Otra joya del basket femenino firmada por Septena

Hoy les traigo otro gran artículo del blog Memorias de una vieja gloria y que recomiendo a los basketmaniacos pues recoge la historia del basket femenino en esta tierra.

«Antes de completar las incidencias de una temporada tan especial como fue la del 74-75, creo que es necesario explicar a quienes lean esta entrada de hoy, de dónde viene el término Medina que antecedía a cada uno de los nombres de los conjuntos de baloncesto que dependían de la Sección Femenina.
El 1 de Abril de 1939, terminada la dolorosa guerra civil española, el general Franco y Pilar Primo de Rivera, fundadora y delegada nacional de la citada Sección, el 30 de mayo de 1939, en Medina del Campo, se dirigieron a unas 10.000 afiliadas de la organización para cederles, formalmente, el Castillo de la Mota. Este castillo es una fortaleza que se empezó a construir sobre un montículo o mota, cercano a la villa de Medina del Campo, en la provincia de Valladolid, allá por el año 1080. Su construcción se fue completando a lo largo de varios siglos y se da por acabada en 1483. Ha sido objeto de varias restauraciones y durante la dictadura franquista se ubicó en ella la sede y

escuela de mandos de la Sección Femenina. Así pues, es el nombre de esa villa en la que está el citado castillo, el que aparecía destacado en todas las camisetas de quienes formamos parte de alguno de aquellos equipos, teniendo la función de celebrar aquel acontecimiento,
En el caso de nuestra región, les recuerdo que fueron siete los así llamados, del total de doce equipos que formaron el Grupo E de la 2ª División nacional femenina. El reparto de todos ellos, por provincia, fue éste: U.D. Las Palmas, Alfa Romeo, Instituto Isabel de España, Medina de Gáldar, Medina de Telde y Medina de Arrecife, por la de Las Palmas; por la de Santa Cruz, Asunción Krystal, Hércules de Icod, Medina Santa Cruz, Medina Orotava, Medina Chaxiraxi y el nuestro, Medina Santa Teresa.
Al nuevo nombre, nuevas compañeras, nueva delegada, nuevo equipamiento deportivo y, en definitiva, nueva situación descrita en el post anterior, faltó añadirle nueva cancha para entrenar y jugar. Nos trasladamos de un colegio privado y religioso a uno público, el de García Escámez, en el barrio del mismo nombre. Es una pista amplia, despejada y a la más absoluta intemperie. Cuando el aire frío del invierno soplaba, había que correr y sudar aún más, para no congelarnos. El mayor inconveniente lo suponía el no disponer de grada alguna en la que pudieran sentarse los que iban a vernos. Sin embargo, por primera vez, contamos con un pequeño vestuario y duchas con agua fría, pero a aquellas edades nuestras y después de entrenamientos nocturnos y partidos a la luz del día, bien intensos, poco nos importaba la temperatura.
Comenzó la competición y en la primera vuelta perdimos tres encuentros de los once disputados: contra el Hércules, en su pista, por 56 a 44; en Las Palmas, la Unión Deportiva, nos ganó por un solo punto, 59-58 en el último minuto, y, el más inesperado, frente al Medina de La Orotava, también en su cancha de la plaza Franchy Alfaro, por un paupérrimo 30-17. Por el contrario, le ganamos al Asunción Krystal, vigente campeón canario, por 59 a 44 y en nuestro feudo. En la clasificación final de esa primera ronda, ocupamos el cuarto puesto, detrás del Asunción, Hércules y M. Orotava, en ese orden.
Lejos de desmoralizarnos y siendo conscientes de que éramos el conjunto resultante de la suma de dos mitades de otros dos grupos de jugadoras muy distintos, apretamos los dientes, seguimos entrenando con mucha fuerza y convicción y llegamos a un nivel de compenetración tal que, en la segunda vuelta, los resultados fueron bien diferentes. Ganamos todos los encuentros, salvo el de la U.D. Las Palmas en nuestras instalaciones y por un sorprendente 47 a 49. En el apartado de las victorias, es digna de rescatar la conseguida en la cancha del Colegio de la Asunción, frente al Krystal. Fue un partido épico porque acabó con sólo tres jugadoras nuestras en la pista. Las crónicas deportivas publicadas coincidieron en el innecesario concierto de silbato que entonaron los árbitros designados. Pitaron 67 personales, ¡40 a nosotras!, que nos distinguíamos por defender muy bien y hacer pocas faltas. Desde el minuto 27 hasta mediado el 38, desfilaron hacia el banquillo Charo, Vicky, Juany, Mary Carmen Sánchez, Mary Carmen Gutiérrez y Ángeles. Durante un minuto y quince segundos, el Krystal, con sus cinco componentes, no acertó a controlar a Marta, Nelva y Carmen Delia, quien, además, supo provocar una personal de la que convirtió uno de los puntos, dándonos ese resultado final de 47 a 49. Los especialistas de la prensa también opinaron que gran parte del encuentro se decidió en los tiros libres. El Asunción, de 44 lanzados, sólo convirtió 16 puntos, mientras que el Santa Teresa convirtió 10 de 20.
La liga canaria finalizó con el Asunción Krystal como campeón, aunque, esta vez, con dos encuentros perdidos, los que jugó contra nosotras. Como subcampeón, quedó el nuestro. Esto nos dio derecho a participar en la Fase de ascenso a la categoría superior, a la que acudían los dos primeros de cada grupo de la 2ª División. La concentración fue en Segovia y para allá fuimos. En una próxima entrada, les contaré lo sucedido en tierras castellanas y haré una reflexión de todo lo acontecido en esta peculiar temporada.
En las imágenes de hoy, se muestran las formaciones del Asunción Krystal, al que ganamos en los dos encuentros, así como momentos de juego de esos partidos. También, la del Medina de la Orotava, que nos venció en su cancha y, por último, de la U.D. Las Palmas, con la que perdimos en las dos ocasiones.

Un comentario en «Otra joya del basket femenino firmada por Septena»

  • el 12/06/2010 a las 21:34
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    Estimado Agustín, una vez más, me sorprende usted reproduciendo otro de mis modestos posts. Le agradezco mucho su seguimiento y que, además, considere que mi blog recoge la historia del baloncesto femenino en esta tierra nuestra. ¡Qué más quisiera yo!. Como ya le he comentado en alguna ocasión anterior, eso son palabras mayores. Es un tema muy serio y muy amplio que requiere mucha más información de la que yo dispongo, mucho más tiempo para acudir a las fuentes necesarias para llevarla a cabo y, por lo tanto, mucha más dedicación de la que yo puedo tener en estos momentos. Lo mío, insisto, se limita a lo más próximo a mí, al grupo de personas que durante unos cuantos años se dedicaron a practicar el deporte de nuestros amores, el baloncesto. En resumen, sólo pretendo mostrar una pequeña parte de esa gran historia: la que nos tocó interpretar a nosotros. En todo caso, vuelvo a agradecerle su interés por lo que yo pueda contar. Un saludo cordial, como siempre.

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