«La tormenta perfecta», por Cristo Hernández

SECCIÓN: CRÓNICA AMARILLA

TÍTULO: La tormenta perfecta

 AUTOR: Cristo Hernández

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Mientras en la isla caía un chaparrón que convertía las calles en barrancos y los barrancos en líneas ferroviarias de alta velocidad, el Iberostar Tenerife descargaba su propia tormenta (66-79) sobre el Palacio de los Deportes de la Comunidad de Madrid, donde ya se están acostumbrando al anticiclón procedente del Atlántico.

Los aurinegros volvieron a sorprender por segundo año consecutivo a un Tuenti Móvil Estudiantes, flojucho bajo los aros y aplatanado en ataque, que estuvo durante todo el partido a merced de unos vientos alisios que ni siquiera el fragor de la Demencia pudo contrarrestar desde las gradas.

El Iberostar Tenerife desencadenó la tormenta perfecta. El anticiclón atlántico se vistió de borrasca en la capital de España. El parte meteorológico parecía claro desde un principio: rayos y truenos sobre la zona estudiantil, donde los pívots tinerfeños descargaron toda la fuerza de su naturaleza, recordándonos a aquella saga de dioses nórdicos del cine de Hollywood. Más de la mitad de los puntos (46) llegaron esta mañana desde las alturas, dando la razón a aquellos eruditos de la canasta que defienden que los partidos se ganan a empellones bajo los aros.

Los rayos y truenos fueron secundados por vientos racheados de intensidad alta procedentes de las medianías. Buen debut de Saúl Blanco (12 puntos), a veces un poco ansioso pero con unas ganas estratosféricas de integrarse en el juego. Destacado fue también el papel de Javi Beirán (4 puntos, 8 rebotes y 4 asistencias) que parece que no moja, pero empapa con la gran variedad de intangibles que aporta a la carta náutica de Alejandro Martínez. En esa barba de náufrago que luce el alero canarista, se atesoran muchas horas de navegación por los territorios insulares.

Desde las zonas bajas, Rodrigo San Miguel aportó velocidad y frescura, como una brisa constante que permitió que la tormenta deportiva se mantuviera siempre activa y no deviniera en calma chicha como la que aquejó al equipo en los últimos cincos minutos del partido anterior ante el CAI Zaragoza.

Como Felipe II, Txus Vidorreta se dio de bruces también contra los elementos en un partido en el que, a priori, su armada era favorita, un equipo reforzado en todas sus líneas con jugadores de la talla de Nacho Martín o el argentino Fede Van Lacke. Pero ni el californiano James Nunnally, tratando de abordar la zona con acciones individuales, ni las cargas de profundidad de Javi Salgado desde los siete metros hicieron mella en el casco de los tinerfeños que se mantuvieron siempre a flote y delante en el marcador. Al igual que hizo en Sevilla, el Iberostar Tenerife volvió a demostrar en Madrid que no se achica cuando cruza el charco.

Importante victoria la conseguida hoy teniendo en cuenta la complejidad de los partidos que se avecinan ante Real Madrid y Barcelona en casa y una salida en el interim a Santiago de Compostela, donde el Rio-Natura se está mostrando intratable.

Sin embargo, el horizonte parece despejado. Utilizando una expresión de don Mariano Medina, aquel mítico hombre del tiempo de TVE, podemos pronosticar que si el anticiclón atlántico sigue avanzando con la misma fuerza, aguardan buenos tiempos para el baloncesto de Tenerife.

¡VAMOS CANARIAS!