La ironía de Jordi Cerdá en Nuevo Basket

El Rey va desñudo

NUEVO BASKET

Por Joan Cerdà

Todo el mundo habla hoy, con justicia, del tamaño de los atributos de Sergio Ramos pero creo que en el mundo del baloncesto hay algunos personajes que pueden competir contra el defensa madridista con gran ventaja.

 Un vistazo al Twitter Presidencial permite reconstruir la secuencia temporal. Tras un preceptivo “Al trabajo con alegría”, silencio. Silencio cuando se anuncia la renuncia y desaparición del Menorca y del León. Llueve sobre mojado si pensamos en la escabechina que se está produciendo también en la Liga femenina.

El silencio sólo se romperá con la victoria futbolística de España. ¿Para hablar de baloncesto? No: para hablar de los merecimientos profesionales y arquitectónicos de Sara Carbonero.

La polémica estalla y asistimos a un intercambio de tweets en algunos momentos surrealista. Por favor, repasen el Twitter Presidencial. Yo me quedo con el que responsabiliza a la ACB de la desaparición del Menorca. En general, es la línea de la defensa: dar la culpa a todo el mundo menos a la FEB. El problema es que los equipos femeninos que desaparecen, ignoro si existe alguna normativa sobre cambio de sexo, jamás han jugado en la ACB ni nada han tenido que ver con esta entidad.

 Pero esto no es más que la anécdota. Lo que causa verdadero desánimo es ver la obscena ostentación en un tiempo de crisis brutal (de la que, evidentemente, la FEB no tiene la culpa) de todo lo que tiene que ver con la letra Ñ. La FEB ha convertido la Selección en una máquina recaudatoria que no deja ni las migajas a sus clubes. Tenemos giras, superestrellas, optamos a medallas, etc pero los clubes que desaparecen, sean de la categoría que sean, no merecen la más mínima piedad conceptual. Ya no digo ayuda, que gestionar clubes no entra en las atribuciones de la FEB, tal y como su Presidente nos recuerda.

Veremos cuantos clubes desaparecen hoy. Muchas palabras, mucho método, mucho equipo. Ya sé, se puede aducir que el Presidente fue relegido por unanimidad pero esto ya pasa en otros sitios.

Encontremos, pues, consuelo en un clásico con falta de ortografía: El Rey va desñudo. Aunque se tape con medallas.