«Felicidades papá», un trabajo de ACM.com en el Día del Padre

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Las grandes sagas de la Liga Endesa… ¡Cuestión de ADN!

Repasamos los grandes apellidos de la Liga Endesa, destacando a aquellas familias que cuentan entre sus filas con un padre y un hijo con pasado y presente en la competición. ¡Menudos genes!

“Yo juego más en el perímetro, hago más cosas lejos de la canasta. Él era más atlético y hacía más cosas en la pintura”, asegura el aurinegro Tim Abromaitis

Yo no pensaba en él como exjugador o psicólogo deportivo, sino como un padre que ha vivido muchas cosas que yo estoy viviendo ahora. No me exige nada. Solo me anima a que disfrute”. Palabras de Javi Beirán

Querido papá:

Gracias por animarme a disfrutar. Por no exigirme. Por escucharme y aconsejarme. Por inculcarme sueños, pasiones y convicciones. Por ayudarme siempre. Por sentirte orgulloso de mí. Por ser un espejo en el que mirarme… 

Hay personas que llegan al mundo con el baloncesto en el ADN. Padres cuyos hijos vienen, literalmente, con un balón debajo del brazo. Familias en las que la pasión por el sonido de la red es una locura compartida. Sagas como las BeiránAbalde o Abromaitis en la que unos orgullosos hijos optan por seguir la senda de sus progenitores. Normal, entonces, que con tan solo alguna de las frases que han pronunciado sobre sus padres puedan escribirse cartas tan bonitas como estas…


José Manuel Beirán y Javi Beirán: una combinación de oro

El apellido Beirán evoca inevitablemente a las canchas de baloncesto. Real Madrid, Inmobanco, Caja Madrid, Valladolid y Tenerife fueron los destinos por los que José Manuel, padre, pasó durante su carrera. Más de 30 años después, Javier cogió su relevo para citarse con la historia. 

Cuando Javier era apenas canterano en Estudiantes, su orgulloso padre ya decía de él que “es más jugador que yo, porque abarca más facetas del juego y puede ayudar más en varios aspectos». Ahora, unos cuantos años después y con la carrera de su hijo ya consolidada, sus consejos siguen siendo un pilar fundamental para el “pequeño” Beirán. Siempre le dije que disfrute jugando y haciendo lo que más le gusta. En la retirada uno echa de menos todo, desde los partidos que ganas sino esos nervios, la convivencia, los entrenamientos por duros que sean…También hay que saber que el baloncesto no es toda su vida. Tiene que haber más cosas en la vida porque así es más fácil jugar al baloncesto.

Y vaya si ha escuchado sus consejos. Javier Beirán estudia su segunda carrera tras graduarse en ADE y lo tiene claro: “La vida que viene después es más larga que la de deportista. Los estudios han sido lo más importante porque mentalmente me han ayudado mucho. Mi padre también me ha ayudado en muchos momentos en los que no estaba bien. Me ayudaba mucho que él me escuchara. Yo no pensaba en él como exjugador o psicólogo deportivo, sino como un padre que ha vivido muchas cosas que yo estoy viviendo ahora. No me exige nada. Solo me anima a que disfrute”.

Jordi Ribas y Pau Ribas, campeones por partida doble

El caso de la familia Ribas es un caso de excepción. ¿Cuántos pueden presumir de que cuentan entre sus filas con dos campeones de ACB entre sus filas?

“Cuando nací, sus amigos directamente me regalaron un balón”, bromea el pequeño de la saga Ribas. Un balón que puso la primera piedra de una carrera larga, fructífera y cargada de títulos y que continúa creciendo en el Barça Lassa.

“Desde que él tenía 16 o 17 años, más que consejos técnicos -porque él ya sabía más que yo-, le aporté consejos de actitud y confianza. La altura es importante, pero la que importa es la altura que va desde la ceja hasta el cuero cabelludo”, asegura Jordi, padre, histórico jugador de la Penya con la cual, además, levantó el trofeo liguero.

No diga Abalde, diga baloncesto

Alberto Abalde ‘hijo’ en brazos de su padre, Alberto Abalde

En casa de los Abalde lo que no faltará nunca es un balón de baloncesto. Alberto Abalde, padre, acumuló en su haber cinco temporadas y 154 partidos al máximo nivel. Alberto Abalde, hijo, debutó en la primera categoría hace también cinco campañas y es una pieza fundamental en el engranaje de Valencia Basket. Tamara Abalde, la hermana mayor de Alberto, juega al máximo nivel también en el club taronja.

“Tengo una familia de baloncesto”, asegura Alberto hijo siempre que habla de su familia. “Entre mi padre, mi hermana y yo… Todos estamos muy orgullosos de los otros. Tanto mi hermana como mi padre me dan consejos, y trato de escucharlos. Estoy muy orgulloso de que ambos hayan sido jugadores de primer nivel. Son un ejemplo.”

Eso sí, Abalde -¡junior!- asegura que “ellos saben mucho de basket pero prefiero que me aconsejen más mentalmente porque hay muchos otros que me ayudan en la pista. Aunque algún consejo de mi padre sí que escucho, no le puedo decir que no.”

Su padre, como no podría ser de otro modo, se deshace en palabras de orgullo cada vez que habla de ellos. «Siento mucho orgullo. Yo quería que hicieran deporte, pero nada más, pero ahora al verlos, muchísimo orgullo. Yo no pensaba en que mis hijos fueran estrellas, ni siquiera en que jugasen al baloncesto. Yo lo que les he inculcado que hicieran deporte desde pequeños.»

Alberto Alocén y Carlos Alocén desafían a los años

Carlos Alocén y Alberto Alocén (Foto: Basket Zaragoza)

Alberto Alocén será recordado para la posteridad en Zaragoza. Tras formarse en el Real Madrid, el jugador pasaría por la capital maña en la década de los ochenta sin saber que, casi cuarenta años después, sería el destino de su hijo, Carlos Alocén.

Pese a que la diferencia de edad dificultase que Carlos viese en directo partidos de baloncesto de su padre en la máxima competición, nada ha podido impedir que, como el mismo reconoce, “desde que nací he tenido una pelota de baloncesto en las manos.”

Para su padre, ir a disfrutar en directo de los partidos de su hijo se ha convertido en una de sus grandes aficiones. “Para mí el fin de semana no hay mejor cosa que hacer que ver a mis hijos haciendo deporte. Carlos es diferente a como jugaba yo, tiene más talento, pero es difícil comparar porque cada uno es como es y tiene su forma de jugar”.

Los Paulí, bajo la batuta del mismo maestro de ceremonias

El caso de Oriol Paulí es, sin duda, uno de los más curiosos de este listado. Su padre Joan Paulí y él serían entrenados por el mismo técnico con algunos añitos de diferencia…

Aíto García Reneses puso su rúbrica sobre ambos, y ello se antoja fundamental para entender sus respectivas carreras. “Mi padre ya sabía como trabajaba Aíto de cuando le entrenó a él en su etapa como jugador, y yo ya le conocía de lo mucho que me había hablado de él. Siempre que le veíamos por la televisión me contaba anécdotas suyas. Trabajar con él fue una oportunidad muy buena y todavía estoy muy contento de haberla cogido”, aseguró Oriol tras conocerse que se pondría a sus órdenes en Herbalife Gran Canaria. Su padre, treinta y seis años antes, trabajó bajo su mando en el Cotonificio de Badalona.

“El que mi padre fuese jugador profesional de baloncesto me hizo tener la convicción de que quería ser como él. Cuando era pequeño, él siempre me llevaba a jugar y, desde el primer momento, me enganché a este deporte”, ha asegurado en numerosas ocasiones.

Los Abromaitis: cuestión de recuerdos

Jim Abromaitis llegó a Madrid en verano de 1980 para ponerse a las órdenes de Lolo Sainz y, treinta y cinco años después, su hijo Tim hizo lo propio para alistarse a filas de un Iberostar Tenerife en el que se ha convertido en una pieza fundamental.

“Yo juego más en el perímetro, hago más cosas lejos de la canasta. Él era más atlético y hacía más cosas en la pintura”, asegura Tim cuando le piden que se compare con su padre.

“Lo cierto es que mi padre ha compartido conmigo muchos de sus recuerdos de cuando estuvo en el Madrid, por lo que estar en España también será especial para mí desde ese punto de vista”, aseguró tras oficializarse su fichaje con el cuadro aurinegro.

Nacho Martín y ‘Morti’ Martín, la pelea por un gran legado

Jose Ángel Martín de Francisco, ‘Morti’, formó parte de uno de los CB Valladolid más históricos que se recuerdan. Seis años más tarde de su fallecimiento, su hijo Nacho Martínvolvería al equipo de su ciudad para seguir escribiendo la historia.

“El jugador que más me ha influido ha sido mi padre, al que siempre escuchaba y pedía consejo”, aseguró Nacho en numerosas ocasiones. De él ha heredado el gen trotamundos y las ganas de jugar al baloncesto. Mientras que su padre pasó también por Murcia, Caja Ronda, Cajabilbao u Obradoiro, el hijo ha hecho lo propio en el Barça Lassa, Herbalife Gran Canaria, Movistar Estudiantes o Morabanc Andorra. En la actualidad, trabaja a las órdenes de Porfi Fisac en el Tecnyconta Zaragoza.

En momentos especiales, el recuerdo de Nacho siempre ha estado con su padre. “Gracias a él estoy en el baloncesto y sigo jugando por él.”

Greg y Kyle Wiltjer: un amor compartido

Si algo ha caracterizado a Greg Wiltjer como jugador, además de su consistencia en la pintura, es su alma de trotamundos. El padre del actual jugador de Unicaja recorrió en su periplo baloncestístico países como Italia, Grecia, Argentina o Francia entre otros. Con ese pasaporte cómo no iba a dejarse caer por la liga española…

Wiltjer ‘padre’ recayó en el Barça en la temporada 1985, dejando un gran sabor de boca en sus meses en el club blaugrana. Años más tarde, animado en gran medida por las anécdotas que su padre le cuenta sobre España, Kyle ficha por Unicaja, donde hablará de su padre en numerosas ocasiones.

“Mi padre me dice que España fue uno de los sitios favoritos en los que jugó. Me ha tratado de enseñar algo de español, pero es difícil porque habláis muy rápido”, aseguró entre risas el jugador canadiense a su llegada a Málaga.