«Tres y una mariscada», artículo de Cristo Hernández
Sección: CRÓNICA AMARILLA
Título: Tres y una mariscada
Autor: CRISTO HERNÁNDEZ
Viajar a Galicia y no meterse una mariscada entre pecho y espalda está considerado un pecado capital por el evangelio fundamental de la sagrada doctrina gastronómica. Por esta razón quien les escribe se consumirá eternamente entre las llamas de un brasero (eso sí, junto a un buen chuletón o a una carnita de fiesta) porque es alérgico a esos bichitos de diez patas que con tanta alegría saltan en la plancha cuando se los bautiza con un chorrito de aceite de oliva.
Los que no tuvieron problemas para dar buena cuenta de centollos y cigalas fueron los integrantes de la plantilla del Iberostar Tenerife que esta mañana se dieron un buen atracón (63-82) en el magnífico comedor de Fontes do Sar ante la presencia de una parroquia que casi abarrotaba las gradas para apoyar a su equipo con el tradicional Miudiño como hilo musical de fondo. Gran afición la gallega, que al final del partido supo reconocer la superioridad de los tinerfeños que llegaban a Santiago con ganas de comerse las Rías Baixas después de la dieta a la que parecen estar sometidos en casa.
Los aurinegros dominaron el partido desde el picoteo inicial hasta los postres con un sobrio equilibrio entre el juego interior y exterior. Hoy la defensa de ayudas sí surtió el efecto esperado. Maniató a los tiradores gallegos, con un Jesús Corbacho que no hacía más que pinchar en el hueso de la chuleta aurinegra. Además, se dominó el rebote con un jefe de sala, Blagota Sekulic, que dio muestra una vez más de su clase bajo los aros. Por algo lo nombró la ACB empleado del mes.
El primer cuarto fue casi de menú de cinco tenedores. Alejandro Martínez, sommelier aurinegro, le tenía preparada una sorpresa con los entrantes a su homónimo en el banquillo, el siempre efusivo Moncho Fernández. El preparador gallego se esperaba un vino de La Matanza, pero Martínez lo sorprendió con otro caldo diferente de la reserva aurinegra en el que figuraban Fotis Lampropoulos y Levi Rost como principales ingredientes. Con Sekulic y Beirán en el banquillo, los canaristas marcaron las primeras diferencias por encima de los diez puntos.
Se fueron sucediendo los platos y no parecía que al Iberostar Tenerife le afectara en absoluto la digestión de una comida que estaba resultando tan opípara. Sin embargo, cuando ya estaban a punto de servirse los postres, los comensales aurinegros bajaron la intensidad para chuparse los dedos ante la expectativa de una nueva victoria fuera de casa, lo cual dio pie a que los gallegos se acercaran en el marcador.
Pero, en ningún momento, los invitados dieron muestras de preocupación o de hartazgo. Estaba claro que no se iban a marchar sin pagar, de modo que esperaban la reacción de los anfitriones, comandados por nuestro querido Jesús Chagoyen, que hoy hizo uno de sus partidos acostumbrados en los que el tesón y la entrega fluyen a raudales como el buen vino.
Al final los aurinegros volvieron a marcar las diferencias en la mesa. Bastó con que Nico Richotti sacara una caja de sus mejores habanos y que Saúl Blanco repartiera unas copitas de mistela desde la línea de 6,75. La mariscada no tuvo más historia. Los aurinegros sumaban la tercera victoria y regresarán a Tenerife con la satisfacción del trabajo bien hecho. Ya se sabe: barriguita llena…
Ahora toca preparar en los fogones del Santiago Martín la visita para el próximo domingo del FC Barcelona. A éstos habrá que entullarlos con papas y mojo picón.
¡VAMOS CANARIAS!
Muy buen artículo, da gusto leer cosas como esta tan bien escritas.Ademais a min gustame o marisco e maís o lacón con grelos . Uma forta aperta, saudinhos.