 años, Pío unos más, un servidor 70… pero ellos no pasarán de los veintitantos.

Quiero agradecer a Paco Chinea por haberme invitado a dar este charla (en la que intervinieron con sus experiencias Seoane, Sánchez y Luque), la primera que doy en un Campus de basket en mis 40 años. Será por aquello que los organizadores no ven atractivos para los chicos/as el papel que en este nuestro BA-LON-CES-TO desempeña el periodista especializado.