«El tonto de la Isla se hace notar»

ESTA ES LA BANDERA DE TODOS LOS TINERFEÑOS, AUNQUE EL TONTO Y CUATRO MÁS SE LA QUIERAN APROPIAR COMO EL SÍMBOLO DE SU EQUIPO

Hay un energúmeno pululando por los foros cestistas que no cesa en su empeño de lanzar mierda a todo lo que huela a CB Canarias o a La Laguna. Es un cobarde. Un tonto con media neurona incapaz de firmar con su nombre sus comentarios basura. Haciéndole un examen psiquíatrico sobre la marcha cualquiera puede descubrir que se trata de un individuo maltratado por la sociedad, incapaz de distinguir entre el bien y el mal. Un tonto en toda regla. No habla, erupta porquería. Es un anticanarista y, por su último comentario sobre un artículo publicado en un diario nacional es un MAL TINERFEÑO, UN MAL CANARIO un MAL…EDUCADO.

El citado personajillo, que se firma PEJERREY, al que BASKETMANÍA mandó directamente a la basura por lo mal que huelen sus comentarios. se confiesa seguidor del Tenerife CB SAD. Hay quien dice que forma parte de esos que caben en un taxi y que aprueban el derroche de dinero público cuando el receptor es «su club» y que lo rechaza cuando las pide una entidad ejemplar. El TONTO de la Isla escribió el siguente disparate:

«Eso de que el Canarias es un equipo saneado es la mayor mentira creada desde Lla Laguna, las deudas las avalan sus directivos y al ser un club privado las pueden pasar de una temporada a otra, además de que no se les hacen auditorias como a una SAD, por tanto es un misterio. Para la ACB tendrán que mostrar sus verdaderas cartas. Por la soberbia y por como han tratado al resto de clubes, merecen no subir, no mean colonia y se creen especiales, además de pedir un dineral a las administraciones publicas estando como está la situacion”.

A estas alturas de la película que en esta Isla exista media docena de malandrines desteñidos no debe sorprender a nadie. Totufos que son capaces de despreciar a sus propios hijos si con ello le aceptan como payaso en la Asociación de Vecinos. Hay «otros» impresentables como este y algunos, como «blanquiazul», conocido por los basketmaníakos, al que en breve el Cabildo o la Fundación mandarán a su casita, aunque desconocemos si le abrirán la puerta.