La vuelta de una leyenda del arbitraje

.

AGUSTÍN ARIAS.-

¡Qué enorme alegría! Después de varias décadas sin que el silbato colgara de su cuello, este fin de semana los más «peques» del baloncesto de formación en La Palma han tenido la oportunidad de vivir la vuelta a las canchas, para enseñar a los niños/as de las escuelitas, al maestro del arbitraje, mundialista él, don PEDRO HERNÁNDEZ CABRERA.

La buena nueva llega a BASKETMANÍA a través de otro grande, ÓSCAR PEÑA, quien fuera jugador del Real Madrid, Valladolid y CB Canarias, además de internacional en las categorías inferiores.

«Sabes quien arbitró hoy», me indicó el entrenador de la EB Felipe Antón.. «¡Pedro Hernández Cabrera!». Para enviarme poco después las dos fotos que había recibido de un amigo que, entendiendo el significado del momento, no dudó en hacerlas volar.

No le vamos a pedir a don PEDRO que vuelva a vestirse de gris y arbitrar encuentros de categorías en las que se le exija mover su cuerpo. Y tiene su edad el hombre. Pero sí  estar cada sábado con las escuelitas para enseñarles a ser jugadores/as. Sin olvidar la alegría que supondrá para los abuelos de estos niños/as palmeros ver con un silbato en el cuello a quien representó con absoluta categoría, conocimientos y dignidad a la ISLA BONITA por infinidad de canchas de todo el mundo cestista.

Recuperar la ilusión del arbitraje en la Isla Bonita

Esta sabia decisión del cariñosamente llamado en el baloncesto «Pedro pívot», por el nombre de la tienda deportiva que regentaba en su tierra natal, debe servir de motivación para recuperar la vocación palmera por el arbitraje cestista. Dividir no es bueno, tampoco poner piedras en el camino, como hicieron la campaña pasada quienes se pueden llegar a considerar «las reinas y reyes» del mambo, aburriendo a parte de los componentes del gremio que encabezaba Iván Díaz, el abanderado del arbitraje en la Isla Bonita.

Lo acontecido ayer, cuando desde la Federación Canaria de Baloncesto se autorizó a un generoso amante del baloncesto (entrenador y árbitro) a pitar un encuentro de la Liga Canaria Júnior entre «su equipo», el Felipe Antón, y el San Isidro de La Orotava, es algo a lo que los responsables están obligados a ponerle solución. Pero la misma no pasa por «amenazar» con mandarles desde otras islas a un solo árbitro para que se encargue del partido, como me apuntaron anoche desde La Palma. La solución pasa por reunirse con la familia del basket en esa isla y tratar de recuperar a quienes siempre se han preocupado por la formación. Aunque ello conlleve escucharse unos a otros (y a otras) y velar por el bien de un deporte y de un estamento arbitral. Porque, señores, seguir así solo tiene un camino: ACABAR CON EL BALONCESTO FEDERADO EN LA PALMA.