José Manuel Hernández «In Memoriam»

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Querido y admirado José Manuel:

Ayer, jueves, quienes hemos formado parte de tus dos familias, la de casa y la del baloncesto, te dimos el último adiós. Te has ido con tan solo 65 años y lo hiciste en una cancha de baloncesto. «Así me gustaría morir a mi; jugando al baloncesto, su pasión y la de todos nosotros», comentó en el velatorio tu amigo y compañero de equipo Nicolás Castro. Hago mía su frase, aunque el dolor y la tristeza de tus seres queridos y de quienes te conocimos en las canchas o en tu banquillo de entrenador/educador es tremendamente complicado de superar.

Nos dejas «tocados» a todos. No tenías que haberte marchado tan pronto. Tenías una misión por delante que, un día muy cerca de tu casa, en la Pastelería Díaz, acompañado por Luis García Fumero, me confesaste:

«Ahora todo el tiempo del mundo será para mi familia. Ya les privé de mi ausencia cuando jugaba o entrenaba; lo que sí haré, mientras el cuerpo me lo permita, será ir los lunes a jugar la pachanguita con mis amigos Carmelo, Matías, Clemente… Deberías subir a entrenar con nosotros, aunque te pongas en una esquinita a pasarnos balones».

Ya ves, no voy a seguir tu consejo. Jamás será lo mismo esos «entrenamientos» en la Universidad sin tu presencia. Carmelo Cruz, Matías Camacho, Fernando Villamandos, Pepe Luque, Clemente Arvelo… el «equipo de los lunes», estaba allí, apoyando a tu familia en tan complicado momento. Y estaban rotos. No era para menos. Ellos vivieron a tu lado tu último partidito, como lo hizo, y esto sí que nos ha dolido mucho más a todos, tu hijo Ricky, al que siempre protegiste y aconsejaste como jugador de baloncesto.

.Jugadores del Real Madrid y Caja Rural. Con los blancos estaban los canarios Cristóbal Santana y Carmelo Cabrera

.Formación del Canarias Caja Rural de 1976. Fue en el torneo por las Fiestas de Mayo, contra el Real Madrid, con los aurinegros reforzados con Doyle y Jhonson. Con ellos, Aciego de Mendoza, De las Casas, Domingo Camacho, los norteamericanos citados y Ventura de la Rosa. Agachados: Esquivel, José Manuel Hernández (4), Juan Diego Fajardo, Ramón Barrera, Javier Hernández y Manolo Dorta

En esas horas del adiós tu esposa, tus hijos y tu encantadora nieta no estuvieron solos ni un solo instante. Tus amigos de la Caja Rural, tus vecinos, quienes te pusieron por las nubes al recordar tu sencillez y al tiempo tu grandeza como persona; los amigos y compañeros de tus hijos y, en especial quienes compartieron a tu lado esa bonita y casi altruista carrera cestista, primero en el Náutico de Ereña y posteriormente en el Caja Rural de Pepe Cabrera, ofrecían rostros marcados por la tristeza. No daban crédito. No encontraban explicación a tu adiós.

Allí estuvieron los Toni Cejas, el doctor Dorta, José Luis Sánchez del Río, Peri Quintero… todos ellos de «La Marea», como estaban Santiago Pérez, Fernando Villamandos, Nicolás Castro, Juan Diego Fajardo, Pepe Luque… quienes compartieron contigo la camiseta de la «Fiebre Amarilla» en aquellos años 70 en el Luther King. El lugar en el que descansabas junto a las coronas que enviaron el CB Canarias, la Federación de Baloncesto de Tenerife o tu equipo de las pachanguitas de los lunes, se quedó pequeño ante tan considerable asistencia de gente que quería despedirse de tí.

Me contaban tu vecina Nazaret, hija del ex árbitro Manolo Hernández Cruz, que tu perro ayer dejó de ladrar. Lo venía haciendo de manera constante martes y miércoles, como si predijera algo malo para tí. También me contaron de tu amabilidad, de tu sonrisa permanente, de tu implicación con la comunidad…

,Ante el Mataró metió los mismos 12 puntos que el norteamericano Brown.

Sí, fuiste grande en la cancha, controlando el balón, asistiendo, buscando al compañero en mejores condiciones para recibir, también anotando… Tengo en mis manos el dossier del Caja Rural de la 76/77, ese que unas semanas antes de las Navidades me dejaste para recabar más datos de aquella temporada. He leído las crónicas de entonces y en casi todos los partidos no bajabas de los 10 puntos.

Nunca entendí la razón por la que Ereña decidió «cortarte», como hizo con Javi Hernández y Juan Antonio Henríquez. Pero me alegré entonces por el CB Canarias. ¿Recuerdas aquella bronca que se armó en un Náutico-Canarias, ya con la camiseta canarista, después del partidazo que te hiciste?…

Tu nombre estaba en mi agenda para entrevistarte de cara a un proyecto bonito que saldrá a la luz a lo largo de este 2019, coincidiendo con los 80 años de historia de tu CB Canarias. No lo pienso borrar. En ese dossier hay cosas interesantes que las nuevas generaciones tienen que conocer. Porque siempre he tenido muy claro, en mis 43 años ejerciendo de cronista de baloncesto, que los chavales  de hoy deben saber que para vivir el dulce momento del baloncesto de hoy alguien, como los de tu generación, o los que formaron parte de este deporte en los 40, 50, 60… tuvieron que esforzarse en las canchas, las de tierra, cemento o parquet, para que Tenerife, nuestra islita, se hiciera con un lugar de privilegio en el BALONCESTO nacional.  

 

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Podría estar horas y horas delante del ordenador escribiendo de tu trayectoria. La de jugador y la de educador. Porque tú, querido José Manuel, ayudaste a muchísimos niños de entonces a convertirse en destacados jugadores y en personas. Y uno de aquellos niños a los que marcaste estaba en tu despedida, Airam Marrero, aquel espigado jugador que procedía del tenis y que hiciste ver que lo de él era el aro. El «capi» del CB Canarias estaba con los tuyos, como también otros chicos a los que entrenaste en la cancha del colegio Echeyde o en las selecciones de base.

Te prometo que mientras Dios me de fuerzas para seguir contando cosas de nuestro deporte favorito escribiré sobre nuestras «glorias» (no me gusta lo de «viejas») esos jugadores/jugadoras que, como en tu caso, hicieron vibrar a los aficionados. Me van a llamar carroza y me dirán también que vivo en el pasado. No me importa, porque para mirar con optimismo el mañana es necesario vivir el hoy, recordando lo bueno del ayer.

Posdata/ Te «lesionaste» jugando un miércoles, que no lunes, por aquello del festivo de Reyes. No volverás a buscarle las cosquillas a Carmelo Cruz o a competir por el balón con el también base Matías Camacho, pero siempre que se reúnan te garantizo que estarás presente.

 

HASTA SIEMPRE, QUERIDO Y ADMIRADO JOSÉ MANUEL