«Arranque perfecto», titula el periódico DEIA

.

BILBAO Fue el inicio de curso soñado. Perfecto. Como si el guion lo hubiese redactado el más optimista de los componentes de la marea negra. El Bilbao Basket celebró por todo lo alto su regreso a la Liga Endesa, con una victoria contundente y convincente en una pista áspera como la del Iberostar Tenerife, un lugar en el que los libros solo reflejaban hasta ayer un triunfo de los hombres de negro. El conjunto dirigido por Álex Mumbrú, tremendamente serio desde el salto inicial hasta el pitido final, dio el primer paso hacia su gran objetivo de la temporada, la permanencia, con una actuación meritoria, dominando casi siempre en el luminoso, explotando al máximo sus virtudes y desactivando las del rival. Los visitantes sacaron petróleo de su extraordinario 58% de acierto desde más allá de la línea de 6,75, con 14 aciertos de 24 intentos, y capearon como pudieron su inferioridad en la lucha por el rebote, con el rival ganando la batalla por 43-26 con 18 capturas en aro contrario incluidas. Por su parte, los de Txus Vidorreta se sujetaron merced a Marcelinho Huertas y Giorgi Shermadini, autores de 44 de los 67 puntos de los suyos, pero del resto de jugadores de amarillo apenas se supo y su pírrico 18% desde la larga distancia acabó siendo una losa imposible de levantar.

El Bilbao Basket supo jugar tanto a favor de corriente como con el viento en contra. Casi siempre mandó en el partido aunque sus ventajas fueran escasas. Superó un 12-0 adverso poco antes del descanso sin que le temblara el pulso, recuperó tras el descanso la batuta del duelo y entre el final del tercer acto y el arranque del último enchufó un 4-16 que dibujó un 51-64 a 7:29 del final que ya no tuvo vuelta atrás. La gestión de esa renta fue magnífica gracias, sobre todo, a las muñecas de sus dos referentes ofensivos en la noche de ayer: Axel Bouteille y Jaylon Brown. El francés, soberbio, se fue hasta los 27 puntos con fantásticos porcentajes, mientras que el estadounidense le escoltó perfectamente con 18, ocho de ellos en el cuarto final. Entre los dos, ocho de ocho en triples, con reparto equitativo de dianas.

La contienda arrancó con los dos hombres de negro galos acaparando galones ofensivos. Rousselle falló sus dos primeras acciones, pero Bouteille acertó con un triple y un mate, lo que unido a otro triple de Kulboka hizo que fueran los de Mumbrú los que dominaran de buenas a primeras. El Bilbao Basket apostó por cerrar su defensa para evitar que el Tenerife anotara en las cercanías del aro y no le fue mal la cosa en un principio. Shermadini tuvo que viajar pronto al banquillo al cometer dos faltas tempraneras, el punto de mira de los anfitriones compareció poco atinado desde la larga distancia y el 8-14 a 3:22 de la conclusión del acto inaugural dio mucho aire. Sin embargo, dos triples seguidos de Dani Díez igualaron la contienda antes de que otro tiro desde más allá de 6,75 de Brown permitiera al conjunto vizcaino cerrar en ventaja los diez minutos iniciales a pesar de sus cuatro pérdidas seguidas, para un total de siete a esas alturas de duelo. Con un quinteto formado íntegramente por jugadores que el año pasado actuaron en LEB Oro -Schreiner, Brown, Rodríguez, Cruz y Lammers-, los visitantes siguieron tirando de seriedad y criterio para que el Tenerife, incómodo en ataque, no reaccionara. Brown ofreció soluciones desde la media distancia y un triple de Rousselle disparó a los suyos con un interesante 18-26 a 5:48 del descanso, pero el Bilbao Basket no pudo dar continuidad a su buen momento en el instante en el que Huertas se hizo amo y señor del partido. El brasileño ordenó a los suyos, sumó tiros libres y, sobre todo, activó a un Shermadini desaparecido hasta entonces. ¿El resultante? Un 12-0 que dio la vuelta al marcador: 30-29.

Un triple de Rafa Martínez frenó la racha de los de Vidorreta, cuya ventaja solo fue de un punto en el descanso (35-34). En la reanudación, Shermadini siguió haciendo daño en las distancias cortas, pero Bouteille le respondió y en el momento en el que el georgiano desapareció de escena por su tercera falta el conjunto vizcaino pudo volver a coger aire de la mano de Brown y Lammers. El Tenerife, desacertadísimo, sobrevivió merced a su dominio en el rebote ofensivo, encadenando hasta cuatro canastas en segundas oportunidades, pero los hombres de negro no perdieron la compostura y alcanzaron los diez minutos finales con un 47-55. Y en el arranque del acto final llegó la explosión desde la línea de 6,75. Tres triples de Kulboka, Martínez y Brown en un abrir y cerrar de ojos colocaron el impresionante 51-64 a 7:29 del final. El Tenerife intentó reaccionar de la mano de Huertas y Shermadini, pero entre Bouteille y Jaylon sujetaron con firmeza el timón para rubricar el arranque de curso perfecto.