Algo comienza a cambiar en el Tenerife CB SAD

A la conclusión del encuentro Tenerife Rural-Cornellá, que deparó la cuarta victoria blanquiazul en los cinco últimos partidos, Iván Déniz dijo, coma arriba como abajo: «Se han visto cambios en el club, tanto en la imagen al exterior como en lo administrativo. Y eso es bueno. Encima en lo deportivo llevamos cuatro triunfo en los últimos cinco partidos, lo que no creo hayan hecho otros, salvo el Melilla». Insisto, más o menos fueron sus palabras.

¿Comienza a notarse ya la mano de Santi Toledo, nuevo director general? Quiero pensar que sí, aunque el tiempo que lleva en el cargo es poco y, en consecuencia, será necesario esperar. Pero el camino a seguir es el correcto. Y quiero matizar el titular pues, en efecto, algo comienza a cambiar en el Tenerife CB SAD. Como el ver que la afición, en número aproximado a los 1.450 espectadores, vive con algo más de pasión el choque, tal vez «ayudados» por determinadas ydesafortunadas decisiones arbitrales, las cuales motivaron la reacción. Sea como fuere, lo cierto es que la Peña La6 -aplaudo su brillante contribución a la ayuda a los más necesitados, con esos 650 kilos de alimentos aportados por una parte de la masa social (unos 800 no llevaron ni un bocata de chorizo)- no estuvo sola esta vez, pues por la radio se percibía perfectamente cómo se cantaban las canastas blanquiazules o se achuchaba a los árbitros.

No voy a mirar hacia atrás y contar todos lo que el consejo dejó de hacer, pues, como afirmó Déniz, lo que debe ocupar y preocupar a la entidad blanquiazul es comenzar a corregir errores y a mirar con más optimismo el futuro inmediato. Y entre esos objetivos está el ilusionar a la afición, el hacer partícipe a las pequeñas y medianas empresas que creen en este proyecto (lo de invitarles al palco les garantizo que les haría mucha ilusión), involucrar más al CB Santa Cruz, el club vinculado, para que sus jugadores asistan los viernes a los partidos, creando una entrada especial para sus padres (lo de entrar gratis, como que no)… En definitiva, que la gente vea que el consejo -aunque sean cuatro sus consejeros- se mueve y se preocupa por evitar que el barco termine por hundirse.

Es lo que se escucha en las gradas del Santiago Martín. Porque aunque sean apenas 1.450 esos accionistas, abonados o aficionados que se dan cita regularmente en las gradas se merecen algo más que unos dirigentes apáticos y que, por sus actos, hasta se llegan a creer que como ellos se lo guisan sólo ellos se lo deben comer. Y no es así. El Tenerife CB SAD, si quiere ganarse el cariño de la sociedad tinerfeña, está obligado a abrir sus puertas y dejar que la gente participe. Porque si bien es una SAD y sólo está obligada a rendir cuentas a sus accionistas, no se debe olvidar que el propietario del 49’9% del accionario está en manos de La Fundación, que a su vez depende del Cabildo y éste, a su vez (valga la redundancia) SOMOS TODOS LOS TINERFÑEOS. Y cuando se trata de DINERO PÚBLICO… todo debe ser clarito, clarito, clarito.

Ojalá que estos movimientos, para bien, que se notan en la entidad, no sean pasajeros y los gestores permitan a Santi Toledo desarrollar ese amplio programa de actividades que quiere poner en practica y que, a buen seguro, permitirán soñar a sus seguidores. Aunque, lamentablemente, será la situación económica -y es realmente muy difícil por la deuda existente- la que dicte sentencia. Por cierto, la junta de accionistas se retrasará al mes de enero, pues no se ha recibido el resultado de la auditoría y legalmente hay que anunciar la fecha de celebración 30 días antes.