¡Txus en estado puro!, en la sección LATIDO AURINEGRO

TEXTO: AGUSTÍN ARIAS

FOTOS: RAFAEL MACEIRAS

 

TXUS VIDORRETA es puro nervio. Pasión total en el banquillo. Quiere obtener lo máximo de sus jugadores y espera de ellos que se apliquen en los partidos como lo hacen en las sesiones diarias de entrenamientos. Se desespera cuando las cosas no salen como se estudiaron y eso le lleva a mostrar una imagen de enfadado con el mundo. Le grita a uno, al otro también… solo el que no salta al parquet, por estar lesionado o por decisión técnica, se libra de las críticas y broncas del entrenador vasco del Iberostar Tenerife.

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Hay aficionados que le miran gritar a sus jugadores y consideran que hay un «exceso de bronca». A ellos les invito a que asistan a un partido del Clarinos y observen al entrenador Claudio García Jr. Es tres veces más ¿agresivo verbalmente? que Txus. En una partido lejos de casa, televisado por la FEB, el comentarista más o menos dijo: «Yo soy jugadora y me voy al vestuario». En ese momento el equipo morado iba perdiendo por 12 puntos y acabó ganando el partido y abrazados todos/as en el centro de la cancha.

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Vidorreta lo lleva en la sangre. ¡Es vasco! Como Simeone, si pudiera saltar a la cancha iría directamente al jugador que no está atento a una ayuda, que deja un pasillo a un bajito o que no atiende correctamente la línea de fondo. Es Txus en acción.

Eso sí, cuando termina el partido se va al vestuario el primero, agradece por el camino el cariño que recibe de la afición y espera la llegada de los suyos para gritarles, esta vez sonriendo «¡muy biennnn!». Tal vez, cuando pierde como sucedió ante su ex equipo, el Bilbao, ese recibimiento no fuese tan alegre. Pero es BA-LON-CES-TO en estado puro.

Como ese anuncio de una conocida marca canaria de cerveza «qué suerte vivir aquí», los aurinegros muy bien podrían entonar lo de «¡que suerte tener a Txus de entrenador!».

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A la conclusión del encuentro con el Burgos, Ferrán Bassas, su discípulo hasta el pasado 30 de junio, se dirigió a él y lo abrazó, mismo gesto que hizo Txus.