La crónica en el periódico «La Verdad de Murcia»

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Tercera derrota seguida de un UCAM sin fondo de armario

El equipo de Sito Alonso está muy falto tanto de un pívot como de jugadores que contribuyan a la causa y se complica la vida tras encajar en el tercer cuarto un 31-11 adverso que decantó el partido

EMILIO SÁNCHEZ-BOLEA (LA VERDAD DE MURCIA)

El tiempo corre y lo hace en contra del UCAM. Son tres derrotas seguidas que amenazan en convertir en anécdota lo que en su momento pareció un punto de inflexión, las victorias por encima de los cien puntos. El equipo de Sito Alonso lo intenta hasta el final, pero el problema es que no parece ser capaz de dar más de sí. Hay jugadores con los que parece que no se puede contar cuando su estatus debería traducirse en algo más, pero, sobre todo, porque sigue faltando un pívot que equilibre este equipo, echado en falta aún más con la baja de Mitrovic por lumbalgia. Colton Iverson volvió a hacer un doble-doble de 17 puntos y 10 rebotes para 25 de valoración cuando durante muchos minutos su defensor fue un Soko de dos metros raspados.

La falta de solidez condena a un equipo de estructura frágil y que, según como sople el viento, puede venirse abajo. Ocurrió en el tercer cuarto, cuando una salida dubitativa trajo consigo un parcial de 14-0 que condujo al Iberostar a anotar 31 puntos en diez minutos cuando hasta entonces el UCAM había sido el dominador.

Y lo había estado siendo en la primera parte porque, jugar en casa, cuando se está atravesando una racha de siete derrotas y cuando sobre el papel todo para indicar que este es el partido donde todo debe cambiar, puede llegar a ser un tormento. Eso era lo que le pasaba en el inicio de partido al Iberostar, por mucho que el marcador reflejara un intercambio de golpes, pues sus aciertos llegaban sobre todo por aprovechar las debilidades del UCAM en el interior, más que por buena ejecución.

Los de Sito, en cambio, transmitían otro lenguaje corporal. Soko tenía la mirada de los grandes días y su trabajo incansable era el motivo principal por el que el UCAM acababa el primer cuarto por delante (19-21).

Oportunidad desaprovechada, castigo posterior

El partido, que había comenzado con un alto ritmo de juego, pasaba ahora a una esperada ralentización. Y ese era el momento de morder. El momento de dudas para el de casa. Bastó encadenar dos acciones positivas para que los murcianos se vinieran arriba a base de atacar veloces y sin miedo ante los aturdidos tinerfeños, tocando una máxima ventaja de doce puntos (22-34, minuto 26). Pero el apogeo del partido del UCAM dio paso a unos minutos donde el intento por mantener la cabeza fría enfriaba también el pecho, y lo que podían haber sido unos minutos para dar un golpe sobre la mesa los eran para dar vida al Iberostar, que entre una técnica al poco del descanso y otra de camino a vestuarios perdía a su entrenador Txus Vidorreta.

Doyle desaprovecharía ambos tiros libres, uno antes y otro después del intermedio, y el UCAM registraba un 4/11 hasta ese momento del que tocaría acordarse de inmediato, pues la reacción aurinegra fue inmejorable. Brussino dio un paso adelante para ser el líder que mostrara el camino, y entre su desparpajo y el dominio interior de Iverson el UCAM se hundía. Había pasado de ganar por doce a perder por diez en nueve minutos (49-39, minuto 25).

El vendaval tinerfeño estaba asolando al bloque universitario, donde Sito se excedía en dar confianza a Lecomte, pues el base rehusaba continuas oportunidades de lanzar y tampoco generaba ventajas. Confianza que sí existía en el otro bando, donde el balón circulaba hasta encontrar el tirador solo. Seis triples en el lapso de seis minutos, incluido el de Brussino para empezar el último periodo, daban una máxima diferencia de 17 puntos (64-47, minuto 31).

A triple limpio

Once habían sido los pírricos puntos murcianos en el tercer cuarto y enorme el vacío anotador de hombres de los que se suponen puntos en las manos. Uno de ellos, Doyle. Pero el americano es un jugador de psique difícil de descifrar, y cuando menos se le esperaba, apareció. Tres triples seguidos ponían al UCAM a ocho puntos con siete minutos por jugarse (64-56, minuto 33).

Era un todo o nada. Sito Alonso debía arriesgar y optó por dar la oportunidad a un Kloof que sí respondió para jugar el final de partido con un quinteto de pequeños, con Kloof, Booker y Doyle por fuera y Soko y Radoncic por dentro. En ataque funcionó, abriendo el campo para crear tiros en unos minutos donde parecía haber un tubo direccionado al aro canario, pero en ataque los rebotes concedidos permitieron atacar largo a un Iberostar donde San Miguel demostró galones para tomar buenas decisiones, no dejando margen de error a un UCAM que se quedó sin opciones a partir de que no le entraron los triples y su buen baloncesto llegó cuando no existió tiempo material para la heroica.

Con su tercera derrota seguida, el UCAM esperará a este domingo para saber si vuelve al descenso, puestos que ocupará si el Breogán vence al Estudiantes en el WiZink Center.