«Poderoso caballero es don…», por Fernando Villamandos

.

SECCIÓN: DESDE LA PRIMERA FILA

TÍTULO: «PODEROSO CABALLERO ES…»

AUTOR: FERNANDO VILLAMANDOS

«Que sensación de impotencia se te queda al terminar un partido como el que enfrentó ayer a los laguneros del Canarias contra el Real Madrid. Y en este caso son dos sensaciones distintas las que te llevan a tener esa impotencia.

Por un lado, enfrentarte a un gran equipo como son los madridistas que tienen hombres en su plantilla que son muy difíciles de parar y más cuando juegan de conjunto como pasó en los dos primeros cuartos del partido. Si hacías ayudas en defensa para evitar que alguno que tu creías que estuviera en racha, era otro el “que te la hacía” y no había forma de poderlos pararlos. Y para colmo encima con tiros de tres liberados. Eso pasaba con Randolph, LLul, Thompkins, Rudy y Carroll. Mucha gente a la que no tenías tiempo de llegar en defensa y les permitía tiros liberados que eran transformados con pasmosa facilidad y daba la impresión de no tener solución.

La otra sensación de impotencia corre a cargo de los árbitros. No “ven” lo que hace el contrario y dejan de pitar faltas más que evidentes dándole una ayuda a un equipo que no lo necesita para ganar un partido. Y por el contrario no dejan de “pasar” ni una a un desesperado equipo que perdía los papeles lamentablemente y cuando se daba cuenta tenía veinte puntos abajo.

También el público se revolvía en sus asientos porque se daba cuenta de cómo se permitía al Madrid defender con las manos y con “ciertas teatralidad” de ciertos jugadores sin tener en cuenta ciertas mañas en donde nada menos que tres jugadores canaristas terminaron sangrando. Esto llevó al respetable a cantar aquello de «así, así, así gana…».

Pero en los dos segundos cuartos, entre que los locales saltaron a la cancha con el “cuchillo en la boca” y que los madridistas se confiaron por la diferencia que tenían a su favor, vimos un partido electrizante donde todos los jugadores sacaban lo mejor de ellos y llegaban a ponerse a seis puntos dando lugar a que en los dos minutos de juego que quedaban el Madrid se pusiera a controlar el juego para no perder el encuentro.

Lo de los árbitros es triste. Jugar a la compensación te lleva a equivocarte y cuando lo quieres “arreglar” te equivocas y es peor. Hay que empezar un partido “concentrado” desde el pitido inicial y no “regalar”, sino saber pitar. No me regales, pero tampoco me quites.

Jugando así seremos capaces de levantar el partido del miércoles. Pero desde un principio hasta el final, sin dar tregua. Nos veremos allí, para seguir DISFRUTANDO DEL BALONCESTO.