Christian Díaz, jugador canario de ACB: «Va por ti, mamá»

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El base del Cafés Candelas Breogán, que acaba de debutar esta temporada en la Liga Endesa tras muchos años en la LEB Oro, habla de la importancia del factor psicológico y de tener ayuda externa para saber afrontar el estrés y los problemas personales, como puede ser, por ejemplo, el fallecimiento de una madre

Un trabajo de: Álex Conde (ACB.COM)

«El ascenso fue el momento más duro de mi vida y, evidentemente, tendría que haber sido el más bonito. Por fin iba a conseguir mi sueño y se juntó con la triste noticia de la pérdida de mi madre. Su ilusión también era que yo, en el día de mañana, llegara a debutar en la Liga Endesa. Me quedo tranquilo sabiendo que ella lo sabía, que llegó a saber que el año siguiente iba a seguir en el Cafés Candelas Breogán y que me iban a dar la oportunidad de jugar en ACB. Eso sí, siempre me quedará la espinita clavada de que no consiguió verlo»

El factor psicológico en el deporte

Así empieza Christian Díaz (Las Palmas de Gran Canaria, 1992), base del Cafés Candelas Breogán, a hablar sobre un tema casi tabú en el mundo del deporte: la mente. 

El jugador del cuadro lucense no tiene problemas en reconocer que no ha estado bien psicológicamente desde el verano, cuando falleció su madre, hasta hace exactamente cuatro semanas, cuando dieron una de las sorpresas del curso. El 16 de diciembre sonó un ‘click’ en su cabeza coincidiendo con la bocina de final de partido en el duelo contra el Real Madrid.

En ese partido, los gallegos dieron la campanada y tumbaron al que para el protagonista de esta historia es «el mejor equipo de Europa». El 84-71 a favor de los de Natxo Lezkano no solo levantó a los 5.130 aficionados locales, sino que hizo que el canario empezara a ver la vida de otra manera.

Christian Díaz, frente a Sergio Llull

Del «no estoy disfrutando del baloncesto» al «he visto que puedo hacerlo bien y que puedo aportar al equipo» en tan solo unos segundos. En ese encuentro no jugó mucho, poco más de 13 minutos, donde terminó con tan solo ocho puntos, un rebote y dos triples, pero la alegría del conjunto cambió su realidad.

Como dijo el gran Ernest Hemingway‘conocer a un hombre y saber lo que tiene en la cabeza son asuntos distintos’. Y ese es el principal problema del profesionalismo en el deporte. Hay veces que se endiosa al jugador de tal manera que se le deshumaniza, cuando el escenario es totalmente diferente. Son personas con sus problemas y circunstancias.

«No tengo ningún tipo de dudas, yo lo he vivido en mis propias carnes, pero por suerte he tenido un entrenador que ha sabido entenderme y ha tenido muchísima paciencia», dice el base: «Creo que una gran parte de que un jugador juegue bien es que mentalmente esté sano y que tenga confianza personal, y eso ayuda a que tú puedas dar muchísimo más a tus compañeros y a tu club».

Al jugador de 26 años se le juntó todo. La presión por llegar a lo más alto y no cumplir con las expectativas, la tensión por estar en la zona baja de la tabla, los nervios al ver que jugadores importantes estaban lesionados y no podían aportar, y por encima de todo, su situación personal. «Es fundamental tener a alguien que se preocupe de que estés bien o de saber si tienes algún problema, alguien que no te haga pensar tanto en el error, porque al final, en el basket tienes que convivir con él», explica.

«Estamos sometidos a mucho estrés, hay jugadores que acaban de debutar, como es mi caso, y que tienen muchas cosas en la cabeza, y aquí cada error se castiga. Es como un martillo pilón que te va golpeando constantemente», dice tras vivir sus primero meses en la competición. 

Eduardo, Mili, Christian y Jasmina

Christian Díaz quiere agradecer a su club que hayan estado con él en cada momento, «sobre todo al Presidente, a la afición, a los compañeros que tenía el año pasado y al entrenador». De hecho, cuando el base tuvo que llamar al técnico para comentarle que su madre estaba enferma, éste le dijo: «No sé para qué me llamas, deberías estar sacando el billete ya para estar con tu familia»«Siempre estuvieron ahí», recuerda.

Ahora, ‘el pollito’, como le dicen, es un pájaro libre. No tiene esposas ni anclas que le aten a sus miedos. El baloncesto de ahora vuelve a ser el baloncesto de antes, cuando sonreía. Solo faltaba demostrarlo y no tardó mucho. 

En la Jornada 13, en apenas 14 minutos, terminó con 14 tantos, dos capturas, dos asistencias, cuatro triples, 15 de valoración y un más 20 con él en pista para conseguir un valioso triunfo contra MoraBanc Andorra para salir de puestos de descenso, para terminar este duro 2018 con otra victoria en la Jornada 14 en la pista del Montakit Fuenlabrada gracias a dos prórrogas y un partido eterno. Y es que, a veces, más vale tarde que nunca.

Y lo que bien acaba, empieza mejor. El año 2019 se abrió con otra sonrisa después de conseguir el cuarto triunfo consecutivo, algo que no conseguía el club gallego desde el año 2005, al ganar al colista Delteco GBC por 83-71 con cuatro puntos, tres asistencias, dos robos y un rebote en 15 minutos del jugador canario.

Quemando etapas

El suyo ha sido un camino largo que empezó a los ocho añitos de edad en la Escuelita del Herbalife Gran Canaria. «Pocos pueden decir que han recorrido cada categoría nacional, he ido poco a poco dando saltitos», comenta: «He jugado todas las categorías nacionales que han existido: EBA, LEB Plata y LEB Oro»

Christian Díaz, en su etapa en el Herbalife Gran Canaria

Junto con los amarillos fue subiendo hasta que llegó a jugar con el Junior y el EBA, y de allí partió por primera vez con destino a La Palma. En la ‘Isla Bonita’, como se la conoce, con el vinculado de su club natal, debutó en la LEB Oro y llegaron a jugar unos Playoff de ascenso con un equipo muy joven. 

A su lado tenía a Román MartínezRoeland SchaftenaarAle LópezFabio SantanaSamuel DomínguezLuke Sikma o el mismísimo Walter Tavares, que en aquel momento no era nada de lo que hoy en día se ha convertido.

Y es que no puede evitar tener unas palabras para el jugador del Real Madrid debido a la progresión que ha tenido desde que compartieran piso siendo unos críos. «Me preguntaban el otro día que si pensaba que era ‘cinco’ más dominante de Europa y comenté que puede que ahora no, pero que en un par de años definitivamente lo será», advierte.

«Lo que me sorprende mucho de él es que lo tiene todo. Ha jugado en la NBA con el mismísimo LeBron James y hoy en día está en el mejor equipo de Europa y no pierde esa humildad que tenía, sigue siendo la misma persona. En mucha gente, cuando se logra tenerlo todo, esa personalidad cambia un poco, pero he visto que en Edy eso no pasa, que el trabajo y la ambición siguen vivos y para mí, como compañero suyo, es un orgullo», señala.

Cuando el convenio con el UB La Palma se rompió, le tocó dar un saltito para atrás y volver al Gran Canaria 2014 para disputar la LEB Plata, combinando algún que otro entrenamiento con el primer equipo. En ese momento vio el sueño muy cerca, pero no solo no se hizo realidad, sino que dejaron de contar con él y tuvo que buscarse el pan en el norte de la península.

En la temporada 2013 viajó hasta Navarra, donde nunca se acostumbró al frío y donde lo deportivo jamás ayudó a la adaptación. Un año muy malo que le sirvió para aprender, con solo cinco victorias y 21 derrotas para acabar como colistas de la LEB Oro.

Con el Ourense

¡Y vaya si aprendió! Al año siguiente fichó por Ourense y tuvo a Pedro Rivero como mentor. Segundos en la Liga Regular y tras derrotar en el Playoff al Melilla, al Força Lleida y al Riberia Sacra Breogán se hicieron con un puesto de ascenso que finalmente no se llegó a consagrar. Su sueño, de nuevo, rozado con la punta de los dedos.

Huesca sería su siguiente destino. Nadie apostaba por ellos y acabaron en la final del Playoff. Una lesión de Lluis Costa y su posterior marcha le obligó a echarse el equipo sobre sus hombros, como cuando se exhibió con 17 puntos en el último cuarto contra el LleidaGuillem ColomGoran HuskicTadas SedekerskisMarcos Portalez o Joan Pardina le acompañaron en el camino y tan solo el Melilla les frenó de dar la campanada. Por tercera ocasión, se quedó a las puertas.

 

En la campaña 2016-17 regresó a Galicia y volvió al Ourense pero ya con el rol de base titular. No fue un gran año. Pensaban luchar por estar arriba y se clasificaron para la fase de ascenso en la última jornada, cayendo en primera ronda contra el Unión Financiera Oviedo. Sin duda, un golpe de realidad en toda regla y otra lección para crecer.

Y ya en su último año en la LEB Oro, su gran jugada. «Desde el momento en que Lugo salió a la palestra y contactaron conmigo para proponerme una apuesta de futuro ni lo pensé, a pesar de que económicamente su oferta era inferior a otras», recuerda. Y es que estuvo a punto de firmar por Melilla, pero tras la llamada de su actual club, lo habló con su familia y amigos y como él mismo dice: «Nadie lo dudó».

Christian Díaz, con la Copa de LEB Oro

Sin duda, una de las mejores decisiones de su vida. Los gallegos arrasaron y no solo consiguieron el primer puesto de la Liga Regular que les garantizaba la posibilidad de ascenso, sino que también consiguieron la Copa Princesa. Una guinda del pastel para afrontar retos superiores.

Una vida ligada a la ACB

Solo dos jugadores pueden decir que han debutado en la Liga Endesa tras haber disputado las Series Colegiales de la ACB, la Minicopa Endesa y tras estar presente en la ACB Academy by AEEB, y son Fabio Santana y el propio Christian Diaz.

Estando en 2º de la ESO se vistió el uniforme del I.E.S. Guanarteme para debutar en las ya extintas Series Colegiales. Era el único centro público en la Conferencia del Herbalife Gran Canaria y para mas INRI, se enfrentaban al Claret, cantera del propio Granca, en la primera jornada. 

Plantilla del I.E.S. Guanarteme en las Series Colegiales

Los de Díaz tumbaron en cuartos al favorito en la prórroga, para después en semifinales derrotar al Sagrado Corazón sin muchos problemas y caer en la mismísima final ante los Canterbury Lions, que apenas les dieron opciones.

De aquella experiencia no solo sacó lo deportivo, sino también el lado más humano del baloncesto. Sitapha SavanéMarcus Norris y Rubén Burgos, como jugadores profesionales, visitaron su colegio y él, como un niño más, aún recuerda lo que sintió al verles. Ahora, desde el otro lado, le toca a él regalar sonrisas: «Esa parte me gusta porque yo también la viví. Yo de pequeño veía a mis ídolos llegar al Instituto y ahora voy yo a jugar con ellos. Cada vez que tenemos la oportunidad de ir a colegios y hospitales me encanta por esa cercanía con la ciudad y con los niños. Es espectacular».

Esos fueron sus primeros encuentros en una competición ACB, pero no serían los únicos. Ya con la cantera amarilla disputó la Minicopa Endesa en el Ramiro de Maeztu en 2006: «Creo que es idóneo y fundamental ir educando a los futuros jugadores de nuestro país, ya que cualquier ayuda es poca para que la gente joven aprenda y crea en esa ilusión de sentirse un deportista», explica de esta iniciativa que ya se ha convertido en una de las más reconocidas a nivel nacional.

«Me acuerdo cuando jugué la Minicopa Endesa, yo estaba acostumbrado a jugar en mi isla, o quizá contra Tenerife en Campeonatos de Canarias, pero cuando te ves contra el Madrid, la Penya o Valencia es otra cosa distinta», dice.

Christian Díaz, en un clinic de Aíto García Reneses

Y como no, tampoco podía faltar en la primera ACB Academy by AEEB organizada en su isla. De los de la primera camada, cuatro tienen contrato ACB y otros tantos ya han debutado. 

«Últimamente el baloncesto ha crecido mucho y ha dado un salto de calidad, y uno de los motivos de ese salto son las iniciativas de la ACB»

Un sueño cumplido

Tras suspenderse el encuentro de la primera jornada de la Liga Endesa que enfrentaba al Cafés Candelas Breogán y al Divina Seguros Joventut por un problema técnico en el pabellón lucense, el base tuvo que retrasar su debut una semana más. Siete días que se hicieron eternos pero que finalmente, y en su archipiélago, por fin pudo hacer realidad su sueño.

Christian Díaz, el rey de los balones (ACB Photo)

Fue en el Santiago Martín de Tenerife, y pese al gran inicio de los suyos, no pudo acabar con victoria debido a la remontada del Iberostar. Tres puntos, tres rebotes y tres asistencias, pero lo que es más importante, una X más en su lista de cosas por hacer.

«Para mí, siendo un jugador de cantera, haber conseguido mi sueño es un lujo. Te puedo decir que mi objetivo era debutar en la ACB y ya lo he conseguido, ahora toca mantenerse», explica.

Y es que en verano, cuando le dijeron que continuaba, no se lo creía. «Fue cuando me vi instalado en Lugo y entrenando con el equipo cuando empecé a verlo». Es que han sido mucho años intentándolo: «Que el Breogán me diera la oportunidad de jugar contra jugadores de primer nivel me hace muy feliz».

El comienzo no ha sido fácil. Con muchos partidos perdidos y con muchas lesiones en la plantilla, pero poco a poco están viendo la luz al final del túnel. «A día de hoy estamos muy contentos porque acabamos de salir de puestos de descenso», dice.

Exultante tras la victoria (ACB Photo / S. Senande)

El de Las Palmas no pensaba que «el salto fuera tan grande»«Cuando yo veía partidos de la Liga Endesa sin haber debutado, pensé que la única diferencia que había era el tema físico, pero a día de hoy te puedo decir que sí que hay muchas diferencias, sobre todo en el ritmo de juego y en la calidad de jugadores», explica.

Tras varias jornadas en la máxima categoría el internacional en categorías inferiores advierte que «en Liga Endesa cualquier error te lo castiga cualquier jugador, cualquier mínimo despiste te lo hacen pagar», y a él, «personalmente», reconoce que es lo que más le ha costado para adaptarse.

Entre todos sus rivales, destaca a VildozaGranger y Llull. Son los que más le han sorprendido. «El primero por su talento, el segundo por lo fuerte y animal que es, que recuerdo que me agarraba y era incapaz de moverme, y Llull ha sido el que más me impactó, porque he estado acostumbrado toda mi vida a verlo por la televisión y de repente verte cara a cara con él en la pista es un lujo y un sueño».

Christian Díaz, cara a cara con Vildoza

El organizador del cuadro gallego dice que «la Liga Endesa es otro nivel»«Me sorprendió sobre todo en pretemporada, que fuimos a jugar a Tarragona en el muy bien considerado Circuito de Pretemporada Movistar. El tema de las comunicaciones y de las redes sociales, y la retransmisión de los partidos con sus comentaristas, por mencionar algo, pone a la Liga Endesa en otro mundo», aclara.

Un sueño por cumplir

Christian Diaz, con la selección 3×3

Entrando en 2019 empieza la cuenta atrás para los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, donde el Baloncesto 3×3 debutará como deporte. El base ya ha sido internacional con el combinado nacional y reconoce que se siente «muy cómodo» y que disfruta «muchísimo» en esa modalidad

«Aún recuerdo cuando me llamó Jaume Comas y me dio la oportunidad de poder representar a mí país. No lo dudé en ningún momento», comenta: «Creo que dista mucho del baloncesto 5×5, sobre todo porque se juega en una sola canasta, porque las reglas son muy diferentes, por la agresividad, por las faltas y porque el físico es muy distinto. Es muy dinámico».

El joven hace una comparativa entre el tenis y el pádel. «Es muy divertido y disfruté mucho de cada entrenamiento y sobre todo de los partidos, y ya en el Europeo ni te cuento», explica.

 
«Representar a tu país en cualquiera de las facetas es un orgullo. Eso queda en mi Currículum y el día de mañana será Olímpico, y a quién no le gustaría ir a unas Olimpiadas representando a tu país». Pero él es consciente de que «de aquí a ese momento pueden pasar muchas cosas»… ¿Pero quién puede decirle que deje de soñar?