Moisés Baute, el campeón del Mundo que lució la camiseta del CB Canarias

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Nuestro colaborador gráfico Rafael Maceira nos remite esta foto en la que el campeonísimo tinerfeño MOISÉS BAUTE luce la camiseta del CB Canarias

El momento es el ideal para sentirnos orgullosos de este gran deportista porque hace unas fechas compitió en el Juan Ríos Tejera, como lo cuenta el periódico EL DIA:

«Moisés Baute logra el Campeonato del Mundo ISKA (-95 kg)»

Crónica de: D. H. (@Danihdez93)

«Tenerife volvió a demostrar el pasado fin de semana en el Juan Ríos Tejera que es semillero de buenos fajadores. El promotor y entrenador Moisés Ruibal pensó en grande para que sus peleadores no se quedaran cortos.

Baute empezó el sábado y concluyó el domingo. Sus 95 kilos son de pura raza, de querer más cuando parece tenerlo todo.

Un preludio que no ponía las cosas fáciles y elevaba la exigencia. Moisés Baute saltó a la pista del Ríos Tejera con la elástica del CB 1939 Canarias; quería ser MVP de la velada. En el graderío, la familia. Después de que el rival se tuviera que retirar dos vendajes prohibidos, los fajadores de thai boxing abrieron el fuego intentando romper con patadas. Susano sacó la artillería pesada desde el primer asalto con una girada arriba que impactó en el rostro de Baute.

En el segundo, el capitalino estuvo mejor. El único lunar, la guardia, que en ocasiones la bajaba y se orientaba de izquierdas. Flanco por el cual atacó con crochés el luso. Pese a todo, el del Moi Rui llevaba la voz cantante en una secuencia de cruzados en los que se veía favorecido. Quizá, en el tercer asalto fue cuando más cerca estuvo de perder el de Añaza; no obstante, la cuenta no se llegó a desgranar y siguió con vida después de otra patada girada arriba.

Moisés, con varios cortes en sus piernas, fue a la guerra con las canillas abiertas. En ningún momento especuló con lo que podía suceder en la mesa de jueces y fue valiente en su puesta en escena.

En el definitivo, Bruno Susano, con poco que perder después de que le restaran un punto, se tiró a por el local. Baute no lo dudó, su raza le impedía dosificar y jugar con la superioridad que había demostrado hasta ahora. Quería noquearlo, entonces sonó la campana y la decisión recaía en la mesa de los jueces. Dos de los tres esbozaron un Moisés Baute y el del Moi Rui fue campeón.